Rock Estatal Records © 2018

Tracklist:
1.    Outraged
2.    Black days
3.    Psycho
4.    Lu
5.    Breath
6.    A name
7.    The waiting

Si no decimos que esta banda es de Madrid cualquiera diría que forma parte de las hordas que a inicios de los años noventa salieron desde Seattle a conquistar el mundo.  Poco más de veinte años después que Hendrix hiciera lo mismo, pero ambos hechos son historia pasada, aunque recordada.

Algunas fechas ubican a 'Choices' en el 2017 pero el disco que tenemos nosotros es de finales de 2018 según contraportada. Se trata de un trió que cultiva el grunge. Afortunadamente no intentan emular a Nirvana y realmente ni siquiera hay huellas evidentes de Cobain and Co. Sus caminos los acercan más a  Pearl Jam, Blind Melon o Alice in Chains.

El sonido de las canciones es americano puro. Hay momentos en que la voz de Jaime de la Hidalga roza con sus timbres los recuerdos de Robert Plant y alguno de sus acólitos, pero para nada Jaime llega a ser zeppeliano por completo, la música toma otro camino, aunque a veces recordará la etapa final del zeppelin de plomo.  

Al más puro estilo Pearl Jam, los títulos de las canciones son cortos.  También hay un cierto aire de melancolía, tristeza y depresión similar a la de aquellos tiempos en piezas como “Lu” o “Breath”.  Por otra parte, “Outraged”, la mejor pista del CD y que abre el mismo, tiene un toque que nos recordará a AIC, mientras que los primeros acordes, pero solo los primeros acordes de “Black Days” una vez pasada la guitarra acústica, nos harán pensar en Nirvana si eres o fuiste fan de esa banda.

Al terminar el disco, nos quedamos con un sentimiento de que nos hace falta más, y volvemos a retomarlo por el principio.  Una segunda escucha nos hace pensar que “The Waiting” bebe de las bandas británicas de los años sesenta, pero es que el grunge hacia lo mismo. La banda es majestuosa y logra momentos de emoción palpable. Jaime, con una dicción impecable y un sentimiento inmenso, canta muy bien arropado por una guitarra que nos recuerda a alguien que no mencionamos casi nunca: Andy Summer.

El disco se grabó en  Marditos Roedores por R. Moranis y se mezcló en Spectre Studios de Seattle por Tory Glessner. Decisión acertada, pues el sonido es puro Seattle.

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