Como cada año nos esperaba esta ineludible cita con el que es uno de los mejores festivales europeos y sin duda el mejor festival de España. No, no me equivoco, porque aunque este evento se celebra en Clisson, Francia, la cantidad de españoles que lo visitan aumenta cada año, sobretodo por la sequia musical que, gracias al gobierno del PP y a la subida del IVA cultural tiene el país.

Esta vez nos fuimos de viaje con Metaltrip. Tres autobuses cargados de rockeros salieron de Madrid, mientras otros salían desde diferentes ciudades a distintas horas del mismo día. Recomendamos los viajes con Metaltrip: buen rollo, puntualidad promedio,  y muy agradables los responsables. A nuestro autobús le correspondió Yalinku con cierta fama de gafe que perdió durante el trayecto de regreso. Aun así es una paliza estar de viaje durante casi 16 horas, pero es una va mas económica y directa que el tren o el avión.

Llegamos el jueves a las 11 de la noche, para encontrarnos la carpa de Metal Corner con música, y personal de seguridad cuidando todas las puertas de acceso al camping, al cual solo se podía acceder mostrando la entrada. Fui a buscar mi acreditación de prensa pero por una mala orientación de la voluntaria que cuidaba la puerta, me extravié y no la conseguí hasta el viernes por la mañana.

El viernes, primero me fui al Leclerc, el mercado de Clisson, para abastecerme de comidas y bebidas. Allí me encontré la agradable sorpresa de que este año Leclerc estaba engalanado con fotos de los Hellfest anteriores y todos los dependientes tenían una camiseta con el logo del Hellfest y dándonos la bienvenida. Mientras esperábamos que abrieran, ellos nos esperaban todos frente a las cajas y hasta alguno nos hacían fotos. Este Leclerc y otros comercios de la zona, durante los días del festival deben vender más que en todo el año, y además resuelve un gran problema a los miles de campistas que allí se encuentran, hecho que ambas partes agradecemos. Un supermercado decorado con fotos de un festival de rock no lo he visto en ningún otro lugar del mundo.

Una vez en el recinto, y ya que me había perdido la actuación de Ángelus Apátrida, quienes abrían en el Mainstage 2, me fui a saludar a los colegas de prensa y me acerqué al Valley para ver con curiosidad a Caspian. Ellos hacen un post-rock instrumental que logró conectar con los asistentes, bastantes para la hora, 1 de la tarde. Una magnifica y atrevida banda.

De ahí pasamos al Mainstage 2 para ver a Toxic Holocaust, un trío muy enérgico representando la New Wave of Thrash Metal, que en 45 minutos tocó catorce aceleradas  canciones que fueron presentando una a una, comenzando con “Metal Attack”  y lanzando de un trallazo composiciones que movieron al respetable “In the Name of Science”, “War Is Hell”, “666” (que fue la sexta canción para completar los cuatro dígitos iguales),  “Endless Armageddon” y otras, cerrando con  “Bitch” y “Nuke the Cross”, en un set list muy similar al ofrecido en la gira Toxic Holocaust + Exhumed + Titadine cuyo concierto reseñamos a su paso por la Sala Sonora de Erandio.

Powerman 5000 venían sustituyendo a los inicialmente anunciados Lynch Mob. Sus discos me gustan y aunque en directo intentan darlo todo, sonaron bastante diferente. Venían presentando su nuevo CD Builders of the Future del cual tocaron “How to be a human” y alguna otra que se me escapó. No olvidaron algunos clásicos como “Horror Show” y “Super Villain” de su disco del 2009, Somewhere on the Other Side of Nowhere. El público comenzó a coger vapor casi a final de la actuación y fue una pena, porque la banda lo hizo muy bien.

Cualquier amante del thrash y el hardcore conoce a M.O.D. y a Billy Milano. Su primera presentación como cabeza pensante de una banda fue con el famoso e influyente disco de S.O.D.,  creando luego esta segunda banda pero con el mismo espíritu inicial.  La muestra es que durante este concierto hicieron bastantes canciones de ese disco, como “Aren't You Hungry? “, “Kill Yourself”, y un cierre con un montón de ellas: “Milano Mosh”, “Fuck the Middle East”, “Pussywhipped”,  “Fist Banging Mania”, “Speak English or Die”, “United Forces”. De su banda actual tocaron la pegadiza  “No Glove No Love”, violenta y mucho más rápida,  y la impactante “True Colors”, así como la coreada “I Love Livin' in the City“.   Aun así, y no sé si era por el calor abrumador o porque estamos hablando de historia o de una banda poco promocionada y solo para conocedores, la audiencia respondió pero no llegaron al mosh pit y mucho menos al wall of death.

Eran las cinco de la tarde y decidí irme a comer mientras Theraphy? descargaba su set. Hicieron una versión de “Breaking the Law” de Judas Priest. A continuación debía haber entrado Death Angel, pero se anunciaba que en su lugar y cambiando de horarios estarían Trivium.

Segunda vez que los veía en este mismo escenario y segunda vez que nos impactan con su fuerza arrolladora. En este intervalo editaron nuevo disco, Vengeance Falls del cual tocaron canciones como “Brave This Storm”,  “Strife” y “Through Blood and Dirt and Bone“, sin olvidar clásicos que pegan duro en la audiencia como “Anthem (We Are the Fire)” y “Dying in Your Arms”. Matt Heafy estuvo todo el tiempo alentando al público y fue muy bien correspondido.

También hubo cambio de horario, adelantándose Rob Zombie en dos horas y pasando Sabaton a un momento posterior, razón por la cual siempre hay que estar al tanto con los cambios de última hora. En la poco más de una hora de concierto, el Zombie tocó 11 canciones, con sus espectaculares músicos acompañantes donde destaca John 5 peculiarmente maquillado.

