Fotos: Koldo Orue

Crónica del concierto en la sala Santana 27 de Bilbao, escrita por Txema Garay, con fotos de Koldo Orue
14 de Marzo 2015

Los aficionados al Skate Punk tenían una cita con uno de sus principales estandartes, los norteamericanos Lagwagon. Los emabajadores del punk californiano aterrizaban en Bilbao después de tres años desde su pasada visita para presentarnos su último trabajo de estudio titulado “Hang” que ha tenido bastante buena acogida entre sus acólitos después de haber estado esperando material durante su interminable letargo compositivo.

El pack lo completaban los canadienses The Flatliners y los hardcoretas Western Addiction. Sin duda un combo perfecto para pasar la tarde del Sábado. A pesar de ser un cartel interesante, pude escuchar a muchos comentando que sería mucho mejor su fuesen acompañados de alguna banda de más peso como NOFX o Milleconlin, mientras rememoraban giras míticas como los famosos Warped Tour de los 90.

Western Addiction

Adentrándonos en los que nos concierne, debo admitir que llegué un poco tarde a la sala por motivos personales, lo que me impidió catar algún tema de Western Addiction. De camino con prisas, no sabía muy bien qué me esperaba en la sala, la carretera normalmente concurrida, estaba literalmente desierta y apenas había un puñado de coches aparcados. El regreso del frío a la ciudad había hecho mella y eran sólo un puñado de seguidores los que bebían apilados fuera, en espera de otra noche memorable. En su interior conocedores del caché de los teloneros, había ya una buena parte de fans esperando contemplar el show de The Flatliners. Ese porcentaje ni de lejos era suficiente para esperar una sala abarrotada más tarde y ya se presagiaba el hecho de poder disfrutar de un concierto de altura, cómodamente.

The Flatliners

Situado en un lateral y con katxi de cerveza en la mano, me dispuse a disfrutar de una banda que desde hacía tiempo tenía bastantes ganas de ver The Flatliners. Los de Toronto están actualmente bien considerados y en pleno auge dentro de este complicado sector. No salieron a especular y arrancaron desde inicio demostrando su sobrado carácter, arrollando al personal presente a base de buen punk rock y hardcore perfectamente entrelazados mediante su potente puesta en escena. Directo que perfectamente puede ser un alegato de lo que bandas como ellos deberían hacer, no en vano cuentan con innumerables elogios y reconocimientos por sus impecables actuaciones.

The Flatliners

La multitud acogió a los canadienses con entusiasmo y a medida que transcurría el bolo eran más y más lo que se metían al barullo organizado en frente del cantante. Supieron transmitir en todo momento, su mensaje a la perfección, cuajando un concierto brillante. El recital cumplió con las expectativas de los presentes y el sonido fue demoledor. Su cantante Chris Creswell es uno de esos tipos que marcan la diferencia.

The Flatliners

The Flatliners

The Flatliners

 A eso de las once de la noche, unos salían a tomar el aire, otros aprovechaban para recargarse de provisiones y los más rezagados hacían aparición para contribuir a un aforo que aunque quedaba lejos de completarse, registraba una buena entrada. Con un escueto telón basado en su última obra y su archiconocido logo “music in its place” colocado en el bombo de la batería se preparaban para salir a escena.

Irrumpieron en escena con “After you my friend” de su célebre Let’s talk about feelings provocando la locura en todos los allí congregados. Su incontestable directo era patente desde el primer minuto de juego y daba la sensación de que la banda salía con la batalla ganada de antemano. A pesar del inevitable paso de los años Joey Cape y sus secuaces permanecen fieles a la actitud que les catapultó hacía el éxito, ataviados con vaqueros propios de la época y cabelleras teñidas de colores fosforitos. Conscientes de su tirón tanto en nuevas generaciones como otros no tan chavales se las apañaron para diseñar un setlist que satisficiera a todos los presentes, conjugando cuatro o cinco temas nuevos con un repaso extenso de toda su carrera, mientras dejaban claro que su último trabajo no era mera excusa para volver a los escenarios.

Joey Cape es un tipo con carisma y galones suficientes para sacar adelante cualquier velada, pronto conectó con la audiencia fusionando su actuación con el pogo montado que abarcaba prácticamente la mitad de la sala. Un pogo que a decir verdad era bastante noble a diferencia de otros que he contrastado en otras ocasiones. El buen rollo y el entusiasmo compartido por todos los asistentes era una realidad, mientras disfrutaban en comunión el repaso a inmensos clásicos como Falling Apart de su Blaze, Island of Shame del Thrashed, o Violins de su disco Hoss.

A mitad de repertorio comenzaron a introducir intermitentemente temas de su último redondo, pudiendo disfrutar de cortes como Obsolete Absolute, Made of Broken Parts, la cuasi metalera The Cog in the Machine , Burning out in Style o Western Settlements que se entremezclaban con históricas como Sick del Hoss, o Give it Back y Coffe and Cigarettes del Trashed .

Continuando según el guión previsto, como en el resto de la gira, arremetieron la recta final de su setlist. Alien 8 conectada con Making friends servían de preludio al repaso de final de su catálogo. El derroche de energía y actitud era más que notorio a esas alturas de concierto, y la intensidad comenzaba a pedir unos minutos de reposo. Llegaba el turno de su clásico por excelencia, no hay nadie que haya tenido patín de chaval y no conozoca May 16 th. De lo mejor de la velada como cabía esperar, no quedó nadie estático con semejante trallazo. Para enmarcar esos instantes. Abandonaban a continuación el escenario como era previsible, anunciándonos que el show iba llegando poco a poco a su fin.

Afortunadamente pronto estarían de vuelta para ejecutar los reclamados bises. Agradecieron a todos los congregados su asistencia y volvieron a la carga con la actitud precedente con el fin de no rebajar ni un ápice el éxtasis previo y rematar la faena como hacen los grandes. Know it all del Trashed y Sleep y Razor Burn del Hoss suministraron la traca final que nos tenían preparada, mientras entre tanto volaban seguidores o hacían crowdsurfing para los más trending, por la sala entre empujones e incluso el propio Joey Cape se lanzó a la audiencia dejando en evidencia su tremenda vocación para darse una vuelta por encima de todos, rompiendo si es que aún quedaba, la última barrera que separaba a la banda de la audiencia. Y de esta guisa, con todo el mundo exaltado terminaron la fiesta, dejando otra gran noche para el recuerdo.

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