Southern Empire es una nueva banda australiana formada por músicos experimentados y cuya propuesta en este su homónimo primer disco se coloca 100% en la vena del rock progresivo setentero, con muy buen gusto comercial y musicalmente bastante complejo.

Totalmente en sintonía con el género que practican, los temas del álbum son extensos, llenos de pasajes instrumentales en el que el virtuosismo de los músicos se despliega sin límites, con "ponches" y cambios de ritmo frecuentes, además de una ejecución y una producción impecables.

Por desgracia el disco se queda en una zona bastante genérica que le quita mucho mérito. Porque, si bien todos los temas contienen melodías agradables y están cantados con una voz de pecho convencional pero disfrutable, en general se quedan muy cortos en lo que respecta la innovación o incluso en pompa. El disco lo escuché esperando un momento de "WOW" que finalmente nunca llegó, y eso es lo primero que tengo que reprocharle.

Lo segundo es la falta de originalidad. Cierto, se trata de un grupo competente que ejecuta hasta pasajes sinfónicos en "Hold", "How Long" (quizás la canción que más me gustó, la más intensa) y "The Bridge That Binds"; pero todo aquí me suena a Kansas reciclado, o al King Crimson del principio, o a Yes, pero con el amansamiento de grupos como Toto y Asia, y sin suficiente garra o ataque en la guitarra para que al menos un poco de energía rockera te atrape.

Insisto sin embargo que no es un mal álbum, en cuanto a su factura. Solo que todo esto ya lo hemos escuchado antes, y el hecho de que encima de eso esté demasiado "blando", acaba de relegarlo a música de fondo e intrascendente.

En resumen, este se trata de un disco bien hecho, pero sin mucho más que ofrecer que un alto nivel de profesionalismo, el cual por desgracia fue puesto en función de un material que seguro olvidarás rápidamente. Me duele criticar tan duramente a un conjunto de músicos sin dudas de buen calibre. No obstante, debo ser sincero conmigo mismo y confesarles que me aburrí bastante escuchándolos. A evitar entonces, a menos que seas un fanático incondicional del género. ¡Hasta la próxima!