Este viaje lo hice con David Calderón más conocido como El Trovador Urbano por ese programa de radio que tiene desde hace poco más de 20 años. Fue una experiencia importante tanto su compañía como mi asistencia al festival. A pesar de que salimos a las siete de la mañana no llegamos a Beniel hasta la una de la tarde perdiendo la oportunidad de ver a Azrael y Avulsed, lo cual fue doloroso sobre todo por el prestigio del que goza esta última banda en Cuba.
Después de comenzar a la manera española, o sea, comiendo, nos encaminamos a la taquilla donde una vez más Jordi me puso en la mano una manilla de acceso a todas las áreas, privilegio que me otorgan gracias al aprecio y la amistad que me han brindado Marcos Rubio y toda su familia.
Cuando entramos, faltaban 20 minutos para que terminara Fuck Off, una de las primeras agrupaciones que hizo thrash metal en España, y que después de muchos años desactivados, han decidido regresar con su cantante original, y con quien fue el espíritu que ha mantenido el recuerdo de este grupo, el guitarrista Pep Casas, que hace unos años, en entrevista con The Metal Circus, decía ver imposible la reunión del grupo. Y ahí está el grupo, sonando bajo un sol que raja las piedras, en el Leyendas del Rock. Suena fuerte, aunque en algunos temas se siente la huella del tiempo. Durante el resto del festival, los músicos tuvieron inmersos dentro del público, y resultó ser que su vocalista es un magnífico conversador. Espero que esta formación continúe por mucho tiempo. Su actuación terminó con “Long Live Rock and Roll”, presentando el grupo y cada uno de los músicos haciendo una pequeña descarga de sus instrumentos. Muy directo el vocalista que en esos momentos le dijo al público: “¡animando, cojones!”
Cerca de las dos de la tarde comenzaba Centinela el primer escenario. En el lugar se habían organizado dos escenarios, uno al lado del otro, para que el espacio entre grupo y grupo fuera lo más corto posible. Yo no los conocía y lo primero que me impactó fue el volumen de José Cano, su vocalista, y lo que más me atrajo de este grupo fue el torrente de educada voz que comenzó a salir de su garganta desde el primer (“Mas fuerte”) hasta el último tema. Cano es vocalista de voz aguda, de registro alto y elevada técnica vocal. La música del grupo está dentro de los parámetros del heavy metal europeo, con continuos y acelerados ritmos, melodías muy bien trabajadas, dúos de guitarra, y por sobre todo ello la voz omnipresente de un vocalista espectacular. Me gustaron muchos temas como “Escribiré”, “Como un huracán”, “Rey del Tiempo”, “Sientelo”, “Hueso y Piel” y “Nueva Vida”, aunque la actuación toda tuvo un alto nivel. Escuché después decir a José Cano que el calor le impidió ponerle más energía a la misma, pero en realidad no hizo falta más de la que transmitieron en este caluroso mediodía.
A las 2:40 comenzaba la actuación de Chino Banzai, este no es más que Valentín Del Moral “El Chino”, cantante del mítico primer disco de Banzai. “Funciona legal”, “Vamos, corre”, “Gatos de la ciudad” que me hizo recordar cuando la presentó ya saben ustedes a quien, a nuestro amigo Iván Fariñas y su “Gato”. Continuaron con “Heroes”, “Amigo”, dedicado a Marcos Rubio, y “Rock Duro”. Fue una actuación muy apoyada por el público que seguía los temas, los coreaba, y los aplaudía. No tocaron canciones del Duro y Potente, segundo disco de Banzai, pues ya esa no es la formación que aquí vimos. Si tocaron algunos temas que hasta donde se aún no han sido grabados. El Chino ya tiene 35 años de carrera musical, lo cual se demuestra en la pericia con que actúa sobre el escenario y la manera con que cautiva al público. Es un magnífico grupo.
Exactamente a las 3:30 minutos se subía al escenario una banda que Rafa Basa, presentador del evento, comparó con Turisas: Saurom. Hasta donde sé, es una banda que poco se ha escuchado en Cuba, y de ellos, sólo conocía Once Romances Desde Al-Andalus, del año 2008. Su estilo musical los pone en el mismo saco de bandas como los ya mencionados aunque también tienen un toque de Mago de Oz, y se definen como “juglar metal”. Son de Cadiz, y aunque no están ni en la capital ni en el centro del país gozan de una popularidad que me hizo sentir ignorante por no saber más sobre ellos. Santi, su tecladista, al salir al escenario y ver el sol que estaba cayendo, me pidió un poco de mi crema solar, que espero lo haya ayudado a no quedar incinerado sobre las tablas. La primera canción la cantó el guitarrista Narci Lara, para luego presentar al vocalista Miguel Franco, nacido en Sevilla, Al finalizar la actuación se fueron a firmar discos, fotos y lo que fuera, y la cola de público los obligó a estar en estas labores poco más de tres horas. Las fotos son una pálida muestra de ello. Muchas de sus canciones están ambientadas en el universo Tolkien, como “La taberna del Poney Pisador”, “Regreso a las Tierras Medias”, “Tom Bombadill”, “Las Minas de Moria” y otras como “La Batalla de los Cueros de Vino”, si la ignorancia no me mata, tiene relación con alguna de esas historias del Quijote. Este grupo me dejó muy impresionado.
