La fiesta oficial del Resurrection Fest tuvo lugar la noche del sábado 16 de mayo, en la sala We Rock del centro madrileño, acto seguido de la premiación del Band Contest Estrella Galicia 2015, donde las bandas afortunadas fueron Brothers Till We Die, Borderlands y Blaze Out.

Las seis agrupaciones en concierto, finalistas de entre más de 200, fueron, por orden de presentación Brothers Till We Die, Tao Te Kin, Borderlands, Nodriza, Blaze Out y AcidProyect. Un jurado formado por músicos profesionales decidió los tres ganadores, que actuarán en el festival, donde ya se listan más de 80 bandas.

Brothers Till We Die rompió puntualmente, a las 19:30h, y se hizo sus temas cargados de energía, extraídos principalmente de su primer álbum “We Will Never Grow Up”. Mucha juventud la de estos madrileños, tenacidad de skaters, con algo de inexperiencia sobre las tablas pero con muchas ganas: ése fue su principal distintivo.

Excelente despliegue de su cantante, Felipe Alemán, alternando las voces guturales de su bien trabajado metalcore, y comunicándose con los asistentes. Incluso llegó a dedicarle la actuación a todos los que se quedaron fuera, por ser menores de edad y no permitírsele la entrada a la sala, mientras los que sí pudieron coreaban sus canciones con entusiasmo, en los momentos en los que no se aporreaban en el moshpit.

El resto de la banda (sin confirmar, pues en todas las actuaciones se echó de menos las presentaciones de los músicos) eran Pablo Martin en el drums, Mario Vian y Edu Barber en las guitarras y Ricardo Calabró en el bajo.  

El setlist anunciado incluia “Backstabbers”, “...But the Princess Is In Another Castle”, “No Passion, No Compromise”, “Real Eyes Realize Real Lies”, “Respect Yourself” y “Tony Montana”, pero como terminaron, según lo previsto, en 20 minutos, no estoy completamente seguro si les dio tiempo a tocarlas todas.

Cerca de las 20:10 comenzó Tao Te Kin, en mi opinión los que más curtidos debían estar, pues llevan desde 2005 en escena. Para los de Getafe no fue la mejor noche, me pareció que su sonido, donde un bajo distorsionado se escuchaba por encima de todos los instrumentos, dejó mucho que desear. Hubo molestos feedbacks que no adicionaban nada al ya garajoso sonido, y hasta alguna desafinación.

Ya por el segundo tema, “Aguijón”, sabíamos que se habían traído el setlist más plomizo de la noche, y la camiseta que llevaba Luyu (Juan Luis de León, uno de los guitarristas) de inmediato me señaló sus influencias: Clutch. Debo decir que de lo poco que he escuchado del “Abada”, su disco del año en curso, este tema me pareció de lo mejor, pero en directo se deben cuidar de las eventuales malas jugadas del sonido, en especial en este estilo sludge stoner progresivo en el que se inscriben.

Jesús Rodríguez en la guitarra, Ismael Sanz tras la batería, Jorge Garrido al bajo, y Emilio Sánchez en la voz, acompañaban a Luyu.

Un encapuchado Rui Martins, vocalista de los portugueses Borderlands, ya andaba merodeando por ahí, cuando los guitarristas Rui Terruta y Hugo Capelo, el bajista Yuri José, y el baterista Cristóvão "Kiki" Monteiro se subieron para exhibir un pequeño bloque-prueba de sonido de apenas 30 segundos, y repartieron cartas credenciales.

Su metalcore progresivo con tintes de djent y math mostró la fuerza y vitalidad necesaria para convencer al jurado, y a mí. Después de tres temas me quedó claro que era una de las favoritas a ganarse un puesto en el cartel del Resurrection Fest.

Les siguieron los valencianos Nodriza, quienes a las 21:15h ya tenían desplegadas sendas telas con logo y nombre de la banda a los lados (los únicos que enseñaron distintivos de banda en escena, un recurso visual que, créeme, siempre ayuda). Víctor (voz), Javier (guitarra), Manuel (bajo) y Adrià (batería) ejecutaron varios temas de su demo “Nodriza” (2011) y su EP “La sombra del árbol” (2015). De buena pegada, su hardcore llega al público fácilmente, al punto de que hubo algunos que corearon su nombre cuando no los vieron incluidos entre las bandas premiadas.  

Blaze Out, provenientes de Barcelona, comenzaron a las 21:45h, y según lo que había escuchado, esperaba de esta banda algo más parecido al thrash de Megadeth, pero su propuesta estaba más dentro del metal clásico, más “apanterada”, con puntos de contacto incluso con los recursos técnicos del guitarrista Dimebag Darrell. El trabajo vocal de Gerard Rigau sí que me recordaba a Mustaine, pero no el resto. Carles Comas en el bajo, Rafa Weber en el drums, y el único presentado, el recién llegado David Lleonart en la guitarra líder, enseñaron pura potencia y espíritu, y también de inmediato me parecieron destacados para ganarse un cupo.

Cerraron el concurso los gallegos AcidProyect quienes cerca de las 22:30h comenzaron su actuación. A los de Ourense los noté curtidos, aunque a veces Murias, el cantante, me pareciera algo fuera de tono. Con Gaby en la batería, Iván y Brais en las guitarras, y David al bajo, se mostraron sólidos, con temas de su único álbum “Where’s Your God Now”, de mitad del año pasado.

Faltaba para la medianoche cuando se anunciaron los ganadores del concurso de bandas, repartiendo tercer, segundo y primer lugar para Blaze Out, Borderlands, y Brothers Till We Die, respectivamente. Los componentes de las tres bandas subieron a agradecer a los asistentes, y a hacer algunas dedicatorias, excepto los portugueses, que lo hicieron para disculparse de no hablar español, pero igualmente agradecieron, en inglés, el apoyo recibido.

Posteriormente vino el vertiginoso sorteo de merchandising y abonos, donde seguramente hubo más diversión sobre el escenario y entre las animadoras que en el público. Digo vertiginoso por decir algo, porque apenas daba tiempo a comprobar si tu número era el agraciado, y ya las bellas chicas cantaban otro, lo que creó más de una confusión.

La noche no acabaría ahí, pues habían anunciado sesiones de músicos conocidos, como Turri y Javi (vocalista y bajista de Thirteen Bled Promises, respectivamente), o Alberto Marín (guitarrista de Kaothic y ex de Hamlet), entre otros, hasta las 03.00 de la mañana aproximadamente y a continuación el DJ residente de la sala animaría con música hasta el cierre.

En general la organización del evento, con Ana Laballo a la batuta, fue excelente. Mi agradecimiento por su tan profesional gesto, al preocuparse porque un reportero arisco como yo, poco dado a las zonas especiales cerradas, se sintiera a gusto. No dudo que el Resurrection Fest será un éxito.

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