Scarlet Records © 2014

Tracklist:
1.    Collateral
2.    State Of Persistence
3.    The Giant And The Cow
4.    Timelapse
5.    Liar's Paradox
6.    The Burning Of Methuselah
7.    Redemption
8.    The Furnace Creek
9.    Ayahuasca

Habiéndolos conocidos por su genial CD K2, nos esperábamos un magnifico disco, y la verdad que no hemos quedado defraudados. Clasificar la música de esta banda es bastante difícil pues mezclan bastante de metal progresivo con duros y acerados riffs de guitarras, llegando a sonar cercanos a Meshuggah en algunos momentos, aunque no estén en el cien por ciento de las canciones dedicados a asombrarnos.

En otros momentos siguen una línea similar a la de Protest the Hero y bandas similares como Tesseract y The Safety Fire. Sin embargo, me llama la atención que en canciones como “State of Persistence” el solo de guitarra se dedique a crear una atmosfera ambiental en vez de lanzarse con la misma velocidad con que se hacen los riffs, norma que repetirán una y otra vez.
 
También continúan con las portadas monocromáticas, y les juro que no lo entiendo, porque no hay nada más alejado del mono cromatismo que la música de Adimiron. Un surtido musical que nos asombra en cada minuto, con una voz rasgada pero lo suficientemente clara y momentos variados donde lo mismo escuchamos un cierre medio industrial en “The Giant and the Cow”, que repiten al inicio de “Timelapse”; que momentos fronterizos con los riffs de death metal, caso “The Furnace Creek”.

"Ayahuasca", con la que finalizan el CD, tiene momentos hipnoticos, capas de voces y un trabajo preciosista en cuanto a la producción, al igual que el resto del fonograma.

Usan recursos modernos pero también se apegan a lo más clásico, como el uso del vocoder en “Timelapse”, o algunos sonidos de teclados setenteros en “Liar’s Paradox”. Al mismo tiempo, mantienen elementos constantes que hacen que las canciones se escuchen de manera homogénea, como es la velocidad lenta del canto y los solos de guitarras, y un toque de batería que casi parece el de un martillo neumático.

Y ya que hablamos del baterista, su velocidad es increíble, aunque por momentos algo repetitiva, sin embargo, hay en él, Federico Maragoni, muestras de talento no solo con los pies, sino escuchen con detenimiento “The burning of Methuselah” y el trabajo en el hand to hand.

Todas las canciones, con la excepción del tema titulo, están sobre los cuatro minutos y algo. Dudo que esto lo hayan hecho con carácter comercial, pues por muy radiables que fueran en tiempo, no es música que se trasmita habitualmente, ni siquiera en las emisoras de rock.  Esta es una banda de conciertos y de mostrar en directo un poderío espectacular. Esperemos poderlos ver.

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