Toluca, México. Domingo 4 de diciembre. Foro Pegaso

El tercer y último día del Hell & Heaven Metal Fest resultaría acabar en una conclusión problemática. Hasta ahora, el festival había sido bastante sólido desde el punto de vista de la actuación, pero se vio inundado por problemas organizativos que afectaron a los medios, el equipo y los miembros de la banda, lo que resultó en tribulaciones técnicas recurrentes para múltiples bandas.

Temprano en la tarde, las queridas del groove metal de Los Ángeles, Butcher Babies, dieron inicio desde el escenario Hell con una combinación de golosinas para los oídos, a pesar de que sus dos micrófonos principales fueron inaudibles durante la primera canción y media. Thrash llenos de agresividad con interpretaciones vocales extremadamente duras como "Igniter", "Monsters Ball", la trituradora y terririfica "Gravemaker" y su versión característica de "They're Coming To Take Me Away" de Napoleón XIV estaban a la orden de la hora.

La teatralidad volvería a tomar la delantera en el Heaven Stage cuando los empresarios del nü-metal convertidos en death metal melódico sueco, Avatar, dieron a conocer su presencia a las masas en Toluca. Si bien la actuación estuvo muy adornada con imágenes atractivas, la banda ofreció un repertorio musical muy complicado que contó con muchas maniobras virtuosas mientras recorrían elementos básicos en vivo como "Colossus" y "Smells Like A Freakshow". Por supuesto, Avatar también rompió las cosas con un par de éxitos recién acuñados de su próximo álbum “Dance Devil Dance” a pesar de algunos, una vez más, problemas técnicos que aparecieron aquí y allá para obstaculizar el flujo de su set. Baste decir que la multitud casi gritó mientras vitoreaban el set y coreaban repetidamente su nombre.

Un poco más tarde, en el Heaven Stage, los veteranos cristianos del nü-metal y nativos de San Diego P.O.D. tomaron las riendas. Ahorrándose poco en el departamento de pesadez a pesar del mensaje lírico generalmente optimista y radiante, se convirtieron en una actuación sólida como una roca y tuvieron a la multitud rugiendo tan fuerte como cualquiera de los actos más oscuros que los habían precedido. A decir verdad, la asistencia de la multitud estaba más o menos en su punto máximo cuando resonaron los ritmos infecciosos del tema de apertura mezclado con hip-hop "Boom", mientras P.O.D. se propuso estar lo más animado posible en el escenario para inspirar una actividad similar en el foso de abajo. Otras actuaciones destacadas con puños levantados, cuerpos saltando y buenos momentos que todos incluyeron versiones llenas de energía de los clásicos del pasado de esta banda como "Rock The Party (Off The Hook)" y "Soundboy Killa".

Luego fue el turno de Stryper en el Hell Stage. Los problemas de audio no solo harían que se detuvieran durante unos cinco minutos justo en medio de su tercer número "More Than a Man", sino que la iluminación se sentiría particularmente apagada durante las dos canciones anteriores, lo que dificultaría que la prensa en el foso de fotos tomara alguna buena foto de la banda. Sin embargo, y fieles a su condición de maestros de élite del escenario, se recuperaron rápidamente y se ganaron al público mediante una combinación de máximo esfuerzo y espectacularidad, con el dúo de cierre de los éxitos clásicos "Soldiers Under Command" y "To Hell with The Demonio." Todos los miembros estaban en plena forma, con la alta voz de Michael Sweet, similar a la de Dennis DeYoung, que continuaba sonando juvenil y exuberante.

