Tercer y último dia de este magnifico evento, y lo que allí pasó.

El cansancio va haciendo mella, y además yo soy de los que está a pie del cañón todo el día, aunque dos chicas de Madrid, María y Celia, me ganaron. Desde que llegaron se aposentaban en la primera fila de los Mainstage y no se iban de allí por muchos cuerpos que lloviesen en el crownsurfing, hasta que se acababan los conciertos a las dos de la mañana.

Antes de la una de la tarde estaba listo para ver a The Haunted, que presentaban su disco Exit Wounds, con telón incluido y bastante público. Comenzaron con la ya clásica “No Compromise”  aunque tuvimos que esperar a la cuarta canción para escuchar una nueva composición, en este caso, “Time (will Not Heal)”. Thrasheros de la vieja escuela, hicieron un concierto sin fisuras.

A continuación, Red Fang también dieron un buen concierto, destacando canciones como "Malverde", "Into the Eyes" y "Wire".

Comenzaba a ver a chicos y chicas con camisetas de Ne Obliviscaris, y pensé que ellos sabían algo que yo no, así que me fui al Altar para ver a los australianos, quienes se dejaron la piel sobre el escenario. Me gustan esas bandas que saben que tienen todo por demostrar.  Músicos muy técnicos, y dos vocalistas, uno con voz gutural y vestido a lo gótico y el otro con voz clara y vestido de buena persona.  Magníficos intérpretes y música compleja. Hay que informarse más sobre ellos.

Regresábamos al Mainstage 2 para ver a Hollywood Undead a sugerencia indirecta de María la de la primera fila. Cuatro vocalistas, un guitarrista y un baterista: Rap / Rock que comenzaron muy bien pero a mitad de concierto tocaron “Folson Prison Blues” y otras canciones de estilo Contry Rap que me acogotaron y me mandaron a la sombra (y no de la prisión, sino la de los árboles). Y me resultó curioso que a mí me parecía casi aburrido pero la gente estaba volando en el crownsurfing por decenas.

Pero cualquier señal de modorra se nos acabó con los primeros acordes de “Black 13” y “Blood In, Blood Out”, las dos primeras canciones del disco del mismo título de los thrashers Exodus que regresan con Zetro Souza. Y aunque confieso que me gustaba mucho más la presencia de Rob Dukes en directo, como apreciamos en la edición del Hellfest de 2012, no puedo dejar de reconocer que Zetro se deja la piel, y la banda es rotunda. Hicieron una sorpresiva versión del “Raining Blood” para cerrar con “The Toxic Waltz” y Strike of the Beast”.

Ben Barbaud, el creador del festival, daba una conferencia de prensa a las cinco de la tarde, y esperándome lo peor, (que esta fuera la última edición del Hellfest), me personé allí. Habrá algunos cambios, pero también habrá Hellfest. Hubo algunas preguntas pero ninguna sorpresa. El Hellfest se ampliará todavía más en futuros años. El precio de las entradas podrá subir, así que si quieres ir el año que viene, compra tu entrada lo más pronto posible, que pude subir en dependencia de los grupos que se contraten.

Salí de la conferencia listo para ver a Cavalera Conspiracy, tocando canciones de ellos, Sepultura y Nailbomb. Hubo problemas con el sonido y a Max Cavalera le dió un pronto, abandonando el escenario unos minutos antes de finalizar.

Como mismo pasó el sábado con Body Count, donde no había espacio para tanta gente, ahora se repetía con Alestorm. El Temple estaba repleto, y la misma cantidad que había dentro de la carpa de repetía fuera, todos de pie, viéndolos a través de las pantallas. Me pareció que en esta edición se organizó algo mal la posición de los grupos. Tomaran nota seguro, que a los organizadores no se les escapa casi nada.

Huyendo de Limp Biskit, que son tremenda banda, longevos y con muchos seguidores, pero ya conocidos, me acerqué casualmente a ver otro de los grupos habituales del Hellfest que nunca había visto: Samael.  Comenzaron con la grabación de “Ceremony of the Opposites” para entrar, con un Makro maquillado en blanco y negro.

Los hermanos Vorph y Xy llevan la banda hacia adelante con un concierto categórico. No son de mucho movimiento en escena pero sus riffs son monolíticos y fáciles de recordar. En perfecto francés, que para eso es suizo, se dirigía a la audiencia, cerrando con “The Truth is Marching on” y “My Saviour”.

Habiendo terminado, como aun los Limb estaban cantando, busqué en la programación para descubrir a Saint Vitus en el Valley. El concierto comenzó cuando Mark Adams tocó unas notas de bajo y le dijo al público que iba a poner más volumen, y así sonó “Dark World”.  Más de treinta años de experiencia condensados en nueve canciones y una actuación con estilo que terminó con “Born Too Late”.

Llegó un momento, mientras paseaba por las instalaciones, que me di cuenta que este festival es todo un lujo. En ningún otro lugar encontrarías a Phil Anselmo con sus Superjoint Ritual, Arch Enemy y Korn tocando al mismo tiempo, en tres escenarios que estaban a cual más petado. Me fui a la montaña rusa, para hacerme la ilusión de ver desde allí los tres conciertos al mismo tiempo.

Cerrando el capítulo de las asignaturas pendientes, me fui a  ver a Nightwish con Floor Jansen.  En su momento me perdí tanto a Tarja como a Anette Olzon, y como a la tercera va la vencida, me puse lo más cerca posible.

Me llamó la atención que hubiera poca gente en comparación con otros conciertos. Además, los competidores en los otros escenarios eran In Extremo y NoFx.  De nuevo algo que los demás sabían y yo no.  La banda comenzó lanzando más fuegos artificiales, humo y llamas que los propios Kiss, tendencia que se mantuvo durante todo el concierto.  Venían presentando su más reciente trabajo, Endless Forms Most Beautiful.

 Uno de los momentos cumbre en la primera parte del concierto fue la interpretación de “I want my tears back”. También tocaron “Stargazers” comentando que llevaban más de diez años sin tocarla. Me gusta que Floor no le haga asco a las canciones previas, aunque el concierto se halla enfocado más en los discos posteriores al 2010.

Sin embargo, con el paso del concierto encontré el trabajo del batería muy repetitivo. Como las canciones de Nightwish se componen desde el piano en su gran mayoría, se trabajan mucho las armonías y melodías, pero el ritmo es, la mayor parte del tiempo, un aburrido doble bombo a velocidad continúa. En España hay un refrán que es el más erróneo que he escuchado en mi vida: “quien dice que el baterista es músico”, o “el baterista es el mejor amigo del músico”.  Sin embargo, los mismos que hacen la broma son incapaces de darse cuenta que la batería es como mínimo la columna vertebral de una canción, y que cualquier error de un músico pasa inadvertido,  pero jamás un palo mal dado por un baterista. Nightwish en directo, sin la pirotecnia, hubiera perdido bastante.

Solo nos quedaba regresar a Madrid, en un viaje que se nos hizo muy largo a pesar de la somnolencia. Les dejamos con la tercera parte de flora y fauna, y los invitamos a que, si no lo han hecho aun, lean la crónica del sábado 20 de junio y la del viernes 19 de junio. Nos vemos en el Hellfest 2016.

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