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Jueves, Noviembre 21, 2024
Florida Strawberry Festival
Domingo 6 de marzo 2022.
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¿Un lugar lleno hasta los topes, tequila y buenas canciones de rock n' roll? Esa es seguramente la receta para una gran fiesta y lo que te vas a encontrar en cualquier concierto de Sammy Hagar and The Circle.
Hay muy pocas personalidades del rock todavía activas hoy en día con una carrera tan larga e histórica como la leyenda de San Francisco. The Red Rocker no solo emana la experiencia de décadas cantando a todo pulmón con Montrose, Van Halen, The Waboritas o Chickenfoot, sino que simplemente desgasta el escenario de una manera completamente estimulante y alegre, sin dejar dudas sobre el hecho de que a los 74 años todavía puede conducir 55.
El segundo Hagar y sus camaradas subieron al escenario y fueron recibidos por una audiencia ruidosa y atronadora. ¿Quién dice que las generaciones mayores no pueden volverse locas en una noche de escuela? Seguramente parecía que esas reglas no se aplicaban ya que la audiencia no podría haber sido más escandalosa durante todo el espectáculo, con casi el 90% de los presentes de pie y agitando las manos y sus vasos de plástico en el aire.
De los más nuevos a los más viejos, Sammy, sus cohortes (Michael Anthony, socio en el crimen, miembro de Van Halen desde hace mucho tiempo, Vic Johnson en las guitarras y Jason Bonham (hijo del legendario baterista de Led Zeppelin, John Bonham)) atravesaron sin esfuerzo una lista de dieciocho canciones, comenzando con su sencillo de gran éxito "There's Only One Way to Rock", tocando su era de Montrose con una interpretación vertiginosa de "Rock Candy", y luego alternando canciones de su carrera en solitario como "Little White Lie" y "Your Love Is Driving Me Crazy" más los himnos sempiternos que complacieron a la multitud de sus días en Van Halen.
La personalidad despreocupada de Sammy en el escenario transportó instantáneamente a la audiencia a lo que parecía la fiesta de nuestro mejor amigo en la playa, junto a sus alegres amiguetes. En excelente forma vocal, y con los extraordinarios coros de Michael Anthony proporcionando armonías de gran alcance (también asumió la voz principal de "Ain't Talkin' 'bout Love"), Sammy tocaba la guitarra, tomaba tragos de alcohol directamente de las botellas, sentado en la tarima de la batería, bailando y conversando con la multitud, rockeando con la misma energía que en 1978. Varias otras pistas de la era de "Van Hagar" resonaron en el anfiteatro: la conmovedora "Right Now" que dedicaron a su difunto compañero de banda Eddie Van Halen, el éxito de radio "Why this can´t bel ove?" e incluso una interpretación súper cargada del "Rock n' Roll" de Zeppelin.
Al decirle a la multitud que odia abandonar el escenario antes de un bis, Sammy declaró: "mi trasero dejará el escenario cuando termine". En ese momento, pensé que tocarían "Dreams", que es probablemente mi canción favorita absoluta de Van Halen, o tal vez una canción de Chickenfoot, sin embargo, cerraron con la combinación de su éxito colosal y comercial "I Can't Drive 55", seguido por Sammy presentando a la banda, y una excelente interpretación de la poderosa balada, convertida en un fuerte corte en vivo "When It's Love".
Para mí, Sammy Hagar ciertamente sigue siendo una fuente de inspiración para cualquiera que tenga sueños, encarnando una actitud de estrella de rock a pesar de tener más de 70 años mientras se proyecta a sí mismo como un hombre con los pies en la tierra, a pesar de vivir una vida de riqueza y lujo. A veces, los grandes programas no se tratan de una producción exagerada, sino de tener la capacidad de conectarse con la audiencia como un viejo amigo. Ya sea que estés bebiendo la propia marca de ron o tequila de Sammy o no durante los espectáculos, es difícil vencerlo a él y a su banda en la entrega de un buen momento siempre enérgico y cargado de adrenalina.
A packed-to-the-brims venue, tequila, and bloody good rock n' roll songs? That is surely the recipe for a great party and what you are getting at any Sammy Hagar and The Circle concert.
There are every few rock personalities still active nowadays with such a lengthy and storied career as the San Francisco legend. The Red Rocker not only exudes the experience of decades belting out tunes with Montrose, Van Halen, the Waboritas, or Chickenfoot, he simply wears out the stage in a completely exhilarating and joyous fashion, leaving no doubt about the fact at 74 he can still drive 55.
The second Hagar and his comrades hit the stage they were greeted by a loud and rowdy audience. Who says older generations cannot get crazy on a school night? It surely seemed those rules did not apply as the audience couldn’t have been louder throughout the entire duration of the spectacle, with almost 90% of the presents standing on their feet, and waving their hands and their plastic beverage cups in the air.
From new to old, Sammy, his cohorts – longtime Van Halen partner-in-crime Michael Anthony, Vic Johnson on guitars and Jason Bonham (son of Led Zeppelin’s legendary drummer, John Bonham) – effortlessly waded through an 18 songs set-list, starting off with his massively successful single "There's Only One Way to Rock," touching his Montrose era with a soaring rendition of "Rock Candy," and then alternating between tunes of his solo career like "Little White Lie," and "Your Love Is Driving Me Crazy" with the sempiternal crowd-pleaser anthems of his Van Halen days.
Sammy's carefree stage persona instantly transported the audience to what felt like a best friend’s party on the beach, where your friends were glad you showed up. In excellent vocal form, and with Michael Anthony outstanding background vocals providing high-reaching harmonies – he also took on the lead vocals for "Ain't Talkin' 'bout Love" – Sammy played guitars, took slugs of booze out straight from the bottles seating in the drum riser, danced and chatted up the crowd, rocking with the same energy, as it was 1978. Several other "Van Hagar" era tracks resonated through the amphitheater: the poignant "Right Now" which they dedicated to their late bandmate Eddie Van Halen, the radio hit "Why Can't This Be Love," and even a supercharged rendition of Zeppelin's "Rock n' Roll."
Telling the crowd that he hates leaving the stage before an encore, Sammy stated: “my ass will leave the stage when I am done.” At that point, I thought they would play "Dreams," which is probably my absolute favorite Van Halen track, or maybe a Chickenfoot song, however, they closed down with the combination of his colossal and commercial hit "I Can't Drive 55," followed by Sammy introducing the band, and an excellent interpretation of the power ballad turned into the strong live cut “When It’s Love.”
To my eyes, Sammy Hagar certainly remains a source of inspiration to anyone who has dreams, embodying a rock star attitude despite pushing over 70 while projecting himself as a down to Earth guy, despite living a life of wealth and luxury. Sometimes great shows are not about over-the-top production, but rather having the ability to connect with the audience as an old friend. Whether you are drinking Sammy’s own brand of rum or tequila or not during the shows, it is hard to beat him and his band at delivering an ever-energetic and adrenaline-charged good time.
Categoría: Crónicas
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