Los cuatro pilares principales de Anthrax reflejarían la calamidad tecnológica antes mencionada del Heaven Stage, y volverían a sufrir la misma situación terrible por la que pasó Trivium el día anterior, para frustración de la audiencia. Los problemas de sonido harían que la voz animada y extravagante de Joey Belladonna fuera imperceptible para la multitud en sus interpretaciones iniciales de "I Can't Turn You Loose" y "Among The Living", pero luego la mayor parte del set restante se arreglaría. Trituradoras de alto octanaje de su catálogo seminal de los 80, como "Madhouse", "Metal Thrashing Mad", "Caught In A Mosh" y el tema de principios de los 90 de ritmo más medio que sacudió la tierra "Keep It In The Family", fueron entregados brillantemente a un público que no pudo encontrar una sola excusa para quedarse quieto, y las cosas terminaron con una nota verdaderamente explosiva con una actuación de estandarte de "Indians", completa con Belladonna luciendo su característico tocado nativo mientras recorría el escenario.

Luego, los pioneros daneses del metal, magos empapados de lo oculto de las viejas costumbres, Mercyful Fate, subieron al Hell Stage con fuego y furia bajo el cielo negro. Fieles a su compromiso con la teatralidad junto con su marca de heavy metal altamente cinético basado en el impacto, fueron un espectáculo visual que pocos podrían esperar rivalizar, con el timonel King Diamond vistiendo una túnica carmesí con una corona elaborada de espinas sobre su cabeza pintada. Su set sería un poco más corto en comparación con la colección de clásicos de los 80 que vino con su excelente actuación en Georgia hace unas semanas, pero seguiría el mismo esquema temático con las entradas clásicas "The Oath", "A Dangerous Meeting" y "Satan's". Fall" gobernando el gallinero, aunque su nueva canción "The Jackal of Salzburg" trajo una fuerte respuesta de audiencia comparable.

La penúltima banda en encabezar este festival masivo, y la última en rockear en el Heaven Stage sería Megadeth. Aunque no serían los que cerraron esta noche, se podría argumentar que llevaron la noche a su cenit y entregarían su espectáculo a la multitud más grande. El espacio para estar de pie no alcanzaba a describir lo lleno que estaba todo mientras este virtuoso cuarteto de thrash metal procedió a golpear y aplastar su camino a través de un maratón de trece canciones.

Dave Mustaine estaría en plena forma, poseyendo una mayor potencia vocal en comparación con su presentación anterior en Denver y también pareciendo mucho más enérgico en el escenario a pesar de su reciente lucha contra el cáncer y décadas de desgaste en la carretera. Cada entrada vería a Dave, Kiko, Dirk y James disparando a toda máquina a través de las habituales "Hanger 18", "Peace Sells", "Symphony of Destruction" y "Holy Wars". Fue un triunfo en todos los aspectos, y Dave agradeció repetidamente a la multitud y comentó que México estaba entre sus lugares favoritos para tocar. El único inconveniente era que tenía que terminar.

Las bromas teatrales y el esplendor visual serían el orden final de la noche a través del Hell Stage cuando los cabezas de cartel Kiss intervinieran con su última actuación en México. Sería en gran medida una repetición de sus actuaciones anteriores de este año con un gran énfasis en la pirotecnia elegante, las luces del escenario a todo volumen y una contagiosa oportunidad de cantar tras otra. En total, habría dieciséis entradas clásicas para adornar el aire mientras la multitud rugía, y algunos de los momentos más destacados serían la reproducción aleatoria de "Detroit Rock City", las bestias pesadas "War Machine" y "God Of Thunder" y la oda ultra pegadiza "Black Diamond".

Se debe hacer una nota especial del impresionante solo de guitarra de Tommy Thayer justo después de una sólida interpretación de "Cold Gin", que muestra que este fenómeno del pop/rock posee un lado virtuoso. La mayor parte del trabajo público recaería en la superestrella Paul Stanley, quien con frecuencia entretejía frases y saludos en español, como "Cómo están cabrones" y "Kiss quiere a México", mientras aceleraba las cosas entre números, un maestro del espectáculo para el final. 

Lo ocurrido el viernes  2 de diciembre, el sábado 3 de diciembre y en el concierto de Pantera lo puedes leer pinchando en los enlaces. 

