Black Hills Records

Lista de canciones:
01 My Delusion
02 Easy Come, Easy Go
03 Down the Drain
04 Hard Wired
05 Bad Roots
06 Skin 'n Bone
07 Long Way Home
08 Shadow Dancer
09 Good Time Girl
10 Hallelujah
11 Saint or Fool
12 Out of Time

Escuchando su tercer disco, no cabe la menor duda que el hábitat natural de Jared James Nichols es el escenario. Canciones que aquí quizás no brillen tanto, cuando las toque e directo van a ser bombas antipersonales explotando entre la audiencia si son elegidas.  Hemos visto al músico dos veces en directo y aunque la última de ellas fue en el Mulafest / Garage Sound 2019, aún lo tenemos clavado en el cerebro. La primera vez fue como telonero de Glenn Hughes y salió con una energía apabullante que casi que opaca al divo de la voz eterna.

Los críticos hablarán de timbres alternativos y punkis en su música, pero no se dejen despistar, esto es rock and roll guitarrero de 24 kilates con un ligero aroma grunge. Canciones con riffs simples para hacerte mover y solos de guitarra incendiarios que enaltecen no solo a Gibson, de la cual es embajador, sino también a su intérprete, que más que sangrar, hace sangrar a la guitarra con sus intensos lamentos. Sus guitarras preferidas son la Gibson Les Paul apodada “Old Red” y la Epiphone Les Paul a la que llama “Old Glory”.

Cada composición de este disco es un ejemplo. Si solo has visto los videos, no conoces a “Bad Roots” donde el batería Dennis Holms emula al ferrocarril, símbolo del desarrollo de una nación, pero también me atrevería a decir que es símbolo de la conexión de Jared con bandas de los sesenta que van desde Gran Funk hasta Blackfoot pasando por Cactus. 

Escuchando su música y sus solos, es difícil decir que Jared se parezca a un solo guitarrista del pasado. Cuando sus manos se aceleran, es como si un álbum fotográfico pasara ante nuestros ojos, recordando a hachas de sonido americano como Tommy Bolin, Rick Derringer, Johnny Winter, Joe Walsh, Leslie West; y muchos otros que han usado las seis cuerdas como expresión sublime de sus ideas musicales.

La única pieza con un cierto toque melancólico es “Out of Time”, dedicada a su padre, que sí, es cierto, tiene un ligero regusto a esos momentos tristes que aparecen en algunos discos de Alice in Chains, algo que repite en “Shadow Dancer”; de la misma manera que “Hallelujah” introduce un riff y un ritmo de bajo que recuerda a Black Sabbath, mientras el bajista Baron Fox se suelta al más puro estilo de Geezer Butler. Son momentos puntuales dentro de la avalancha de rock and roll.

El álbum ha sido producido, diseñado y mezclado por Eddie Spear (Zach Bryan, Slash, Rival Sons) y grabado en directo en los estudios Blackbird Studios y Sienna Studios.

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