Martes 21 de junio
Stage Live, Bilbao.

Tarde noche de martes y cita con toda una institución del brutal death mundial. Los Dying Fetus se dejaban caer una vez más por Bilbo para despachar unas buenas raciones de su pesado death a una entregadísima parroquia. En esta ocasión se hacían acompañar por los británicos, Ingested. Al llegar a la sala nos percatamos de la extensa cola que había para acceder, una grata sorpresa que consiguiera tan buena respuesta un bolazo como éste. Después de haber sufrido un cambio de sala.

Los Ingested salieron a escena entre tinieblas, que les acompañaron durante toda su actuación. Tomaron posiciones y comenzaron una correcta actuación que creo duró 40 minutos. Era la primera vez que les veíamos en directo y la verdad les tenía ganas. No es un combo que sé deje ver mucho por estas tierras, así que estuvimos bien atentos a su descarga. Están por sacar 'Rebirth' su próximo álbum, que saldrá este año a través de Metal Blade Records y cuyos dos adelantos son brutales.

El sonido no era malo, pero tampoco es que sonaran como en el disco. Repito que para mí era la primera vez que les veía y no puedo valorar si esto es algo puntual o si solo fue el típico sonido de telonero. Liderados por el vocalista Jason Evans, que intentó desde el inicio conectar con el frío público que venía a lo que venía, pero que poco a poco fue entrando en su ofrecimiento.

Comenzaron con "The List", sin bajista, dos guitarras, voz y batería, todos muy entregados. Su death metal tiene un punto deathcore o slam, que creo alguna vez ellos mismos han negado. Como decía en penumbras actuaron, pero con ráfagas de luces estroboscópicas, ofrecieron temas como: "No Half Measures", "Rebirth" y "Better Off Dead". Jason incitando al mosh pit, al slam, antes de continuar con "Impending Dominace", otro de sus temas destacados, que sonó bruto. Con la estelar percusión a cargo de Lyn Jeffs, con rostro impasible, inyectando ritmos cadenciosos tras un imponente kit. Mientras caía sobre nosotros el muro guitarrero de Sean Hynes y su compañero de tándem, que no sé quién era, ni me enteré cuando lo anunciaron.

Las últimas dos que tocaron fueron "Invidious", un temazo letal, puede que su mejor canción hasta la fecha. Y si mal no recuerdo cerraron con "Dead Sepharic Forms". Un buen concierto, eso sí, me quedé con ganas de escuchar alguno de los nuevos singles.

Era el momento de ver a los grandes Dying Fetus, salían saludando y tomando posiciones mientras una hambrienta audiencia bilbaína salivaba con lo que estaba a punto de degustar. Es que esta gente no falla, sus directos son certeros y letales, tanto por la estelar técnica como por los setlist que tocan, siempre cargados de auténticos himnos de brutal death. Por ejemplo, comenzaron la velada con un clásico, "Schematics" del 'Stop At Nothing', la chispa que hacía falta para que la audiencia estallará en un frenesí que duró hasta el final. Solo bastaron unos pocos compases de la primera pieza, y ya comenzamos a ejercitar cervicales.

Proseguían con dos canciones del 'Reign Supreme',  "Subjected to a Beating" y la no menos rompe cuellos "In the Trenches". El trío de Baltimore proclamó a sus hordas a formar slam y walls of death. Fue un no parar de gente joven, chicas y algunos talluditos con ganas de pasarlo bien. Normal, con la energía que brotaba del escenario. No tardó mucho en llegar otro de mis himnos favoritos, "One Shot, One Kill", ahí estaba yo gozándolo todo orgulloso con mi camiseta "vintage" del 'Stop At Nothing', comprada a ellos mismos en 2004 en la Tunk de Irún.

Me sorprendió ver al John Gallagher más comunicativo que recuerde. Sean Beasely también estuvo presentando algunos temas, su bajo sonaba como un cañón, madre mía que forma de tocar tiene. Me quedaba embobado entre alumbrón y alumbrón. Mientras Trey Williams aporrea sin piedad su kit, era el peor iluminado, pero se le vio varias veces de pie incitando al respetable. "From Womb to Waste" y más slam estalló alguna birra cerca de mis pies. La verdad es que no parecía un martes, hubo muy buen ambiente. Hasta algunas sonrisas se le "escaparon" a John.

No duraron en sumergirse en cortes profundos con "Atrocious by Nature" o “Skull Fucked”. Sabíamos que sería un bolo breve, pero tanto la banda como el público lo dieron todo. Se notaba las ganas que habían de verles. El torbellino tech death continuó arrastrándonos con clásicos básicos como: "Epidemic of Hate", "Grotesque Impalement" o la imponente, "Homicidal Retribution". ¡Cómo sonaba la batería madre mía! John tuvo problemas con el micro enchufado en su bafle. Un técnico estuvo más de medio concierto luchando con él, hasta lo cambiaron en una de las pausas, pero el dichoso aparato no se quedaba donde debía y se notaba mucho en el sonido de la guitarra.

Más carnaza, precisión técnica y brutalidad en "Your Treachery Will Die With You", justo antes del encore final, que disfrutamos como si no hubiese un mañana. Ahí estaban "Wrong One to Fuck With" y "Kill Your Mother/Rape Your Dog".

Un verdadero placer haber disfrutado de este concierto. Una gran banda, defendiendo un legado de más de 30 años frente a una entregada audiencia siendo un jodido martes. ¿Qué más se puede pedir?. Volvimos a casa con las pilas muy cargadas para encarar otra semana de mierda.

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