Ese mismo día, estando yo en funciones de trabajo escuché como bajo el fondo musical de “Ride like a wind”, se anunciaba el concierto de Christopher Cross, presentando su nuevo disco de estudio después de 14 años, Dr. Faith; pero yo quería escuchar los temas de siempre, esos que nunca pude escuchar en directo después no de 14 años, sino de 30 años. Una deuda con el pasado que tendría la oportunidad de saldar esta noche.

Para no sufrir ninguna decepción no me cree expectativas, así que me dirigí a la sala Heineken, alias sala Arena, alias sala Marco Aldani, con tiempo suficiente. La entrada decía que las puertas abrirían a las ocho pero no lo hicieron hasta las 8:30. El público estaba compuesto por personas mayores de 30 años, y pongo esta edad por condescendencia, pero estoy seguro de que éramos mayores. Una pequeña cantidad de público ligeramente superior a las 250 personas que iban allí, igual que yo, más que nada a disfrutar de un momento de nuestro pasado.

Doctor Faith, es un disco homenaje a Joni Mitchell. Yo no lo había escuchado y después del concierto no he mostrado algún interés especial en escucharlo. Christopher Cross tuvo el talento y la suerte de ganar 5 Grammys en 1981, estos fueron, Grabación del Año - "Sailing", Album del Año- "Christopher Cross", Mejor Nuevo Artista - "Christopher Cross", Canción del Año - "Sailing", y Mejores Arreglos - "Sailing". Sería una historia que no se volvería a repetir. Muchos esperaron que los siguientes discos fueran igualmente exitosos, pero no fue así.

El artista no quedó en el olvido, en 1981, ganó el Óscar por Mejor Canción de Banda Sonora, 1981, "Arthur´s Theme (Best That You Can Do)". Sería el último premio recibido, si descontamos el premio que ha ganado siempre por parte del público que lo ha ido a ver.

Y allí estábamos sin acordarnos de los premios Grammys pero sí de las canciones. Pasadas las nueve de la noche, la banda entró al escenario y lo primero que hizo el señor Cross fue presentar a los músicos que esta noche lo acompañaba. Visto desde el público a su izquierda estaba la tecladista y vocalista Kiki Ebsen, detrás, al fondo, el saxofonista y tecladista Andy Susuki y a su lado el baterista Dave Beyer. A la derecha de Cross se encontraba el bajista Chazz Frichtel, y detrás de él, el espectacular percusionista puertorriqueño, Richie Gajate-Garcia.

Las referencias a su primer disco fueron amplias, y las agradecimos mucho. También el detalle de haber cantado “Open up my Windows” en español. La banda acompañante tuvo su protagonismo en cada uno de sus miembros. Andy Susuki más que a los teclados, al clarinete donde realizó múltiples solos en varias canciones. Dave Beyer realizó su solo de batería como introducción a “Ride like a wind”, que fue el tema más jazzístico de la noche.

Chazz Frichtel, además de hacer los coros, realizó algunas florituras al bajo. Richie Gajate-Garcia se destacó en más de una canción, ya fuera por su sólo de percusión, ya fuera por sólo de cajón, y con un agradable carisma. Kiki Ebsen hizo las partes femeninas de todos los temas y tuvo el peso más importante en cuanto a las armonías y solos de teclados. Christopher Cross, con su voz meliflua, de timbre inolvidable, defendió su repertorio de casi dos horas, muy bien pegado al micrófono, sin alardes vocales.

Fue un concierto maravilloso, que todos los presentes disfrutaron mucho, ya fuera apoyando los coros, ya fuera bailando, como fue el caso de dos hermanas que había a mi derecha, a las cuales se le notaba en el rostro que disfrutaban mucho, y no paraban de mover los pies en cada una de las canciones llamándome la atención su arrítmico movimiento.

Por razones que no comprendí, Cross se limitó a cantar las canciones tal y como tenía previstas sin alentar al público en ningún momento ni crear un tipo de complicidad, respecto de lo cual se encargaron Fritztel y García. En algunas de ellas se realizaron ligeros arreglos musicales lo cual es muy lógico ya que tocar la misma canción durante 30 años si no le hacen algunos cambios puede resultar muy aburrido, pero los arreglos no llegaron a ser revolucionarios.

Aquí les dejamos el repertorio que se tocó esa noche:

All right

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