Earache © 2011

01. Fight to the Death
02. West L.A. Nights
03. Starchild
04. Flying Tigers
05. Night Train to Tokyo
06. Night Stalker
07. Fall of Atlantis
08. Blood on the Pyramid
09. Demons and Diamonds
10. Dark Alien Overture
11. War of the World
12. Starman´s Song

Yo pensaba que este tipo de sonido más nunca iba a regresar, y aquí está White Wizzard con Flying Tigers, un álbum de heavy metal tradicional al estilo de bandas como Warlord o Cirith Ungol, que nunca estuvieron en primera categoría, pero siempre hicieron una música espectacular. Bajo la dirección del bajista Jon Leon, hay una potente banda integrada por el vocalista Wyatt "The Screaming Demon" Anderson, guitarristas Erik Kluiber y Chad Yashuhara, y el baterista Giovanni Durst. Uno de los problemas es que este es el tipo de grupo que tiene continuos cambios de alineación, y efectivamente, este disco está grabado por Jon Leon, el baterista Giovanni Durst y el vocalista de estudio Wyatt Anderson, así que cuando salgan de gira va ser otro el cantante, cambio que aún no sabemos si perjudicará o beneficiará a la banda.

El estilo vocal es claro y épico, el musical es el del heavy metal clásico, sin aditamentos. Y realmente esto me ha descolocado un poco ya que no esperaba un grupo que sonara con timbres tan ochenteros. El metal tradicional, que ha sido mirado con reverencia, y al mismo tiempo tratado como una reliquia de antaño, está aquí. Quien comience a escucharlo, piensa que puede ser un grupo de más de 20 años sin embargo se fundó en el 2007. Por otra parte, es un grupo que tuvo la suerte de dar con Earache, una compañía siempre dispuesta a apostar por la locura. Otra discográfica les hubiera recomendado que modernizarán su sonido. Ni siquiera son un grupo glam, o sleazy, sino que están firmemente enclavados en la NWOBHM.

No es un grupo de baladas, ni meloso. El disco está repleto de buenos solos de guitarra, y la sección rítmica suena potente, especialmente Jon Leon, que siendo su grupo, se escucha el bajo con claridad, haciendo continuas florituras. Los riffs no son para nada novedosos, pero si son atractivos, y hacen que le prestes atención a los temas. Al comenzar, “Fight to the Death” que suena como una canción que ya has escuchado, un riffs que ya has escuchado, una voz que ya has escuchado, un sólo que ya has escuchado… más claro no lo puedo decir. Pero a medida que avanza el disco, le va tomando el gusto, y te das cuenta que se trata de músicos que dejan la piel en la composición. “Starchild”, el tema tres, te llegará al alma, con unos coros muy bien estructurados. Y a partir de ahí con cada canción comenzaras a meterte más en la idea musical que defienden. Ese es el sentido del grupo, el de mantener viva la llama del heavy metal clásico, no el de intentar hacer algo distinto, si no alimentarnos con el mismo tipo de proteína de hace más de 30 años.

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