UFO + REDS'COOL
5 de Noviembre 2015
Santander (Escenario Santander).

Aunque a día de hoy no muevan las masas de otros contemporáneos UFO es indudablemente uno de los grandes del rock de todos los tiempos. Formados en 1969 explotaron como gran banda en los 70, una década dorada tras la cual probablemente nunca volvieran a tener la misma consideración. Pero, sin embargo, siguieron firmando brillantes trabajos en los 80, se mantuvieron vivos en los difíciles 90 y en el presente siglo han continuado editando trabajos con grandes canciones, como el que esta noche nos venían a presentar “A Conspiracy Of Stars”, editado en 2015 y con temas que creo que hacen mucho más que mantener el tipo y dar la excusa para salir a la carretera y vivir de imperecederas rentas pasadas. Sin ser una entrada espectacular un jueves a la noche, con muchos desplazados hasta la capital santanderina, la entrada resultó más que satisfactoria, con un buen número de seguidores que darían una media tal vez superior a los 40 años. Se echa de menos algo más de público joven en estos conciertos, que bien debieran conocer como seguidores del rock lo hecho por instituciones como UFO.

Les acompañaban en el cartel unos sorpresivos rusos llamados Reds'Cool. No estamos muy habituados a ver bandas de aquellas tierras y menos practicando un hard rock que realmente resulta tan americano como el suyo. Podrían haber surgido en los 80 en California, pero resulta que se gestaron en Rusia hace no demasiado tiempo. Al menos su debut discográfico data de 2011, aunque no han perdido el tiempo. Tienen ya en su haber tres discos, repasando en este directo fundamentalmente sus dos últimas obras. “Press Hard” editado en este 2015 y “Bad Story” de 20013.

Su inicio se retrasó 40 minutos sobre las 21:00, hora inicialmente programada, lo cual un jueves puede ser una putada para los que al día siguiente madrugamos. Así que sobre las 21:40 Reds'Cool salieron con todo el entusiasmo del mundo a comerse las tablas, a ganarse al público. Su imagen ya rezuma hard rock clásico, a lo que hay que añadir la forma en la que viven el concierto, con una actitud muy ochentera que busca conectar con el público, que éste participe de la actuación. Pese al desconocimiento generalizado lo consiguieron en temas como “Bad Story”, donde su vocalista incluso se atrevió a poner el micro a la gente de las primeras filas.

La banda sonó excelentemente, con limpieza para disfrutar del trenzado trabajo de guitarras, técnicamente nada espectacular, pero con las sensaciones puestas al servicio de unas canciones con mucho peso vocal y con estribillos tan buscados y adictivos como los de “Dangerous Game” o el final “Feel You”. Sin que hagan nada nuevo, tanto por su aspecto musical como escénico, resultan totalmente atractivos para los seguidores del hard rock melódico de siempre. Diría que infalibles si esos son tus gustos.

Eran prácticamente las 23:00 cuando UFO salió por fin a escena, para brindarnos una actuación que satisfaría las ansias de todos, aunque en un principio un repertorio de 15 temas se antojara algo corto ante la historia que tienen los británicos. Sin embargo, eso les daría de sí para una hora y tres cuartos sobre las tablas. El grupo afrontó la actuación con la esencia más setentera dando rienda suelta en ciertos momentos al virtuosismo y a partes añadidas a los temas de estudio, lo cual hace aún más especial disfrutar de interpretaciones en directo, resultando algo mucho más irrepetible si cabe.

Porque salvo para ciertos comentarios de tinte muy vacilón por pate de un Phil Mogg que conserva un travieso espíritu adolescente a sus 67 años, no hubo pérdidas de tiempo por parte de la banda, ni solos que no se encontraran dentro de las propias composiciones. En este sentido Vinnie Moore fue una rutilante estrella a la que sus compañeros le dan total rienda suelta para ser protagonista individual, mientras que Paul Raymond hace un trabajo más oscuro, pero de indudable belleza cuando afloran sus interpretaciones al teclado, y manteniendo esos riffs que sostienen estas canciones en las que el tiempo lo marca un Andy Parker incombustible en la batería y un Rob De Luca totalmente acoplado en el bajo y aportando mucho en los coros.

