Un concierto para enmarcar, satisfacción y pago de deuda para los seguidores que hacía tanto no tenían un directo como éste.
Pepper Keenan, guitarrista original de Corrosion Of Conformity, mítica banda norteamericana de hardcore punk/crossover thrash/heavy metal, para nada está de acuerdo con Carlos Gardel. No solo son musicalmente bien lejanos, sino que el primero además confiesa que 20 años sí que son algo: demasiado tiempo sin visitar Madrid, una ciudad en la que siempre se lo pasa tan bien.
Tuvo Keenan que volver a las giras con el grupo, las que abandonó en 2006, para regresar dos décadas después, y decir, a modo de sentida disculpa, que eso no volverá a ocurrir. Bien se nota que su otro proyecto, Down, donde comparte con Phil Anselmo (Pantera), lo ha curtido.
Ya el bajista Mike Dean lo había anunciado, cuando dijo que disfrutarían tocando el material clásico, pero uno siempre espera con cautela, más cuando es una banda que ha tenido habitualmente muchas entradas y salidas. La noche del miércoles 1 de julio, en una Sala Arena donde el aire acondicionado era un placentero escape al asfixiante calor exterior, fue la más propicia para ello.
Los teloneros, Deathsurrection, comenzaron puntualmente sobre las 20:00 h. Gabriel "Jester" en las voces, Diego "Disi" en la guitarra solista y Adrián Castro en la rítmica, Rafael Aritmendi en la batería, y un invitado, el bajista Jio, de la también madrileña banda Hiranya, se enfrentaron a un público que no llenaba un tercio de la sala, pero que los arropó con cariño.
Tocaron 7 temas, entre los que incluyeron uno de su nuevo disco, y un cover de “Yesterday Don’t Mean Shit” de Pantera. Bastante cohesión, energía y buenos guitarrazos que se trajeron, con el buen desempeño en el escenario de su vocalista, que conectó muy bien con la audiencia.
Terminaron poco antes de las 20:40h, para dar paso a un invitado y amigo de los años mozos de Pepper Keenan, Jimmy, que para calentar un poco más al público que iba rellenando la pista agarró una guitarra e hizo 6 fragmentos de canciones de Thin Lizzy, de los que a veces jocosamente se inventaba la letra, ya que no las recordaba. Jimmy también nos contó de la apasionada afición por las canciones de Thin Lizzy de él y Keenan, y alguna que otra anécdota que el mismo Keenan apuntaló entrando y saliendo del escenario, ya fuera para hacerle una foto a la presentación que pareció improvisada, o para contar que estuvieron hasta las 6am de juerga por ahí, en Madrid.
A las 21:30 terminó Jimmy, y se subieron los de Raleigh, Carolina del Norte, quienes no soltaron prenda durante toda la noche sobre el nuevo álbum que en teoría están preparando. Se aparecieron con la alineación de su álbum más vendido, “Deliverance”: Woody Weatherman en la guitarra líder y coros, Mike Dean al bajo y vocalista, Reed Mullin en el drums y las percusiones, además de vocalista, y Pepper Keenan como guitarrista y vocalista principal.
Desde aquí, y hasta las 22:40, fueron sencillamente arrolladores. Abrieron con “These Shrouded Temples…”, de su tercer álbum “Blind” (1991), el primero con Keenan, que fuera posteriormente relanzado cuando firmaron para Columbia 4 años después. Continuaron con “Broken Man”, conocido tema del “Deliverance” (1994), de los que corean los fans. Cuando llegó “King of the Rotten”, extraído del quinto álbum “Wiseblood” (1996), desbordaban la escena, un gustazo ver una banda así.
“Heaven's Not Overflowing” (Deliverance), nos devolvió el sonido groovy ochentero, mientras que “Long Whip/Big America” y “Wiseblood” (del homónimo disco) son dos gemas del metal sureño, de las más ligeras. “Seven Days” (Deliverance) trajo a la sala un chorro del más genuino sludge, que me recordó a las más pesadas de Down o los discípulos Crowbar.
“Paranoid Opioid”, uno de los dos temas del concierto extraídos de su séptimo registro “In The Arms Of God” (2005), es pura energía, de los que entran con fortaleza. Como curiosidad recuerdo que este álbum destacaría por ser el único con la ausencia del drummer Reed Mullin, reemplazado por Stanton Moore, de Galactic. “13 Angels”, proveniente del “America’s Volume Dealer” de 2000 (sexto y menos exitoso), sería un buen ejemplo de la atmosfera del sonido clásico de esta banda.
“Albatross” (Deliverance) es un clásico que no podía faltar, aquí enriquecido con un final a lo Black Sabbath, seguido de “My Grain”, del mismo álbum, una melodía thrash/hardcore saltarín, muy exigente vocalmente, para unas letras desapacibles. “Stonebreaker” (In The Arms Of God), me trajo otro soplo del sur norteamericano, algo revuelto por estos días, mientras que escuchar “Goodbye Windows” (Wiseblood) en vivo me corroboró que las letras no eran una carta de un usuario de GNU/Linux a Bill Gates.
Una corta despedida con selfie de banda, tras alabar al público madrileño, dio paso a menos de 5 minutos de ruego popular, para que volvieran con un bis que incluyó por sorpresa “Señor Limpio” (Deliverance) otro tema groovy ochentero, y prosiguió con “Vote With a Bullet” (Blind), una “Who's Got the Fire” (America’s Volume Dealer) muy arriba, no solamente en volumen, y cerrar con “Clean My Wounds” (Deliverance), con unos solos muy cercanos, en especial el de la guitarra de Keenan, y un jam magnifico, aprovechado para las presentaciones finales.
Un concierto para enmarcar, satisfacción y pago de deuda para los seguidores que hacía tanto no tenían un directo como éste.