Metalapolis / Germusica PR © 2018

Tracklist:
01. Dusk
02. Cold Star Dancer
03. Myrmidon
04. Kiss Of Fire
05. Goodbye
06. Ex Machina
07. Magellan Rise
08. Seize The Day
09. Viper
10. Kings
11 Devil's Night
12. Jessie's Girl (Bonustrack)

Cada dos años, Maverick nos ofrece un nuevo disco. ¡Y lo agradecemos! Es de esos grupos que fábrica canciones espectaculares, marcadas por la fuerza y el optimismo. Y después dicen que la gente de Irlanda del Norte está falta de alegría.

Pienso que el punto flojo de la banda son sus caratulas. ¿Quién las diseñará? Para su disco debut, Quid Pro Quo, la portada parecía más la de una banda de thrash mientras que en Big Red apostaron por la sobriedad, pero tanto en ese como en este nuevo, que nos hace pensar que la india es la “dancer”, el logo debería resaltar más.  Pero bueno, a ver si para el futuro mejoran algo.

La música es hard rock moderno, con algunas reminiscencias de las noventa marcadas en sus influencias de bandas como Skid Row o Winger. A diferencia de los discos anteriores, aquí hay un paso adelante en las composiciones, dándoles un toque de actualidad que está más a tono con el hard rock que se hace en los países nórdicos. Alguien diría que han evolucionado, pero esta es una palabra que no nos gusta mucho usar.

Los hermanos Balfour también han remozado la banda. El segundo guitarrista se fue durante la producción del disco, y solo se mantiene el bajista Richie Diver que acompaña al nuevo batería, Jonathan Millar. La banda va creciendo en popularidad y algunos músicos han colaborado en este disco. Para “Ex Machina” y “Cold Star Dancer” trabajó el guitarrista de Treat, Anders Wikström y en “Myrmidon”, “Viper” y “Devil's Night” participó Steve Moore, guitarrista de Stormzone, quien seguirá como parte de la formación de cara a los directos.

Sin embargo, no son guitarristas que por estar en bandas más reconocidas puedan ponerle trabas a Ryan Balfour en su propio equipo. Solo hay que escuchar el riff y el solo de piezas como “Magellan Rise” o la alegre “Seize the Day” para darse cuenta que en un directo de Maverick deben llover notas aceradas de guitarra al más puro estilo shredder. A propósito, esta última es una pieza que recuerda por la forma de cantar al maravilloso Sammy Hagar. Y es que David Balfour reúne en su garganta una técnica depurada y una tonelada de sentimientos que se desbordan con la proyección de su voz.

El disco fue producido por Neal Calderwood en los Manor Park Studios en Belfast. Una banda que trasmite alegría y una música que además de ser bella está muy bien.

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