Massacre Records © 2011

Tracklisting:
01. Tomorrow Never Comes
02. Calm Before The Storm
03. Pretty Little Mess
04. Caught In A Dream
05. Through The Dawn
06. Brace For Impact
07. We Are The Weak
08. Down To Nowhere
09. Pray To Your God
10. Reach Out
11. The Answer
12. Will Love Remain 

Este es el disco debut de la banda del baterista Michael Ehré (Firewind/Uli Jon Roth/Metalium) y el brillante vocalista Jan Manenti. Ya con estos antecedentes, no es necesario pensar mucho para saber de qué va la música. También Michael Ehré ha trabajado en la producción, mientras que la mezcla y masterización ha estado a cargo de Markus Teske (Spock´s Beard/Saga/Vanden Plas). El título del disco, “Brace for impact”, proviene de las palabras con las que el piloto americano Chesley B. Sullenberg preparó a los pasajeros del Airbus A320 para un aterrizaje espectacular sobre el río Hudson en el 2009. Las fotos del hecho le dieron la vuelta al mundo, de ahí que las palabras se han hecho famosas. Y realmente no hubo una mejor forma de titular este disco, sobre todo si se trata de un debut.

La banda de metal melódico Love Might Kill, está compuesta por músicos alemanes e italianos. En un disco que combina la frescura de un debut con la experiencia de muchos años de composición. Si miramos la alineación veremos que ninguno de estos músicos es nuevo. Junto a Manenti y Ehre están las guitarras a cargo de Christian Stöver y Stefan Ellerhorst quienes formaran parte en los años 90 de la banda Crossroads, y editaron tres álbumes con EMI, lo que les hizo pensar a muchos que esta sería una de las bandas más reconocidas de la década, sin embargo no fue así. LMK la completa el bajista Jogi Sweers.

Con un buen inicio, Tomorrow Never Comes arranca con fuerza. Otros temas destacados a mi ver, son Caught in a Dream, con una marcada influencia de Dio, la pequeña y cargada de efectos Through the Dawn, a lo Mercyful Fate, que le da paso al tema título, Brace for Impact, fuerza y melodía. Down to Nowhere es de los más enérgicos, al igual que Reach Out. En realidad es un disco muy nivelado, o sea que no tiene altas y bajas ni temas que estén muy por debajo de la media. Y se debe, indudablemente, a que la composición ha estado en manos de Ehre y del vocalista Manenti. Disco muy recomendado para los fanáticos de Rainbow, Judas Priest, Black Sabbath y Dio.

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