in-akustik

Tracklist:
01. Live And Let Live
02. Communion
03. Vigilante Man
04. Rock City
05. Saviour Machine
06. Something Of The Night
07. All Our Yesterdays
08. Bulletproof
09. Let The Devil Scream
10. Good Times
11. Restless Heart
12. Wicked

He aquí un álbum que tiene una historia peculiar. A finales de Agosto del 2014 el mundo del rock sufría una sacudida al saber que unos ladrones penetraron en Kidroom Studios en Münster, Alemania, y se robaron las guitarras de Michael Schenker, incluyendo algunos prototipos Dean, además de partir con la computadora en cuyo disco duro las grabaciones del nuevo álbum de Temple Of Rock estaban guardadas. Asombrosamente, ¡no existían copias de resguardo! Así, con mucho dolor pero con mucha voluntad, la banda recomenzó el trabajo y finalmente el 23 de Marzo saldrá al mercado "Spirit On A Mission", la nueva entrega de la pandilla actual dirigida por el insigne guitarrista.

¿Cómo suena este nuevo disco entonces? ¿Cómo está? Empecemos por lo positivo:

Primeramente, todos los temas tienen un aire de modernidad, una energía y una fuerza notables. La producción de las guitarras es especialmente magistral, sobre todo cuando uno nota que junto al bajo de Francis Buchholz (ex-Scorpions) y a la guitarra de Schenker, esta vez también se explotan plenamente las siete cuerdas del guitarrista acompañante y tecladista Wayne Findlay. La rítmica cubre de este modo un espectro de frecuencias amplio y que suena inmenso, como un muro de concreto. Los riffs además tienen una pegada tremenda, ¡la banda sin duda tenía deseos de meter caña con este material!

En segundo lugar, el tono de la guitarra solista y el fraseo de Schenker son simplemente sublimes. No existe nadie en el rock que suene tan orgánico, tan vocal y tan natural como él. Uno escucha una riqueza y una fluidez inigualables en su uso del vibrato con los dedos, en sus bends, en sus slides, sus trinos, arpegios y legattos. El wah en posición fija y la riqueza en las medias/altas de las Dean V hacen que todos sus solos canten con una voz de madera semi-nasal y llena de matices.

En tercer lugar, los fills de Schenker, sobre todo en "Communion" y "Let The Devil Scream", son de una fineza superior, muy típicos de la escuela teutona, pero con un gusto único, muy especial. Este álbum de hecho me hace pensar por momentos a Matthias Jabs, otro gran maestro de los fills en el rock, que yo creía inigualable, pero que ya veo que no lo es. ¡Michael Schenker juega también en la misma liga que Jabs!

En cuarto lugar, la voz de Doogie White es perfecta para este grupo. Potente, viril, cruda pero melódica a la vez y sin artificios ni alardes innecesarios, complementa de manera natural la música de Schenker. Desde la abridora "Live And Let Live" hasta la última nota cantada en "Wicked", la prestación de White es digna del linaje de Schenker y del suyo propio. Como diríamos por allá por alguna isla del Caribe, " ¡qué clase de tronco de cantante!"

Con todos estos elementos uno diría que estamos ante una obra maestra, ¿no? Bueno, no exactamente. He aquí lo no tan positivo:

Uno, las canciones en general carecen un poco de originalidad. Ya sea porque Doogie White fue miembro de Rainbow y del grupo de Yngwie Malmsteen, o ya sea porque Schenker él mismo es un pionero del neoclásico, tengo la impresión que, si bien todas estas canciones son sin dudas MUY disfrutables y gozan de excelentes arreglos y composiciones, ninguna trasciende mucho más allá de las sensaciones agradables que uno experimenta al escucharlas. Rainbow, Dio y Malmsteen me vienen inevitablemente a la mente, y de manera constante. La familiaridad del estilo penaliza un poco la experiencia, a pesar de la innegable calidad del material.

Dos, a la mayoría de los solos de Schenker les falta aquí el extra mágico en la melodía que él suele ponerles. No es que estén malos (no, ¡para nada!), pero no basta con un fraseo y un tono maravillosos, ni con poseer una técnica expresiva muy superior a la media. El factor "memorable" está generalmente ausente. Creo que me marcaron suficientemente los solos de "Good Times", "Restless Heart", "Wicked", "Saviour Machine" y de "Live And Let Live", pero esos se acercan solo apenas a previos solos del guitarrista en álbumes anteriores. Quizás Schenker debería ponerse a escuchar a un paisano suyo, Wolf Hoffmann, para inspirarse. Hoffmann no posee la técnica de Schenker, ni sus recursos estilísticos. Sin embargo, cada vez que compone un solo, Hoffmann se preocupa por ponerle un componente melódico o algún elemento que atrape al oyente. Schenker sin embargo suena en este disco como si no tuviese muchos deseos de componer sus "disparos". La mayoría de sus solos son cortos y sin mucho significado (excepto quizás en los temas ya mencionados); y es triste que una "voz" guitarrística tan tremenda y con tantos recursos expresivos se malgaste en solos relativamente genéricos y sin un extra de "garra", sobre todo cuando uno conoce el talento que Schenker ha demostrado históricamente para componer melodías (escuchad por ejemplo viejos temas como "Captain Nemo" o "Achtung Los", simplemente a título comparativo).

En resumen, estamos ante un buenísimo disco de hard rock con visos de metal, que se deja escuchar bien, que se presta hasta para cabecear, cuya producción es moderna y excelente (aplausos a Michael Voss por su competente contribución) y cuya interpretación es no menos que de altos vuelos. Lástima que las melodías en al menos la mitad de los solos y la originalidad o la osadía en las composiciones, aunque muy buenas, no posean el lustre de todo el resto, porque es todo lo que le falta para ser calificado de obra maestra. No obstante, aun así lo puedo recomendar a todo aquel que desee escuchar un heavy rock de excelente factura tocado por verdaderos profesionales y liderado por un guitarrista de leyenda cuya vitalidad está todavía al tope. Nota final entonces: cuatro sólidas estrellas y media sobre cinco, sobre todo después de al menos tres oídas. Buen trabajo... ¡y gracias por la música, Herr Schenker!

• < Anterior
• Siguiente >