Hacía diez años que Nick D’Virgilio no sacaba un disco nuevo en solitario. Trabajando con numerosas bandas, algunas de primera división (Spock’s Beard, Neal Morse, Steve Hackett, Nad Sylvan, Robben Ford, In Continuum y muchos más), y hasta con el Circo del Sol, tocando la batería y cantando para Totem. Y esto nos da que pensar que aquí las canciones fueron escritas en la última década, y de ahí su variedad.

Debo confesar que me agrada mucho D’Virgilio. Pienso que es un músico muy trabajador y talentoso además de creativo. Su manera de tocar la batería es interesante y es el tipo de músico que no intenta demostrar lo que todo el mundo sabe, que es de primera línea. Y aquí tampoco lo intenta, más bien se trata de un disco de canciones. Canciones poco alocadas algunas de ellas y encasilladas otras dentro del progresivo simplemente porque no hay otro estilo en el que meter tanta variedad.

Que haya comenzado con un “Prelude” es para extrañarse, nos daremos cuenta que las cuerdas fueron grabadas en los Abbey Road y de ahí el tono Lennon-Mccartney de algunas piezas. Luego “Invisible”, al que escucha el disco por primera vez puede llegar a asustarle, pensando que Nick aquí se ha decantado por el romanticismo y la tristeza, y que vivir en Miami le ha dejado una cierta nostalgia por la tradición musical baladística de el mundo hispano. (aunque me comenta su webmaster que vive en Indiana) No es hasta “Turn Your Life Around”, con esos aires de los Kansas más modernos, que la cosa toma el rumbo que de un disco de este hombre esperábamos.

“I’m Gone” nos vuelve a recordar que vive en Miami, con el tono funky de la guitarra de Tom Hemby. Y será otra de las características de este disco. Hay músicos imponentes que aquí han venido más bien a divertirse y pasarla bien más que a hacer trizas sus instrumentos con armonías complejas o violentos acelerones shredders. Una canción muy agradable. Uno de los pocos que no pudo relajarse es el bajista Jonas Reingold que para la versión de aquella pesada canción clásica de los sesenta, “Money (That’s What I Want)” se manda desde el inicio con un solo apabullante de corte jazzístico. Luego nos daremos cuenta también, que las piezas donde trabaja Jonas son algo más complejas.

“Waiting for No One” es un breve ejercicio de mirada interior para llegar a la beatlesca “Snake Oil Salesman” donde Tony Levin se lo pasa muy bien y Ed Goldfarb tiene un ligero protagonismo en los teclados. “Where’s The Passion” muestra las influencias de haber trabajado previamente con los músicos de Tears for Fears y te podrá gustar o no, pero D’Virgilio canta como el mejor, ¡asombroso dominio de la afinación!

Los amantes de la música hecha por virtuosos tendrán alimento con “Mercy”. Randy McStine y Tony Levin ponen lo suyo en una pieza realmente majestuosa, con orquestaciones grandiosas. “Overcome” sigue la misma línea dejando vía libre a Paul Gilbert que es quien hace el solo aqui, y comienzo a preguntarme si habrá una división en el disco, dejando esta segunda parte para temas donde los músicos tienen más libertad de acción mientras Nick nos da otra lección de canto. No será así finalmente. En “In my Bones” no lo encontramos con sección de viento y cantando al estilo Neal Morse, ¡qué curiosidad!

Y pasamos a la rockera “Wrong Place, Wrong Time” al menos en su inicio, porque luego viene un ejercicio vocal complejo y otro solo apabullante de Randy McStine. Una canción que solo por su complejidad ya vale la pena apreciar. La última pista podría ser “Not My Time to Say Goodbye”, pero él ha preferido que sea la penúltima. Una composición con toque prog y ritmo americano al que suma otra interesante orquestación que recuerda a The Beatles.  Sin embargo, titulándose el cierre “I Know the Way”, igualmente me quedo tranquilo porque sé que él sabe lo que tiene que hacer. Otra amena canción que si hubiera buen gusto en este mundo estaría escuchándose por la radio de todo el planeta.

Este ha sido un disco delicioso, con música muy variada donde hay momentos para el virtuosismo instrumental y muchos momentos para el virtuosismo compositivo. Y donde Nick D’Virgilio ha demostrado ser un excelente vocalista además del excepcional batería que nada tiene que definir.

Line Up:
Nick D’ Virgilio / Drums & vocals (all tracks), electric piano on 2; bass on 4, 9; electric and rhythm guitars on 9, keys on 9, 12; percussion on 12, bass on 12, 13; electric guitar on 12, acoustic guitar on 14
Carl Verheyen / Acoustic and electric guitars on 2, 6
Jonas Reingold / Fretless bass on 2; bass on 3, 5, 8, 10
Randy McStine / Electric guitars on 3, 8, 13; electric guitar solo on 9, 12
Jordan Rudess / Piano & synths on 8
Phil Naish / Keyboards on 4, 5, 13
Strings / Orchestra at Abbey Road on 2, 6, 8, 10, 13
Jem Godfrey / Synth solo on 3, 9
Dave Martin / Bass on 4, 11
Tom Hemby / Funky electric guitar on 4
Don Carr / Electric guitars on 4, 10, 14; atmosphere electric guitar on 5
Jacob Dupree / Piano on 6; keys on 10, 11, 13
Tony Levin / Bass on 7; Chapman stick on 9; fret-less bass on 9
Stan Cotey / Electric guitar on 7
Ed Goldfarb / Keys on 7
Paul Gilbert / Electric guitar solo on 10
Rick Nielsen / Guitar solo on 11
Mark Douthit, Sam Levine, Doug Moffet / Saxophone on 11
Tom Hermby / Electric guitars on 14
Michael Omartian / Piano on 14
Kat Bowser, Beth Cohen, Nathan Heironimus, Sophia D’Virgilio, Jason Eskridge / Background vocals