No han pasado ni tres años y estos holandeses ya están dando de que comer a los medios internacionales con su rock duro.

Tras dos discos bajo el brazo, ahora se despachan con el tercero titulado “Flying Dutchmen”, donde con su temática desnuda pero corrosiva, según me interiorizo a través de lo que leo, va coqueteando en cada oyente, hasta comprarlo finalmente.

“Flying Dutchmen” es un album espontáneo, sin mucho rodeo, donde el trio compuesto por Jochen Jonkman, Willem Verbuyst y Barry Van Esbroek, en voz y bajo, guitarra y batería respectivamente, simplemente entrega un crudo material sonoro, resumido en 11 canciones.

Tras abrir con un vívido “Frivolous Franny”, “Waiting In The Wings” busca orientar la propuesta a los setentas con un aire a Thin Lizzy.

“Give Me One More Shot” pareciera que el grupo busca homenajear al grandioso Dio. Sin sonar exactamente como Ronnie James, pero la pasividad instrumental, que no quiere decir que sea un soft, sino que es de ritmo lento, pero con mucha riffeo, permite destacar la voz de Jochen.

“Never Be Clever” muestra su lado mas rock arena, con algunos arreglos artísticos coincidentes a un Night Ranger o REO Speedwagon, en su lado mas rockero que soft con el cual todos conocemos.

Para los amantes de las seis cuerdas, se podrán deleitar con un extenso solo de guitarra en “In Dutch”, que por momentos pareciera un tanto sinfónico, combinando bueno punteo y machaque.

“Johnny Got Lucky” es el corte mas groovie del album, con una onda un poco setentona. Incluso el nombre ya da idea de ser una pieza vivaracha.

Creo que sin llegar a demasiados rebusques musicales, Vanderbuyst va por un directo golpe de rock eléctrico, como para ponerle ritmo a un buen encuentro social.

Supongo que en vivo deben dar una muy fuerte puesta en escena!