Rock Estatal Records © 2015

Lista de temas:
01.    Traspasa mi piel - Intro
02.    Bajo control
03.    Irresistible
04.    Frascos vacíos
05.    Informe T-24
06.    Casto
07.    Oda al Líder
08.    ¿Cuánto vales tú?
09.    Caída libre
10.    El lado bueno de las cosas malas
11.    Rosas y gaviotas
12.    Traspasa mi piel

La vida está llena de sorpresas, y este disco de Dry River es una de ellas. Editado el pasado mes de noviembre nos acaba de llegar por cortesía de Rock Estatal Records. Después del asombro que nos ha causado su escucha, nos ponemos manos a la obra. ¿Qué es lo que nos asombra? Pues muchas cosas, y una de las primeras es que se trata de una banda española. Perogrullada mía, ya ustedes lo sabían, y yo también, pero lo que veo que contrasta es la nacionalidad con la música.

Y veamos, ¿no puede haber en España una banda de tal calidad? Sí, pero como hasta ahora lo que estamos acostumbrados nosotros los extranjeros cuando miramos el panorama nacional es a ver a La Polla por un lado, Sober por el otro, Sacramento y su heavy metal clásico y el thrash de Angelus Apatrida, pues cuando nos sale algo tan diferente a toda esta ya gran variedad dentro del panorama musical español, pues como que nos cuesta. Es que la ignorancia es muy grave.

Pero vamos al disco, “Traspasa mi piel” no nos llama mucho la atención, es una canción más bien romántica, muy bien hecha, pero como toda introducción, puede ocultar cualquier cosa a partir de la segunda pista. Aquí no es tan así. “Bajo control” comienza de forma tan extraña que llego a pensar que la grabación salió mala, pero pronto unos teclados herederos de Jon Lord  y Deep Purple comienzan a hacerse dueños de los altavoces. Esta canción mezcla la purpura con Uriah Heep y los coros y timbres de guitarra de Queen. Y todo sale muy bien amalgamado y hasta original: insólito.  Rock clásico con pinceladas jazzísticas a cargo de un xilófono que se mezcla con un riff de power metal.

Dry River era una banda de versiones de Rock, y esto se hace sentir durante todo el disco. Han asimilado influencias de los más grandes y trascendentales músicos de rock de toda la vida, así, “Irresistible” sigue teniendo esos coros mientras la música nos recuerda a bandas como Toto.

Hay pinceladas de alegría y humor, ya sea en las letras, ya sea en la música. Incluso en letras como la de “Frascos Vacios” se aprecia que el sentimiento de nostalgia es positivo.  

“Informe T-24” se acerca al rock progresivo de corte setentero e incluso sesentero. Comienzo a recordar a Los Modulos, ese grupo español desaparecido hace décadas del cual debía hablarse de vez en cuando.  Aquí podemos valorar el interesante trabajo del bajista David Mascaró Rojas y apreciamos como el guitarrista Matías Orero Aguilella ha bebido de los mejores, desde Brian May hasta Steve Howe de Yes.

El trabajo coral es sencillamente estupendo. Cuatro músicos hacen voces, arropando los dulces timbres de Ángel Belinchón Calleja. A veces es un poco repetitivo decir que cada canción nos recuerda muchas otras, pero es inevitable cuando apreciamos el virtuosismo y el conocimiento musical de este grupo.  La graciosa “Casto” nos recuerda a aquellos Queen de los primeros discos como el Sheer Heart Attack o el A Day at the Races. Y qué decir de “Oda al Líder”, puro Queen.

¿Cuánto vales tú? muestra otro de los detalles que caracteriza al grupo, que son esos instantes que te hacen pensar en el pop sesentero, en la opera, en el vaudeville.  Es una canción que me resulta algo densa y sumamente compleja. Es por eso que le sigue la entrada a guitarra acústica  de “Caída libre”, un texto triste, pero narrado con un toque de delicadeza que lo hace bello, y gracias a los tecladistas Martí Bellmunt Blasco y Carlos Álvarez Prades la canción se cubre de detalles.

Después de esta tristeza viene la alegre “El lado bueno de las cosas malas” y de verdad que lo agradezco.  Una canción que, una vez más, me recuerda a alguien, esta vez a Supertramp con sus canciones cargadas de inocencia y sus trabajos de teclados. ¡Qué agradable canción!

“Rosas y gaviotas” tiene una letra que muy bien pudiera formar parte de una ópera o un musical de teatro. La música se complica a partir de los tres minutos y nos permite apreciar al baterista Pedro Corral Chiva y su trabajo con la síncopa, la forma en que atraviesa los compases, y como va alternado con el bombo y la caja según la intensidad de la música.

“Traspasa mi piel”, esta vez no como introducción sino como canción completa, termina el CD. Ha sido escogida para el primer video, y tiene la esencia de Deep Purple y Uriah Heep, lo más longevo del metal con toques progresivos que existe ahora mismo.

Aviso: Dry River no es para todos. Solo los verdaderos amantes de la música podrán entender cada detalle.

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