Dead End Exit Records / Germusica PR © 2016

Tracklist:
01. Hear Me Now,
02. Wisdom of Massdestruction,
03. Silver Dreams,
04. Alive,
05. Adrenaline Kiss,
06. One more Day,
07. Ballade de Rhodes,
08. Gravity,
09. Stockholm

Astrakhan presentan su segundo disco, continuando con esa tradición de la banda de mezclar varios elementos de la música rock y llevarlos a su propio mundo.  El resultado, como es lógico adivinar, a lo más que se parece es al rock progresivo de los años setenta, aunque aquí hay un toque de modernidad y nada suena vintage.

El disco comienza con cierta suavidad, aunque es un riff grave de guitarra que no sabemos qué presagios traerá, el medio tiempo con fuerza de heavy metal pesado se matiza con la entrada de un coro vocal y pronto la canción se hace compleja.  “Wisdom of Massdestruction” sin embargo, suena algo más común pero igualmente refinada y con la extensa “Silver Dreams” que tiene reflujos de los Queen más sinfónicos, ya han convencido al oyente exquisito y desterrado al amante de la crudeza y brutalidad. Hay un momento que las notas de guitarra me suenan muy cercanas al “Stargazer” de Rainbow.

Aunque es su segundo disco, los músicos no son nuevos. Algunos de ellos han sido vistos tocando en bandas como Pain of Salvation, Royal Hunt, Evergrey y otras bandas escandinavas. Y de manera general estas pueden ser vistas como influencias para Astrakhan.

Su vocalista, Alexander Lycke, es un músico muy conocido que hecho papeles en obras como Jesus Cristo Superstar, Hair, American Idiot, Les Miserables y otros por toda Europa. Su técnica está presente aquí desde el primer segundo, pero como en “Alive” comienza el con una instrumentación muy en segundo plano, se puede apreciar el uso magistral de la respiración para proyectar la voz.

La canción titulo compleja, con ciertos aires orientales, la sección rítmica se mueve con delicadeza y rabia, como animal perseguido por una jauría, e incluso hay momentos de percusión árabe.  Contrasta con la pseudo jazzística “One more Day” una especie de jazz prog donde el bajista Per Schelander se destaca.

Resulta curioso que ni en su página web ni en la de Facebook aparezca el guitarrista actual de la formación. La banda no tenía guitarra y para su primer disco contó con la ayuda de Marcus Jidell, y en algunos conciertos en directo se ve a Johan Hallgren, pero no me queda claro quién es el que grabó el disco.

“Ballade de Rhodes” es más una canción algo siniestra que una balda en propiedad. A continuación unos teclados nos preparan poco para la entrada también arábiga de la guitarra en “Gravity”,  cerrando con una canción homenaje a su ciudad natal, “Stockholm”, cantada en sueco.

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