Continuaba un trío de Barcelona llamados Los Guardianes del Puente, de los cuales lo desconocía todo. Son una banda de Hard Rock, cuyas letras tienen un profundo contenido social, lo cual me agradó, porque si bien cada cual es libre de expresar lo que desee, la situación en España lo está llevando a caer en un abismo, y es un poco jodido que muchos ni siquiera se den cuenta de lo que ocurre. Unas de las canciones que más me gustaron fueron esas que presentaron bajo el título de “Niña, ¿qué coño haces aquí?”, y “Ostia, estamos muertos.” Escuché al grupo decir que era su tercera actuación fuera de Barcelona. Durante este tiempo, como era de esperar y después de la respuesta que recibió Saurom, el público se retrajo bastante a las zonas de sombra. Eran las cinco de la tarde, yo me había tomado dos litros de cerveza, un litro de agua, y sudaba tanto que, no sólo no tenía deseos de ir al baño, sino que comenzó a darme un ligero descenso. No podía meterme bajo los chorros de agua por temor a duchar mi cámara.
Marcos me vio y me preguntó si había comido algo. Ante mi negativa me llevó a la barra, donde una joven me preparó un sándwich de salchicha y lomo, de esos de los que cada vez que les daba un mordisco, se salía la salchicha y el lomo por todas partes, por lo que había que tenerlo muy bien agarrado para evitar que se me cayera al suelo el preciado alimento. Mientras tanto, el Porriño me traía otro litro de cerveza bien fría, el cual apuré antes de que se calentara. Una vez reconstituido, me volví a la zona de conciertos para continuar disfrutando del festival.
Las temperaturas según el estado del tiempo eran de 36°, pero estando en un recinto cerrado, con el suelo de concreto reflejando la luz, y ni una gota de aire, dentro del mismo llegamos a los 40° con absoluta seguridad. Muchos hombres sin camisa y muchas mujeres con la parte de arriba del bikini y con bermudas. Un espectáculo muy agradable la de las féminas.
Me fui a ver a Tako, que comenzaba sobre las 5:30. Tocaban hoy en Beniel y al día siguiente en Zaragoza. A pesar de ser una banda con amplia carretera a sus espaldas, ya que se fundaron en 1984, su vocalista tiene un asombroso aspecto juvenil. Se trata de Mariano Gil "Rones", al cual no pudo preguntar alias se debe a que le guste a cada rato beberse algunos rones. “Carpintero de Condenas” me llamó mucho la atención, junto a otros como “Bastos y Espadas”, “La Tormenta” “Ruedas de Ratón”, “Entre Tinieblas” y “Balas de Vodka”. Canciones que incluso no tocaron en ese orden, pero que son ahora las que recuerdo. Es un grupo que lo tiene todo para alcanzar una amplia aceptación popular y mediática. Fue una actuación breve que terminó antes de tiempo según me enteré después porque el calor afectó a uno de los músicos y le impidió continuar. Aún así en el corto tiempo estuvieron sobre el escenario, demostraron su valía.
El próximo grupo era musicalmente todo lo contrario. Angelus Apatrida, que ha alcanzado un imponente status, tanto dentro como fuera de España, y es uno de los grupos más reconocidos internacionalmente en estos momentos. Y no ha sido por un golpe de suerte, sino por el magnífico trabajo de este grupo que suena durísimo, y que está a la altura de cualquiera de las agrupaciones mundialmente conocidas dentro de la escena Thrash. Ya nuestro amigo Juan Raul, de www.cuba-metal.com nos había indicado que prestáramos atención a esta poderosa banda, y así lo hicimos. Firmados por Century Media, son de Albacete, un lugar que, de no ser por ellos, jamás tendríamos en cuenta. Guillermo Izquierdo, guitarrista y vocalista, muy atado al micrófono, conduce a la banda por complicados derroteros musicales durante 60 minutos, donde tocan muchos temas de Clockwork, si bien no dejan de lado alguna de las canciones emblemáticas de Give em War, como “The Manhattan Project”, o la propia “Give em War”. Los seguidores del grupo quedaron exhaustos una vez terminada esta interesante actuación. La barra se quedó vacía, todos estaban frente a los Angelus.
