Rock Estatal Records © 2019

Tracklist:

1. The Dark Forest 1:02
INFERNO 
2. Descent 5:59  
3. Into the Hell 6:17  
4. The Devil's Jaws 5:53
PURGATORIO  
5. Regret 5:54  
6. Seven 5:21  
7. Rivers of Paradise 8:04
PARADISO  
8. Ascent 5:49  
9. Walking on the Stars 5:27  
10. Light 6:51

Asistimos a la presentación del segundo disco de la banda madrileña Bridge to Nowhere en la zona de Urgel, en el bar Hellraiser.  Allí me encontré con mi amigo Mauricio Frondoso que venía de San Sebastian por otros asuntos y recaló en el oscuro bar. BTN se definen como una banda de Dark Melodic Metal y una mujer muy agradable que yo creo que era la propia Ana Rochas, presentó los temas hablando sobre algunos de ellos. Y digo creo, porque la agradable y cercana mujer que nos atendió no se parece mucho a la voluptuosa fémina de mirada perversa de la foto promocional. O es que la oscuridad, la presbicia y la cerveza me nublaron un poco la visión.

Ana Rochas viene de las filas de Wereworld y César L. Pazos de Avalmeth. Ellos fueron el núcleo de esta banda. Ya llevan dos discos, el segundo sale hoy mismo, este del cual te comentaremos. En ambos han trabajado los CD’s como obras conceptuales, llevando historias completas a la música emulando una obra literaria.

Eso explica a los neófitos como yo lo de “Divine Tragedy” inspirada en la Divina Comedia de Dante, e inspirada en las tres partes del poema: Infierno, Purgatorio y Paraíso. Lo primero que llama la atención son las letras, mezclando inglés e italiano, y el estilo vocal mezcla también lo lírico con lo gutural, agregando voces claras que son la base fundamental. Una mujer con multi registro y un timbre natural bastante personal además.  A Ana se le entiende perfectamente en ambas lenguas y si para su tercer disco les da por hablar de “Los Miserables” seguro que añadirá pasajes en un perfecto francés.

Cuando veas la carátula del disco, la contraportada con los títulos de las canciones te revelará algo que Ana explicó esa noche, el concepto alrededor del número tres.  Ella lo definió como el número perfecto, y aunque yo pienso que la perfección se alcanza con el siete, no dejo de darle la razón en su explicación conceptual. De ahí que el disco este dividido en tres partes con tres canciones cada una.

Comienza con una intro sinfónica y oscura, “The Dark Forest”, mientras Ana recita el inicio del poema original. A partir de aquí esto será una fiesta para los amantes de la música y un deleite para los sibaritas literarios. La historia está contada con multitud de detalles que puedes apreciar mejor leyendo las letras, que por demás son extensas y apegadas a la historia original. ¿Hay alguna reinterpretación del libro? No lo creo, aunque no puedo del todo asegurarlo.

A nivel compositivo, hay tres piezas que encuentro magnificas, pero luego de mirar bien su orden, creo que me he sugestionado por la posición que ocupan. Estas son “Descent”, “Regret” y “Ascent”.  Ellas demuestran la propia versatilidad de la banda. Por encima de estas, la extensa y creativa “Rivers of Paradise”, donde la banda en pleno muestra sus mejores cartas y Ana se mueve lo mismo en un registro similar al de Ann Wilson de Heart que está a la altura de cualquiera de las divas del metal melódico europeo.

A partir de “Ascent” las canciones ganan en claridad espiritual. Hasta ese nivel de detalle se ha llegado. Tanto el descenso como el camino están plagados de oscuridad e incluso a partir de “Ascent” hay momentos de penumbra, pero ya van pasando. Otra pieza que escuchada con detenimiento nos revela un trabajo minucioso, incluso por encima de lo detallista que es el disco de manera global. Si Ana ya cantaba muy bien y hasta mejor, en Paradiso se supera aun más.

El disco fue grabado en los Metal Factory Studios de Madrid con masterización de Alex Cappa, producido por Bridge to Nowhere y Pablo Rousselon. Una vez escuchado mi pregunta fue. ¿Qué hacemos aquí? Esta banda está al nivel de cualquiera de las que van al Wacken e incluso no desentonarían en el Royal Albert Hall. Pero la vida es así y lo que nos tocó fue el Hellraiser. ¡Y lo disfrutamos!

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