La banda comenzó con “Dragula” seguido de “Superbeast”. El show gigante que Zombie presenta en Estados Unidos no vino al Hellfest, pero ya verlo a él y a su grupo es un espectáculo.

“Living Dead Girl” comenzó la actuación, seguida de “Dead City Radio and the New Gods of Supertown”. Unos gritos y sonidos pregrabados acompañaron una ligera descarga de batería que da tiempo al cambio de guitarra y mascara de John 5 y de ropa de Rob Zombie, para regresar con “More Human Than Human”.  Por otra parte, el cantante parece ser muy querido en Francia,  pues el público estuvo literalmente entregado, tetas incluidas.  Rob Zombie se bajó al foso y  comenzó a estrechar la mano de las primeras filas. Se le notaba especialmente alegre esta tarde e incluso bailó mucho más que de costumbre.

Continuaron con “House of 1000 Corpses”. En el público había un chico con una máscara que era una cabeza de caballo, y Rob pidió que se la pasaran, se la puso antes de comenzar a cantar “Am I Evil? “, que hizo famosa Metallica, pero que en realidad es original de Diamond Head.  John 5 tocó un despampanante solo mientras hubo otro cambio de camisa del Zombie y una nueva bajada al público a saludar.  Luego Rob cantó fragmentos de “Enter Sandman”  de Metallica,  y “School Out” de Alice Cooper, sacando una bandera francesa, y tras una emotiva exclamación por su parte de  “¡Viva la France!”, se despidieron con un grandioso “Thunder Kiss '65”. ¡Magnifico show!

También magnifico el concierto de Sepultura. Decididos a no vivir del pasado, lanzaron un repertorio donde el balance apuntaba a los nuevos discos. Derrick Green aunque físicamente se ve algo mayor, continua estando en una forma espectacular.  Hubo quien gritó pidiendo los temas clásicos, pero la banda siguió a su ritmo, y se nota el cambio, despegándose bastante de sus raíces brasileras en las nuevas grabaciones: Kairos y The Mediator Between Head and Hands Must be the Heart. El set-list fue el siguiente: “The Vatican”, “Kairos”, “Propaganda”, “Impending Doom”, “Manipulation of Tragedy”, “Convicted in Life”, “Dusted”, “Refuse/Resist”, “Arise”, “Ratamahatta”, “Polícia” y “Roots Bloody Roots” (con aporte de Green a la percusión). ¡Hay Sepultura para años!

Iron Maiden, los clásicos por excelencia del Heavy Metal. Decenas de giras por todo el mundo, y aunque presentaron el mismo repertorio de hace un año en el Sonisphere, la gente sigue viniendo y sigue respondiendo. Más lleno que durante todo el día, casi no había espacio entre nosotros.  Hablando del Sonisphere Madrid. Cuando estuve allí la banda sonaba mal y el sonido era pésimo, llegué a pensar que Iron Maiden estaba en las últimas, sin embargo llego aquí y con el poderoso sonido del Hellfest la banda suena gloriosa y a pesar de los años pasados los cuerpos están en mejor forma que los de muchos más jóvenes y las mentes igual de claras. Estos deben viajar con un gimnasio portátil aunque es posible que con lo que corren durante dos horas sobre el escenario, ya sea suficiente.

En “Run to the Hill”, Eddy salió con su uniforme rojo, y durante el solo de guitarra, Janick Gers puso su guitarra al alcance de la mano izquierda del muñeco, el cual simuló tocarla al compas del riff. Otro detalle es que el tecladista que sale esquinado durante “Seventh Son…” estaba maquillado al estilo black metal.

Como les comentaba, el set list es básicamente el mismo. A veces se pierde “Clairvoyant” y en otros momentos desaparece “Revelations”, pero las canciones más populares siguen en la lista,  aunque para cerrar esta noche, en vez de hacerlo con “Running Free” lo hicieron con “Sanctuary”.

Terminado este concierto comenzó Slayer en el Mainstage 1. ¡Qué combinación!, ¿Quién puede resistirse a un par de bandas de este calibre? Slayer entraron arrasando en su único concierto europeo después de haber cancelado la gira europea. Quince canciones que cualquier fan del metal extremo reconocería en cualquier parte de la tierra. Desde la inicial “Hell Awaits”  hasta “Angels of Death”, pasando por trallazos como “War Ensemble”, “Season in the Abyss”, “Raining Blood” (con un pequeño arreglo inicial donde omitieron la lluvia) y “South of Heaven”.

Después de esta avalancha, la banda que viniera tenía que apretar. Le correspondía a Sabaton, que salieron muy enérgicos a darlo todo, defendiendo su nuevo disco, Heroes.  Después de la grabación de “The Final Countdown” de Europe, entraron con “Ghost Division” y “To Hell and Back”. Sabaton está dispuesto a labrarse un nombre dentro de los primeros grupos del heavy metal a nivel mundial, aunque algunos escépticos del público comentaban que les será muy difícil, y preguntaban: “¿Quién quedará cuando se acaben las grandes bandas?”

Mientras tanto, sonaron canciones como “Carolus Rex” y “The Art of War”, cerrando con “Primo Victoria” de manera apoteósica.  Quedaba por tocar Death Angel, a quienes los habían movido de posición dos veces. Esto atentó contra la cantidad de público, muy inferior en número, que se retiraba por miles, incluyendo a un servidor a quien el día de pie y el bajón de adrenalina le había pasado la cuenta. Quedaban dos días de Hellfest. Ya les contaré lo que ocurrió el sábado 21 de junio.

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