“We Belong To The Night” arrancó la descarga, pudiendo ver a una banda en buen estado de forma. Una vez que sale a escena Phil Mogg parece que se transforma. La imagen de abuelo que va cogiendo por el lógico paso de los años se queda fuera del escenario. Una vez arriba, con unos movimientos para estirar los músculos del cuello parece que coge fuerza y termina por verse muy cómodo sobre las tablas. Su hábitat natural, donde sigue conservando carisma, talento y una buena voz para dar el sentimiento necesario a estos temas.

“Fight Night” nos trajo a la época más actual, rescatando algo de “Seven Deadly” de 2012, aunque ese estribillo bien podía haber sido fraguado en los años 70. Porque la banda ha seguido haciendo el hard rock de siempre, encontrando hueco en una época actual. Porque la buena música no conoce fronteras temporales. O si no, solo teníamos que comprobar cómo encajó el nuevo “Run Boy Run”. Eso sí, para provocar la primera gran respuesta no se dejaron para más adelante “Lights Out”, continuando con algo nuevo como “Rollin Rollin”.

Tras un fuerte arranque la banda exploró otras tesituras con temas como “Venus”, igual no uno de los llamados a provocar la euforia, pero a la postre un gran momento con Vinnie Moore alternando acústica y eléctrica y Paul Raymond transmitiendo magia con sus teclas. Este tramo central alternó momentos de esta profundidad con temas tan indicados para animar al personal como “Only You Can Rock Me”, al cual continuó un relajado “Burn Your House Down” en el que Vinnie Moore se marcó uno de los primeros momentos de quitarse el sombrero y rendirse a sus pies. Todo lo que hace este hombre lleva impreso un brillo absoluto, pero ya hay momentos como este en los que parece de otro planeta. Sentimiento y técnica unidos en su forma de tocar las seis cuerdas.

“Cherry” volvía a provocar la palmas en el personal, cada vez mas entregado a los británicos en progresión constante, dejándose llevar por “Love To Love”, otro momento que no por explorar sonoridades más penetrantes dejó de hacernos volar ante una banda tan grande, no por lo que han sido, sino por todo lo que aún conservan, que sigue siendo mucho. El solo final de Vinnie Moore podría habernos hecho atravesar el infinito.

“Messiah Of Love” fue la última presentación de su nueva obra, cuyos temas estuvieron perfectamente repartidos a lo largo de la descarga, acoplados como un guante entre sus clásicos. Aunque tras esto ya solo quedaba una recta final con los temas más esperados. Una recta final que daría mucho de sí, ya que la banda se alargaría una vez pasada la meta. Y es que si bien aquello ya bullía con el aroma del triunfo, quedaba recrearse en lo conseguido.

“Making Moves” fue recibido con un clamor, continuando ya con uno de los temas más emblemáticos como “Rock Bottom”, alargado inmensamente con una banda al más puro estilo de los 70, consiguiendo un fluir de sensaciones intenso que explosiona en múltiples colores, siempre con la guitarra de Vinnie Moore comandando ese camino.

Podría ser difícil provocar mayores sensaciones, pero UFO es de los que se guardan en la manga su gran himno. Ese que todo el mundo conoce, aunque muchos no sepan ni a quién pertenece. Por supuesto, no era el caso de los presentes en la sala Escenario Santander, que distan mucho de valorar a UFO por un único hit. Eso no es óbice para que “Doctor, Doctor” desatara la euforia, aunque no sería el final definitivo, ya que la banda aún nos dio un tiro de gracia más con otro gran clásico como “Shot Shot”. Nadie podía pedir más a una banda que representó y defendió convincentemente más de 40 años de rock duro.

*Publicado Originalmente en La Mirada Negra

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