A veces te preguntas cómo es posible que no conozcas a una banda que se formó en 1988 y aun está activa. Pues es muy fácil, al menos en el caso de Templario: redes sociales inactivas o inexistentes y muchos deseos de hacer buena música pero poca comprensión acerca de cómo se mueve el mundo actualmente en cuanto a promoción. Y si a eso se suma que tienes que hacértelo todo tu mismo y además buscarte el pan de cada día, pues la vida no te da.

Y me imagino que es ese el caso de Templario, banda de Castellón que nos envió su disco '9 Verdades'. Y lo primero es que aunque tu pienses que esas son sus verdades y no las tuyas, la música no deja títere con cabeza (tampoco las letras) y lo que te caerá tan pronto metal el disco en la bandeja es una avalancha metálica de las gordas. Es como si viniera una tormenta de esas que solo se ven en televisión, con tsunami incluido.

Comienzan con “Viejos Conocidos” y al escuchar la voz de Fran que es el típico timbre agudo de aquellos finales de los ochenta, es que me doy cuenta que esta banda debe tener más historia. Una música muy agresiva y unas letras que no tienen desperdicio. Un verso dice que “no serás nadie si no pagas” y aunque la banda lo critique esa es la vida, todos tenemos que comer. Y no, Templario no nos paga por esta reseña, pero tampoco trabajamos gratis.

Mucho mejor me suena “Torres de Arena”, con un inicio cercano al grindcore. Canciones breves de tres minutos y medio la mayoría, que suenan como trombas cargadas de odio. Una canción que te quita la respiración aunque estes sentado tranquilamente escuchando.  “La Cara Más Falsa”  ya define el estilo de la banda, grandemente influenciados por el thrash alemán de los ochenta. Incluso hay momentos en los que si no fuera por los versos en castellano podría pensarse que se trata de una pieza de aquellos gloriosos tiempos de Destruction o Kreator.

Siendo un trió, aquí todo tiene que sonar, y el sonido del bajo es grueso y rotundo. “Vinilos” se descuelga con un riff de corte Judas Priest mientras “Yo No Tributo” regresa con la caña burra en una melodía que me recuerda una de las piezas del primer disco de Flotsam and Jetsam. “Borregos” regresa a la fuerza y la batería suena como si la pateara un equidae.

Cuando llegas a “El Crítico” te das cuenta que hay en las letras un concentrado de amargura destilada contra la industria musical. No va a entrar por el aro y asumirán las consecuencias, pero las cosas van mal incluso para los que entran así que si vives fuera de España este es un momento para conocer a una buena banda.

Con la letra de “Conciertos Estiércol” también nos enteramos que tampoco van a sus conciertos. Y claro, para ser teloneros a veces hay que pagar. “Lo que podemos hacer es seguir componiendo”, y así terminan con “Arrastrando el Nombre” que como la mayoría de las letras, también se dirige cual dardo ponzoñoso contra la industria musical.

Heavy/Power /Thrash cañero donde la fuerza predomina sobre la imaginación.  Un disco al que tengo que vacunar contra la rabia, no vaya a ser que me contagie. Una banda que disfruta con su música como mismo te invito a disfrutar a ti.