Martes 16 de enero de 2024
Sala Santana 27 - Bolueta
El martes 16 de enero pasó por Vizcaya el Tour de Abbath el curtido veterano black metalero, un ilustre ex Immortal, que volvía por estas tierras a descargar su material después de un tiempo algo convulso en lo personal para él. Para esta ocasión se hacía acompañar por los Toxic Holocaust y Hellripper. Este día coincidía con un partido de copa del Athletic en San Mamés, así que suponemos que eso conspiró para que no hubiese una mejor entrada.
A la hora acordada se abrían las puertas, pasábamos al interior y aprovechamos para echar un ojo a la zona de merchandising. En el puesto de Hellripper estaba el mismísimo James McBain, cerebro y alma de los escoceses, que comenzó como un proyecto en solitario que ha decidido sacar a la carretera con mucho acierto.
Un par de minutos antes de que abriesen los Hellripper, James abandonó el puesto del merch y lo vimos subir al escenario para junto a sus compañeros arrancar su descarga. Dieron un concierto muy directo y sin distracciones ni parrafadas, creo que tocaron unas 12 canciones, en los intensos 40 minutos de los que dispusieron. Dieron un interesante repaso a sus lanzamientos hasta la fecha. Por supuesto que incluyeron referencias a 'Warlocks Grim & Withered Hags', su más reciente trabajo que salió en febrero de 2023. Como “The Nuckelavee” o “Goat Vomit Nightmare”. Casi un año después vinieron a presentar estas nuevas composiciones mucho más madura y creo consiguieron un puñado de nuevos seguidores que apenas les conocían.
Speed-Thrash inyectado de black a piñón fijo, no levantaron el pie del acelerador ni un instante, repartieron temazos speedicos como: “Hell’s Rock ‘n’ Roll” o “Nekroslut”, un par de temas que salieron en un par de Splits de 2015. Del LP debut 'Coagulation Darkness' de 2017 despacharon “Demdike (In League with the Devil)”, “Bastard Of Hades” y “From Hell”, no se dejaron, “All Hail The Goat” y “Headless Angels” del bestial EP de 2019 'Black Arts & Alchemy'. Ni mucho menos la ultra-acelerada “The Affair of the Poisons" que da título a su segundo larga duración de 2020. Temazo. Se marcharon muy aplaudidos por el público que decidió o pudo asistir a primera hora.
Turno para Toxic Holocaust, liderados por Joel Grind, al bajo y las voces, el alma de este combo con un bagaje importante, que tenía muchas ganas de ver en vivo y que me dejaron un poco frío. Musicalmente impecables, pero solo tocaron media hora y se marcharon del escenario sin decir nada. Muchos pensamos que volverían para unos bises, pero que va.
Tocaron temas como "Bitch", "Gravelord", "Acid Fuzz", "I Am Disease", "War Is Hell", "Reaper’s Grave", "Death Brings Death", "Nuke The Cross" o "The Lord Of The Wasteland". Organizaron unos cuantos mosh pit's con el público con ganas de fiesta ya a esas horas. Una pena la fría despedida que dejó a la mayoría descolocada.
Al tocar menos tiempo los Toxic Holocaust la espera para ver a Abbath se hizo más larga. Exactamente 45 minutos. Mientras pudimos ver un logo con grandes letras colocado frente a la batería y aunque ya veníamos avisados de la cantidad y densidad del humo que había estado poniendo en los anteriores conciertos en la península, este “detalle” nos sobrepasó.
Como muchos sigo sin comprender estas decisiones, si bien el humo y hasta el fuego forma parte de sus presentaciones, pero esto fue una bañada, apenas unas siluetas entre las brumas rematadas con luces rojas, que apenas dejaban ver algunas siluetas. Tanta pintura y tanta vestimenta para que luego no se vea nada. El sonido era bueno, sobre todo la voz sonaba poderosa.
Una pena no ver rostros, gestos y las ejecuciones de los músicos. Venían presentando su último disco, 'Dread Reaver', del que tocaron el tema homónimo, no podían faltar algunas versiones de Immortal, salpicaron entre el setlist, “In My Kingdom Come”, “Warriors” y “One By One”, que fueron muy bien recibidas por sus seguidores más puritanos.
La voz profunda de Abbath con efecto que me recordó a un didgeridoo, presentaba "Fenrir Hunts", del disco homónimo de 2016. Incluyo "Warriors" de I el proyecto suyo junto a Demonaz, que sonó ultra pesada, una pena no verles tocar los solos de guitarra.
Tras disfrutar de las potentes, “The Artifex” y “Winterbane", tras la cual pararon y ya no salieron más. Tan solo había pasado una hora, la gente se volvió a quedar sorprendida por el escaso tiempo de unos esperados cabezas de cartel, tampoco pedíamos más, pero 10 o 15 minutos más hubiese sido lo justo. Pero fue lo que hubo, por desgracia cada vez más se están imponiendo los conciertos de una hora escasa de duración. Verles no les vimos, les escuchamos, pero no me parece ni lógico, ni suficiente.
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