Viernes 24 de enero 2020
Pub Mendigo, Barakaldo.

Tras cinco álbumes se puede decir que Incite la banda de Phoenix, Arizona, comandada por Richie Cavalera (Hijo de Max), han demostrado que vinieron para quedarse. Y aunque para la mayoría sigan siendo la banda del hijo de Max, estos chicos han buscado su propio camino. El pasado 24 de enero estuvieron en el Pub Mendigo de Barakaldo. Si mal no recuerdo su tercera visita al país vasco, las dos anteriores que yo recuerdo fueron en Vitoria, en 2016 junto a Soulfly, luego en 2017 junto a Ill Niño.

Cuando llegamos al garito había ya gente, pero no se llenó, no sé si media entrada. Para este concierto la banda soporte escogida por los organizadores fueron los jóvenes The Eleventh Plague, un quinteto de Slamming deathcore de Bilbao. Nunca les había visto en directo, actuaron el pasado Dimetal Fest pero no les pude ver. Hasta donde sé, solo han publicado un EP, titulado 'Cataclysm', del cual dieron buena cuenta.

Se les notó un tanto faltos de tablas, nada que no se arregle con más tocadas. El vocalista lo hace muy bien, se deja el gaznate en cada frase. La sección rítmica no está mal, aunque destacaría al batería, que se le ve muy entregado, igual fue el que más dio. Los guitarras me parecieron bastante fríos. A algunos de mis amigos que estaban por allí, me comentaron que les gustó la propuesta de estos chicos. A mÍ no me terminan de convencer, pero reconozco que no van a lo fácil. Algunos de sus temas tienen cambios que enfrían un poco la canción, al menos de cara al directo, pero bueno también es cosa del estilo que practican. Son jóvenes y tienen margen de mejora.

Os dejo el setlist que tocaron esa noche:

1. Intro
2. Where humans are gods
3. Amnesia
4. Suffokate-not the fallen
5. Cataclystm
6. Analepsy apocaliptic premonition
7. Opened
8. As blood runs black in diying days

Exactamente un año después del lanzamiento de su ultimo redondo 'Built to Destroy', los Incite se dejaban caer por “Barakatown”, para calentar la noche a golpe de groove thrash moderno. Salían al pequeño escenario con el cuchillo entre los dientas, salieron a por todas con tres temazos de su más reciente obra, "Built to Destroy", "Ruthless Ways", "Resistance". Con el primer garrotazo cayó al suelo la birra que le habían colocado al bueno de Richie al lado de los monitores, con el consiguiente desparrame de liquido y cristales, que un servidor aparto con el pie por seguridad, antes que viniese a secarlo.

El barbado voceras enseguida busca la complicidad de los presentes y les animo acercarse al escenario e incluso aviso que si alguien le apetecía hacer stage diving no había problemas. Contundencia y buen sonido, el nuevo guitarra Eli Santana (Huntress, Holy Grail) que está en la banda desde noviembre de 2019, estuvo impresionante y se le ve muy bien empastado con sus compañeros. Tuvo un percance cuando su melena se enredó en el cercano tuvo de refrigeración del techo, no es el primero, para muestras las abolladuras que presenta dicho tubo. Por cierto ha mejorado mucho la iluminación en El Mendigo.

Una gozada ver al bestiaca Lenon López azotar sin piedad su kit, con su compi Christopher El, al bajo bombeando ritmos agresivos sobre los que Richie gruñe sin piedad, temas como: "The Aftermath" o "Tyranny's End". No habíamos muchos y la verdad tampoco éramos demasiado efusivos, pero la banda cuajo una gran actuación, muy profesionales, lo dieron todo como si actuasen para una mayor audiencia.

Un setlist muy acertado, en el que incluyen sus mejores temas, de todos los discos. Piezas como "Losing Grip", que siempre me ha recordado a Meruader, o la trepidante "WTF", removieron sin piedad a los presentes, que se pegaron unos bailes con estos trallazos.  Otras piezas del actual LP que descargaron esa noche fueron "Backbone", un enorme trabajo vocal de Richie, un auténtico frontman y un punzante solo e Eli, seguida de "Leech" donde continuo flipando con Lenon y el ataque percusivo que se marca. Y la groovera, "Savior Self", brutal.

Se bajaron del escenario para refrescarse y volvieron enseguida para el encore final con “The Slaughter”, que daba título a su disco de 2009 y para el cierre con la abrasiva “Army of Darkness”, invitaron a subir a sus fans y un puñado de chicas y chicos subió para disfrutar del cierre de fiesta con el combo de Arizona, que durante todo el concierto creo una buena atmósfera de cercanía. Foto final con sus seguidores que se acercaron a verles. Sin duda una banda que se está haciendo un nombre. Tienen todos los ingredientes para llegar lejos.

Tras el concierto Richie y sus compañeros estuvieron disponibles para hacerse fotos y conversar con los fans que se les acercaron, parecieron gente muy amable y maja, así de gusto. Esperamos verles de nuevo por acá. Agradecimientos a la promotora Kivents, Unai Endemaño y la gente de El Mendigo.

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