Century Media Records (2011)

Tracklisting;
1. Walk That Path Alone (2:16)
2. Mourn The Illusion (3:15)
3. Screams From The Sanctuary (3:04)
4. Nothing They Say (4:01)
5. Anthem Of The Freedom Fighter (3:41)
6. Something You Should Know (2:53) - Featuring Phil Labonte
7. Set You Adrift (3:23)
8. Enslaved, Dead Or Depraved (3:04) - Featuring D. Randall Blythe
9. With A Resounding Voice (3:05) - Featuring Tim Lambesis
10. The Fearless Must Endure (3:13) - Featuring Zakk Wylde
11. Heart Of Warrior (1:57) - Featuring Mike Vallely
12. Death Bestowed (3:32) - Featuring Mark Morton   

Bien, pues resulta que Jamey Jasta no es otro que el vocalista de la famosa y muy bien ponderada agrupación Hatebreed, miembro del supergrupo Kingdom Of Sorrow, y mente maestra de Icepick, que ha decidido editar un disco como solista, que íbamos a decir que no se aleja del todo de sus trabajos anteriores, pero es que estos son tan versátiles, que debemos extendernos un poco más. Es un hombre muy trabajador, que ha colaborado en casi una veintena de discos de otros grupos, es dueño del sello discográfico Stillborn Records, y la compañía de ropa Hatewear, ha presentado el Metal Hammer Golden God awards de 2007, y el famoso Headbangers Ball. Ha vendido casi 1 millón de discos y ha girado por todo el mundo (excepto partes que no son de este mundo, como nuestra querida isla). ¿Cuántas horas tendrá un día en la vida de Jasta? Seguro que más de 24.

Jasta no es un disco solista en el sentido convencional. Jasta es una banda como Danzig puede serlo, encabezado por un hombre que le ha dado su apellido al grupo. En este caso se han unido dos miembros de Kingdom Of Sorrow, Nick (batería) y Charlie Bellmore (guitarra/bajo), con los que ya estuvo girando en el 2008, bajo el nombre de Jasta, y con un bajista de sesión. Hacían algunos temas de Icepick, de Hatebreed, de Kingdom Of Sorrow, y algunos covers. Con el tiempo se dio la oportunidad de grabar, y el resultado son estos 12 temas, que puede escuchar una y otra vez si tu cuerpo no ha quedado extenuado, después de una primera enérgica escucha.

Una portada muy sugerente que me hace pensar que en este disco las canciones son incendiarias, nos disponemos escuchar. Los primeros seis temas establecen un sonido más melódico, metálico y marchoso que los trabajos previos de Jasta. Pero cuando te digo melódico, no se te ocurra pensar en algo tranquilo y bucólico, son melodía fuertes. El otro cambio está en la forma de cantar de Jasta, con expresiones diferentes y una forma ligeramente, y sólo ligeramente menos iracunda. Un ejemplo claro está en la canción “Mourn The Illusion”, que ya se había escuchado anteriormente, y que provocó asombrados comentarios en Twitter, de quienes pensaban que no había sido Jasta el que cantaba. En la segunda mitad del disco, trabajan una serie de músicos invitados, como Randy Blythe (quien la pone durísima en ‘Enslaved, Dead or Depraved’) y Mark Morton (Lamb Of God), Philip Labonte (All That Remains), Tim Lambesis (As I Lay Dying), el skater profesional Mike Vallely y la leyenda de la guitarra Zakk Wylde. Una de las razones por las cuales se han invitado a estos músicos, es que en Hatebreed nunca se ha invitado a otro vocalista y, de manera general, cuando una persona controla todo el proceso de creación musical de un disco, a veces desea rodearse, de las personas que admira.

Otra de las canciones más interesante para mi es “Anthem Of The Freedom Fighter,” inspirada en el luchador de UFC, Shane “The Freedom Fighter” Carwin, y en parte por los recientes movimientos de protesta en Egipto y Libia. Se aprecia este disco que el repertorio de Jasta en cuanto a composición lírica, se expande continuamente. Continúan los paralelos entre Jasta y distintas artes marciales, cuando explica que Hatebreed son como campeones de boxeo, golpeando duro y en todo momento, mientras su banda mezcla los ataques con influencias y estilos. No es un disco del todo brutal, y “Something You Should Know”, el tema seis que cierra la primera mitad, es un ejemplo, acercándose a la parte más delicada del metal americano, de la mano de Phil Labonte, (All That Remains) y al mismo tiempo alejándose lo más posible de lo que hasta el momento he conocido de Jamie Jasta. No puedo cerrar esta crítica sin mencionar el 1:59 de “Heart of Warrior”, que me ha dejado muy impresionado, por concentrar en tan poco espacio de tiempo, esa energía a punto de explotar, que ya conocíamos en trabajos previos de esta garganta. Tremendo disco, estoy seguro que será el disfrute de muchos de ustedes.

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