Infierno: El Festival

La siguiente parte profundiza en lo que sucedió detrás de las cortinas. La deplorable cantidad de fallas, "invisibles" para la mayoría, convirtió el evento en una experiencia indeseable y frustrante para las bandas, miembros de la tripulación y nuestro propio personal en el lugar.

En aras de la claridad, he dividido este resumen por tema, para que sea más fácil de seguir para cualquier persona interesada. Rara vez hablamos mal de las cosas en el multiverso de metal, pero esta vez creemos que es importante compartir los detalles.

La pesadilla del transporte

El festival se llevó a cabo en la ciudad de Toluca, México. No había absolutamente ninguna infraestructura para manejar a los miles de asistentes que descenderían sobre la ubicación un tanto remota, y los promotores evidentemente no habían pensado mucho en la verdadera escala de esta celebración de tres días. Tal falta de planificación convirtió el tráfico y la tarea de entrar y salir del recinto del festival en una misión de proporciones militares. Los transbordadores, los que supuestamente se encargarían del transporte oportuno de las bandas y el personal de entrada y salida, no existían, y tratar de conseguir un Uber requeriría esperar al menos una hora. Nos dijeron que muchos miembros de la banda recurrieron a caminar unas pocas millas para tomar un taxi local en un esfuerzo por regresar a los hoteles. Y ese es solo un ejemplo de las muchas quejas de transporte que hemos escuchado.

El trato inadecuado a las bandas y roadies.

Uno pensaría que para un evento donde la música es el plato principal, los músicos serían tratados con el mayor cuidado y respeto. Sin embargo, numerosas bandas nos han dicho que el catering fue otro fiasco, ya que la comida caliente solo se reservó para los cabezas de cartel, y obtener boletos para la comida tomó horas y una lucha para conseguirlo. Las pulseras de los artistas cambiaban todos los días, como también lo hacían para la prensa y los medios, y la organización del festival no quería que las bandas y los miembros del equipo se quedaran y disfrutaran del espectáculo fuera de su horario. También vale la pena mencionar que el clima era de alrededor de 4º grados celsius y no había ni un solo calentador en el lugar. Buena suerte si no trajiste suficientes capas para mantenerte abrigado antes de subir al escenario.

La incompetencia técnica

En nuestra revisión de las actuaciones, describimos una y otra vez cuántos de los escenarios se vieron obstaculizados o incluso interrumpidos por problemas técnicos, así como por el aficionado de quienes los manejaban. Algunas bandas recurrieron a las redes sociales para expresar sus quejas y criticar el evento, como se puede leer en declaraciones de Cradle of Filth, Pain, Trivium.

El calvario de la prensa/los medios

Si bien es cierto que la prensa tenía una carpa dedicada donde se servían refrigerios regularmente, había baños disponibles, y esa área generalmente se mantenía limpia y tenía agua corriente, no había servicio de Wi-Fi en absoluto y la recepción celular era imaginaria. Esto hizo que fuera imposible hacer actualizaciones de medios en tiempo real para el festival. Uno pensaría que para un evento que espera miles de asistentes, alguien habría pensado que sería algo necesario. Pero hay más

El problema principal en el que estaban involucrados los medios, que indudablemente, y desafortunadamente, impactó nuestra propia cobertura de una manera muy negativa, fue una increíble sobreaprobación de medios de prensa; un enfoque que hizo que los fosos de fotos se llenaran masivamente con más de 80 almas en un momento dado, hasta el punto de que moverse era prácticamente inmanejable. Para empeorar las cosas, muchas de las personas a las que se les permitió ingresar al foso fotográfico llevaban cámaras de video en varias configuraciones, desde equipos profesionales conectados a trípodes hasta dispositivos totalmente amateur. Algunos simplemente filmaban el programa en sus teléfonos y se tomaban selfies, mientras que otros meramente se divertían y no hacían nada más que estorbar.

