Fearless Records / Rude PR © 2015

Tracklist:
    1-Fourthirtytwo
    2-Blood Brothers
    3-High Horse
    4-Vultures And Sharks
    5-Downsides
    6-Floorboards
    7-Linger
    8-Equinox
    9-Part of Something
    10-Over The Edge
    11-Entity
    12-Lost Isles
    13-Mirage

¡Acojonante!!! La música de esta banda de verdad que asusta. Ellos lo definen como metalcore progresivo, y realmente es posible que así sea. La música alcanza complejidades inimaginables, pero vayamos paso a paso.

Oriundos de Birmingham, Oceans Ate Alaska debutan con este disco. Tras una introducción que avisa lo que se avecina, comienza la avalancha, donde destacan los cambios vocales de James Harrison, con un agradable timbre cuando canta con claridad, y dos tonos de voz gutural, uno de ellos muy similar a los del desaparecido Mitch Lucker y otro ya en la cuerda del death metal.

Quien realmente aquí se lleva la palma es el baterista Chris Turner, piedra angular de la banda, Mientras las guitarras de James Kennedy y Adam Zytkiewicz va cada una por un camino distinto, que rara vez confluye, Turner mantiene el ritmo con una de sus extremidades, mientras las otras tres van haciendo cosas distintas. Su velocidad al doble bombo es aceleradísima, sin dejar en segundo plano sus manos.  En canciones como “Blood Brothers” y “Vultures and Sharks” se aprecia claramente su maestría. Hay unos instantes en “Downsides” donde lo dejan solo para hacer unas cosas que te dejaran loco.  Por momentos recuerdan a Protest the Hero en aquel concierto de la Sala Penélope, y por supuesto, en sus discos.

También pudiera llamarse a esto metalcore experimental. Las canciones son impredecibles en cuanto a la música. Las líneas melódicas de la voz son algo más normales, como las partes claras de “Floorboards”.  Por momentos llegamos a pensar que la banda ha sido influenciada por grupos como The Safety Fire, llevando estos influjos un poco más al extremo.

El bajista Mike Stanton tiene su instrumento un poco oculto en la música, pero cuando sale, va más marcando el compás fuerte mientras en los bloques de guitarra se alinea junto a ellas para ganar en fuerza.

La banda toma su nombre del mega tsunami que en 1958 arrasara la costa de Alaska en 1958. A los chicos les atraen los desastres naturales.  Empujando los límites del sonido, llegando a momentos noise mientras que en otros tocan ligeramente la dulzura y la suavidad, como ocurre en esa mezcla de notas delicadas con riffs cortantes de “Equinox”. También llegan a lo que pudiera ser un extremo death metal en los primeros versos de “Part of Something”, pero como ocurre en el resto de las composiciones, pronto se diluirá en las complejas estructuras de la canción.

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