Llegaba el momento de otro de los grupos míticos del rock español, Topo, con los veteranos José Luis Jiménez y Lele Laina. No se han dormido en los laureles y tienen un disco reciente titulado Prohibido Mirar Atrás. Se definen como rock urbano e interpretaron muy buenas canciones de las cuales sólo recuerdo haber escuchado en Cuba las de “Vallecas 1996” (una canción que en su momento era de ciencia ficción y miren ustedes, ya han pasado 15 años de esa fecha y más de 30 desde que la compusieron), y “Autorretrato”, junto a otros temas que son populares en España como “Soy un Hombre Importante” y “Rockcinante”. Hay que respetarlos por su calidad musical y por qué han pasado 30 años y Topo sigue ahí, imponentes.
Si algún grupo reconocido nuestra isla es Tierra Santa, banda de La Rioja, una de las patrias del buen vino, que ha presentado un vino, aprobado por el Consejo Regulador de Origen Rioja, edición especial Tierra Santa, conmemorativo de su último disco "Caminos de Fuego". Vodo un homenaje. Abrieron con “Corazón indomable” y una amplia respuesta del público, continuando con “Sangre de reyes” y un show de más de una hora de actuación donde brillaron todos los temas y me tocaron especialmente canciones como “Aunque se extinga la luz”, “Caminos de fuego” y “Tierras de leyenda”. Ángel en un magnífico vocalista, y el grupo suena compacto como una maza. Fue otra de las bandas muy arropadas por el público.
Lo mismo esperaba de Baron Rojo, que estuviera aquello repleto de gente, coreando todos sus temas. Comenzaron con un instrumental al cual le siguió “El Malo” y “Vampiros”. No venían con la formación original sino con Gorka Alegre al bajo y n a la batería, a quien se le veía bastante excitado con su posición en el grupo. Tocaron muchos de sus clásicos como “Chica de la Ciudad”, “Larga Vida al Rock and Roll”, “Un Caso Perdido”, “Concierto para ellos”, “Cuerdas de Acero” y “Resistiré”. Los barones ya tienen un amplio repertorio de importantes temas, y pueden ir variando cada cierto tiempo. Yo siempre pensé que todo rockero cubano nacido en los años 60 y 70 se sentiría identificado por más de una de las canciones de este grupo. En mi caso, la canción favorita es “Campo de Concentracion”, por aquella frase que dice: “a veces la ciudad me parece siniestra, desde cualquier rincón nos vigila un guardián” que me recuerda mi ciudad natal. Pasaron los años, y ya en los 2000, leyendo el fanzine Scriptorium número 13, descubrí que los nacidos en los años 90, también se sentían identificados por canciones de los barones, lo que esta vez no de los discos editados en los 80, si no de los de los 90. Le pedí una copia de esta revista a sus editores, Michel y Alexander Sánchez, y se la entregué a Armando de Castro, esperando que la lea y sepa lo que nosotros ya conocemos: que Barón Rojo está en muchos de nuestros corazones.
El único grupo extranjero en este festival era Epica de Holanda. Para algunos de los presentes dentro del público, era un grupo que sobraba, dentro de un cartel eminentemente nacional, pero estando en la zona de compra de entradas, vi a muchos que sólo habían venido para verlos, y entraban a esa hora, las 10 de la noche.
De Epica, habrá mucho que decir, pero yo le puedo decir poco. Al fondo se veía un telón con la imagen de la portada del Design Your Universe. Su show fue impresionante, centrado obviamente en la figura de Simone Simons, lo cual me pareció injusto, sobre todo al ver la calidad musical del resto de los músicos. Durante poco más de una hora tocaron doce canciones, abriendo con “Samadhi” y terminando con “Consign to Oblivion”. Momentos realmente impactantes fueron las interpretaciones de temas como “Sensoryum”, “Cry for the Moon” y “Tides of Time”, donde Simone y Mark Jansen se lucieron en las voces, y la primera demostró su valía como vocalista mucho más allá de su belleza. Un elemento que quiero detallar es que frente a n había un ventilador en el piso que además de refrescarla, movía de manera espectacular su bella cabellera roja.