El exceso de personal de los medios era tan ridículo que al salir del foso de fotos después de las tres primeras canciones (y en algunos casos expulsado después de solo dos canciones sin ninguna explicación), se formaba una fila de inmediato en el único punto donde los medios podían acceder a los dos escenarios principales. Esto ocurrió incluso cuando la banda que tocaba todavía estaría en el escenario durante otra hora. Si eliges no hacer fila, no podrás ingresar cuando sea el momento del siguiente acto, ya que la fila sería muy larga. Incluso si lograbas pasar, estarías acorralado entre docenas de personas sin posibilidad de siquiera acercarte al frente del escenario. Tal situación obstaculizó severamente nuestras posibilidades de documentar cualquier cosa que sucediera en los otros tres escenarios en los terrenos del festival, ya que no teníamos más remedio que quedarnos en la fila de espera si queríamos tomar una foto de los artistas principales.

El odioso protocolo de sobreaprobación también trajo otra consecuencia desagradable: algunas bandas serían testigos de situaciones locas con la prensa y prohibirían que cualquier medio estuviera en el foso. Esto significó que los fotógrafos fueran dirigidos a la sección de "mesa de sonido", que en realidad era un espacio de seis pies entre las áreas "preferente" y “general" frente a cada escenario, cada uno de ellos cercado con barricadas para evitar el acceso de uno al otro Estar allí de pie (si tenía suerte de estar entre los primeros 20 en la fila de espera) dio lugar a una situación inesperada y, a veces, incluso peligrosa; durante las primeras tres canciones estábamos efectivamente bloqueando la vista de todos los fanáticos que esperaron durante horas bajo el sol y se amontonaron contra la barricada de admisión general detrás de nosotros. Algunos no se lo tomaron a la ligera. Lo que comenzó con gritos e insultos en algunas ocasiones, terminó con fotógrafos (entre los que me incluyo) salpicados de agua, cerveza e incluso atacados con pequeñas piedras. ¡Sí, has leído bien! Y el personal de seguridad, que nos rodeó para asegurarse de que saliéramos inmediatamente después del tiempo asignado, no hizo nada para calmar las cosas.

Las sombrías prácticas de las pulseras

No había forma de usar efectivo o tarjetas de crédito en el recinto del festival. En cambio, “cargarías” tu pulsera con cualquier cantidad de pesos mexicanos en cualquiera de los varios lugares destinados a esa tarea dentro de Foro Pegaso. Puede pagar lo que quiera con los proveedores escaneándolo y deduciendo el dinero. Eso, en principio, es una práctica común, y lo hemos visto funcionar bien en muchos festivales estadounidenses y europeos. Cuando cargabas tu pulsera, pagabas una tarifa de 25 pesos mexicanos por el servicio. De acuerdo, anotemos esto como un tipo de tarifa "que viene con el producto".

Sin embargo, si después del evento te quedaba una cantidad restante de dinero en tu pulsera (y seamos realistas, ¿quién puede predecir correctamente cuánto vas a gastar en bebidas alcohólicas o merchandising?), se te cobrará una segunda tarifa de 30 pesos mexicanos con "fines administrativos" para reembolsarle el dinero... pago que no fue informado por adelantado.

A todo esto se suma las promesas fallidas que el festival le hizo a Metal Injection, que tenía un personal completo en el lugar, como se mencionó anteriormente. Si bien el director de Metal Injection, Frank Godla, tiene sus propias reservas de asistir o trabajar con el festival nuevamente, esta revisión crítica no pretende ser parcial debido a esta debacle.

En conclusión, Hell and Heaven Metal Fest contó con una alineación que nos hizo salivar por un festín de metal de alto calibre, y las bandas fueron sin duda la mejor parte, pero la manifestación recurrente de las insuficiencias descritas hizo que el evento realmente honrara la primera palabra de su nombre, y con creces. Esperemos que aprendan de todos los errores, y quizás las ediciones posteriores sean impulsadas por un equipo diferente, lo que los convierte en un evento mejor planificado y preparado que puede convertir el mal sabor de boca de esta edición de 2022 en poco más que un mal recuerdo.

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