Viernes 16 de Octubre
Kafe Antzokia, Bilbao.

Los norteamericanos son otra de esas bandas de la escena de Hollywood que siempre han estado a la sombra de grandes como W.A.S.P, Motley Crüe o Guns ‘N’ Roses con quienes  a menudo se les compara. Quizás en parte eclipsados por perderse los primeros años de los ochenta, donde se produjo la principal eclosión de muchos nombres.  Su formación se engendró allá por el año mil novecientos ochenta y siete, y  sólo un año después firmaron con Geffen records, sello donde estaban los propios  Guns ‘N’ Roses, aprovechando para sacar dos discos, “Junkyard” y “Sixes, Sevens and Nines”. El primero de ellos aún sigue siendo considerado una obra maestra y recientemente engrosó el top50 de Hair Metal albums escogidos por rollingstone.com .

Siempre se les ha acusado de tocar algo más duro que el resto de compañeros y de acompañarse de esa  esencia punk que los diferencia y les atribuye un toque más original. De hecho, uno de sus guitarristas solistas es Brian Baker  miembro también de Bad Religion.  Como anécdota comentar que Brian Baker es amigo íntimo de los guitarrista de Guns’N’ Roses, Izzy Stradlin y Gilby Clarke. En el año 2000 Axel Rose le ofreció un puesto en el regreso de Guns’N’Roses, oferta que declinó amablemente.

Ayer volvían a Bilbao para ofrecer lo que mejor saben hacer, una sesión de rock de la vieja escuela sin remilgos o ataduras de cualquier calibre. Salieron a escena con la majestuosa intro de Ennio Morricone la superlativa The Ecstay of Gold, y comenzaron a atizar al personal con “Life Sentence” de su “Shut up- We’re tryin’ to practice! exhibiéndose rápidamente como una banda cercana ante una audiencia que si bien no era masiva arropó a la banda estrechamente toda la noche.  David Roach se encargó de animar el cotarro con sus paseos desquiciados por las escaleras y la constante interacción con los fans, cosa que la gente supo agradecer.  Descargaron todos sus cortes indispensables como “Back on the streets”, “Misery loves company”,”Blooze”,”Simple man” o “Faded”, dando un buen repaso a su catálogo. Su actuación superó la hora escasamente pero sin fallar el ritmo y con las interrupciones mínimas exigidas por el guión. Reservaron sus clásicos “Hollywood”, “Hands off” y “Lost in the city” para cerrar por todo lo alto y meterse al respetable en el bolsillo mientras coreaban los temas. Tal fue el agrado de sus interpretaciones que no les quedó otro remedio que regresar para complacer a los suyos y nos regalaron la versión de Dead Boys “Sonic Reducer” con la que David Roach terminó el concierto cantando dicho hit entre la concurrencia.

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