Reylobo - El Octavo Pecado (2021)

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Domingo, Diciembre 22, 2024

Reylobo - El Octavo Pecado (2021)

Escrito por Tony González

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Duque Producciones

Tracklist:

01. Final

02. Los Olvidados

03. La Jauría Humana

04. Rebelión

05. El Hombre Inquieto

06. Sidonie

07. La Configuración Del Caos

08. Las Águilas Blancas

09. Dogma

10. Origen

11. Réquiem

*Al final de la reseña tienes un resumen musical del disco para que lo escuches mientras lees...o simplemente sin leer.

La música siempre han sido más un estado de ánimo y situaciones objetivas que otra cosa. Lo pienso escuchando el disco debut de Reylobo, un grupo de Murcia que hace heavy metal melódico, formado por músicos de otras bandas locales. Comenta la biografía del grupo que el guitarrista y compositor Pedro Gallego adquirió y profundizó en composición y técnica de guitarra de la mano de Jerónimo Ramiro (Saratoga, San Telmo, Ñu...) y de Alberto Rionda (Avalanch, Alquimia). De hecho, es Alberto Rionda el productor, además de grabar y mezclar el disco comprometiéndose con el mismo un poco más allá, grabando el bajo en todas las canciones. Si hubiera agregado un par de solos de guitarra, hubiera sido el summun del CD, pero no ha sido así.

El disco tiene un hilo conductor que es la respuesta a la pregunta “¿qué hay más allá de la muerte?”. Comienzan con un instrumental titulado “Final”. Cuando continúa “Los Olvidados”, pensamos que las voces han quedado demasiado altas en la producción, pero quizás es solo porque comienza con un coro, el caso es que esta impresión de sentir las voces muy por encima de la música se va diluyendo a medida que avanzan las canciones. A esto se suma que suena como si los versos estuvieran metidos a la fuerza, y pensamos que, si todo el disco es así, menudo desastre. Afortunadamente no, y solo ha sido una mala organización del listado de canciones según nuestro criterio, como todo lo que vamos a decir aquí.

Nacho Fernández canta muy bien y comienza a mostrar sus recursos un poco más en “La Jauría Humana” donde llega al histrionismo. La letra muestra un problema muy real y la música es potente, con buen gancho y un momento ambiental que refuerza el concepto lírico. Cuando comienza la siguiente pista, me ataca el trauma pensando que se trata otra vez de una “Revolución”, pero al menos el grupo ha usado un sinónimo, “Rebelión”. Canción de riff pegadizo y letra fantasiosa más que fantástica, con un estribillo potente, “quien quiera vernos caer, verá que somos legión” es una frase que para levantar los ánimos de un festival no tiene precio. ¡Lo han hecho muy bien! Pedro Gallego hace un solo muy lindo y comenzamos a prestarle atención a su trabajo.

Lo mismo decimos de la sección rítmica. De verdad lo digo, si alguien se atreve a ponerle una pega al bajo tocado por Alberto Rionda, sobre todo después de escuchar “El Hombre Inquieto”, mejor que coja una cita gratis en esas tiendas donde atienden a los que se están quedando sordos. Alex Molina por su parte tiene la suerte que en las composiciones le han dado aire y puede destacar con múltiples ritmos en cada canción. La canción, con un inicio de corte neoclásico, se parece musicalmente a muchas otras, pero eso no es agravante para que no la disfrutemos, que es como ha querido hacer Reylobo.

La balada “Sidonie”, es un bajón importante. Reylobo debería olvidarse de las baladas, no solo por la lentitud sino porque resulta ser una pieza a la que le faltan cosas y otras le sobran. Las florituras de guitarra están muy bien, pero son muy comunes. El dramatismo lírico es patético, la grandilocuencia le sobra... en fin, que no.

Es por eso que “La Configuración del Caos” es pura caricia para nuestros oídos. Es en piezas como está donde Reylobo brilla. Una letra potente, un riff poderoso, una garganta perfecta y una sección rítmica que mantiene una base sobre la que corre el resto. Miguel Torralba agrega un timbre efectivo a sus teclados y la canción queda perfecta. ¡Ah!, que ha sido Manuel Ramil quien ha grabado los teclados. ¡Ya lo entiendo mejor! Así que Miguel, esperamos que estés a la altura. Continúan con el single “Las Águilas Blancas”, una canción de power metal pegadiza con una bella letra optimista y ritmo trepidante.

La banda hasta el momento no ha entregado un material arriesgado y “Dogma”, con Isra Ramos y Sonia Rubín, parece que tampoco, pero se trata de una canción con dos momentos bien diferenciados. El inicio, pausado, tristón, bucólico y medieval, y una entrada de guitarras haciendo una melodía folk a partir del primer minuto y a partir de ahí, la fuerza. La melodía de la letra es curiosa cuando menos, con unos versos que realmente me llegan muy adentro, y la canción va por los caminos del power metal de manual. Tres minutos de instrumentación bien trabajada con elementos orquestales y corales bajo el título de “Origen” ponen la joya en un lugar inesperado, terminando “Réquiem”, medio tiempo con fuerza heavy y letra también curiosa, mitad fantasía y mitad realidad. Las partes de guitarras son algo melancólicas y la pieza toda suena algo solemne.

Al principio de la reseña comenzaba con una afirmación que no tenía mucho que ver. Ahora confieso que después de revisar un primer disco cuya música era realmente inapropiada para Made in Metal (y eso que somos amplios de miras) el disco de Reylobo me ha devuelto el bueno ánimo. Hay que se estresa y se pone nervioso con la música rápida, yo me estreso con la música mala, y si es lenta, peor(que era lo que me tocó escuchar antes que Reylobo, valga la aclaración) y a pesar de las imperfecciones de un primero disco, la banda tiene empuje y energía además de buenas composiciones. Felicitaciones a Ricky Torre por el diseño de carátula bajo concepto gráfico de Antonio Gallego.