Le tocaba el turno a Warcry, que también tiene una multitud de seguidores. Uno los primeros temas fue “La Vieja Guardia”. Tocaron muy pocos temas de su último disco titulado Alfa, y otros como “Nuevo Mundo”, “Contra el Viento”, “Tronos de Metal”, “Hoy Gano Yo”, y “Tu Mismo”, canción que nunca antes había escuchado y que me agradó mucho por su mensaje positivista, que tanta falta hace del lado de acá, donde por lo general, las personas son negativas y tienen mal carácter, y que fue tan coreada como lo verán ustedes en este video que extraje de youtube, y que no es mío, pero que conste que lo extraigo de manera promocional.
Nunca antes había visto a Obus, y jamás pensé que iba a ver lo que vi. Suena a trabalenguas, pero es que fue una actuación realmente asombrosa, al viejo estilo del heavy de los 80. Con formatos de cuarteto, todos los músicos están pelados al rape con la excepción de Fortu, cuya edad nunca sabremos, y es el líder indiscutible de esta banda que está musicalmente muy bien trabajada, siendo el concierto que más disfruté en esta jornada del Leyendas. Desde que comenzó no me pude mover de mi sitio, esperando a ver qué pasaría sobre el escenario. Cuando abrió la primera canción yo estaba escéptico, y al finalizar el concierto me di cuenta que el puesto que tiene Obus dentro del heavy metal español, además de ser merecido no hay quien se los quite.
Tampoco viven del pasado, y la muestra son canciones como “Corre Mamon”, “Esta Ronda la Paga Obus” y “Que te Jodan”. El concierto comenzó a llamarme la atención con “La Raya”, seguida por “El Que Más”, “Pesadilla Nuclear”, compuesta en aquella época en que esperábamos amanecer bajo una guerra nuclear. El Fortu hacía todo tipo de movimientos hasta los más imposibles. Los temas se sucedían uno tras otro manteniendo la adrenalina en el tope. En “Dinero, Dinero”, tocaron los acordes de “La Tierra de las 1000 Danzas”. Uno del público le tiró una botella de agua a Fortu, él la cogió en el aire, bebió y la devolvió. A partir de ahí fueron varios los que le lanzaron diversos envases para que bebiera, entre ellos, botellas de whisky. Uno que tenía una bota de vino la alzaba sobre su cabeza, y Fortu les señaló para que se la lanzara. El hombre lo hizo con mucha fuerza y el vocalista no la pudo alcanzar, pero la recogió de donde había caído, con mucha gracia acusó al lanzador de haberla tirado a dar, bebió de la bota, e hizo beber a cada uno de sus músicos sin que éstos dejaran de tocar sus instrumentos.
También se le ocurrieron otras locuras como la de quitarse los calcetines y lanzárselos al público. Todo esto con aire de fiesta y mientras sonaba la música. El rockero de Barcelona le lanzó su casco vikingo y Fortu se lo puso mientras tocaban “Esta ronda la paga Obus”, “Vamos muy bien”, “Preparate”. El cantante presenta a Carlos Miguel que es indudablemente uno de los mejores bateristas de España, con una característica que para un baterista es poco técnica, que es la de cruzar los brazos mientras toca, demostrando que aún así es veloz versátil y contundente. La actuación finaliza con Fortu quitándole los instrumentos al bajista al guitarrista, mientras el baterista se sube sobre el suyo sin dejar de tocar. Se despiden abrazados.
Eran las 2:30 de la mañana y le tocaba a Lujuria cerrar el festival. Oscar Sancho es, de manera muy diferente a Fortu, también todo un frontman, que entre canción y canción hace bromas, explica las canciones, cuenta pequeñas historias, y critica la sociedad. “Joda a quien Joda”, “La favorita del Rey”, “Cae la máscara”, “Carne de cañón”, “La gorda”, y cierran con “Long Live Rock and Roll” como homenaje a Ronnie James Dio. Es un grupo del cual conocíamos varios discos, y que ver en directo resultó para mí algo importante. Aunque me parece que son una banda de corte progresista y de izquierda, no creo que de actuar en Cuba, algunos de los parlamentos de Oscar fueran recibidos con beneplácito, por las autoridades culturales. Algo que sería bueno probar.
Terminaba el festival y sólo me quedaba meterme en un carro a pasar lo que quedaba de la noche, para al amanecer, regresar a Madrid. Quiero agradecerle a todos los grupos que participaron, a todos los que trabajaron, y en especial a Marcos Rubio. Me sentí muy bien, y la razón del por qué así fue me la dio El Trovador Urbano, cuando me explicó que en este festival, Leyendas del Rock, todos nos tratamos como hermanos. Estaremos allí de nuevo el próximo año.
Y aqui tenemos fotos del público que asistió al Leyendas, donde se respiraba un ambiente fraternal que disfruté mucho.