El jueves 8 de noviembre volvíamos a la sala Santana 27, en Bolueta para disfrutar del directo de los alemanes Kadavar que han lanzado este año su segundo disco en vivo “Live in Copenhagen” y no pierden oportunidad para echarse a la carretera. Los compañeros de viaje esta vez eran los suecos Monolord, otro trío que se las trae. Les vimos en marzo de este año como teloneros de Black Label Society en Vitoria.
Al entrar nos topamos con un par de banderolas de Madness Live anunciando el aluvión de conciertos que siempre se traen entre manos. Echamos una mirada al surtido puesto de merch que traían, mucha variedad y precios al nivel de casi todos los que vienen.
Tras una cereza calentorra, nos acercamos al escenario. A la hora acordada subían los Monolord, tomando posición en una linea de 3, con la batería bastante cerca del borde del escenario. Comenzaron su actuación con "Cursing The One", Doom Sludge amuermante, consiguiendo un sonidazo aplastante, las gruesas líneas de bajo de Mika, la contundencia percusiva del batera Esben y la guitarra súper pedaleada del cantante Thomas, removieron entrañas con esta pieza de 9 minutos.
La segunda en caer “Lord Of Suffering”, otros 7 minutos de densidad doomy en los que el bajista Mika Häkki, se movía mientras pulsaba las cuerdas con dinamismo. Menos mal que esta vez no me deje los tapones de los oídos, los decibelios brotaban de los altavoces cual denso lodo, imaginaros como sonaban los bafles con los graves de delante de escenario. Tocaron "Rust" la pista que da título a su más reciente LP. Thomas y sus pedales despachando rocosos riffs y ese solo interminable y efectista. Por supuesto que cerraron su actuación con “Empress Rising”, su pieza más conocida, y la única que pueden reconocer algunos fans no tan metidos en el repertorio del trío de Gotemburgo. Estirada hasta los quince minutos, en los que embaucaron a algunos incrédulos con su letal riff, ante semejante deslave no quedó más remedio que ejercitar las cervicales. A mitad de canción Thomas cogió su móvil y nos pidió levantar los brazos para una foto, un par de amagos de cierre que arrancaban aplausos hasta que terminaron de verdad su descarga, 40 minutos en total, porque con Black Label Society solo tocaron media hora. Aunque me sigo quedando con su actuación en la Dabadaba de Donostia en octubre de 2017, cuando vinieron de cabezas de cartel y con Conan como compañeros de viaje. Desde luego que lo que hacen no es digerible para un público mayoritario. Así que a los que no les gusta el Doom esto no sé lo que les parecería.
Tras el cambio de instrumentos en el escenario salía a escena el trío berlinés. Desde el primer acorde Lupus, Tiger y Dragon lo dieron todo, consiguiendo que el escaso pero entregado público se dejara llevar por su enérgica descarga. Gran sonido y las dos primeras piezas que tocaron fueron “Skeleton Blues” y “Vampires” ambos del más reciente LP de estudio 'Rough Times' de 2017. Una pasada ver a Tiger tocar la batería, como lo goza y lo vive el tío, es una bestica repartiendo baquetazos, el auténtico pulmón de este trío. La tercera que tocaron de seguido fue "Living In Your Head" el bonus track de su álbum debut homónimo de 2012. Punteo cansino de Lupus, y ese ambiente The Doors, arropado por rocoso bajo bajo de Simon "Dragon" Bouteloup.
Otra de las nuevas "Into The Wormhole", una de sus pistas mas doomy, que parece más propia de unos Electric Wizard. Uf como sonaba todo, una pasada verles tocar esta canción en vivo. Otro hit de la última obra “Tribulation Nation”, una canción un pelín más space rockera, a medio camino entre Hawkwind y The Cult, y con coro incisivo. Sin apenas pausa caía la estelar "Eye of the Storm" del CD 'Abra Kadavar', otra brillante interpretación que sus incondicionales disfrutaron. Me sorprendieron tocando "Broken Wings", una canción que no recordaba, y que salía en 'White Ring' el Split de 2013 que compartían con la banda Aqua Nebula Oscillator. Se me hizo un poco larga la introducción de “Purple Sage” otra composición del debut homónimo. Aunque reconozco que los efectos de la guitarra pueden resultar hipnóticos, lo mismo que la percusión. Sin salirse del debut tocaban, "Forgotten Past" stoner cansino con regusto sabbathico.
Estaban cuajando un intenso concierto con momentos más eléctricos, a ratos instrumentales, psicodélicos, espaciales y algunos solos alucinógenos a cargo de Lupus. Una de las mejor recibidas de la noche fue sin duda, “Come Back Life”, una verdadera joya, que disfrutamos a tope, lo mismo que con "Doomsday Machine" otro de los grandes temazos de este trío. Estribillo pegadizo y Lupus clavando las voces. La buena energía no hizo más que acrecentarse con la fuzzera "Into the Night", tras la cual se marchaban a camerinos, no tardaron mucho en volver.
A penas dieron tiempo a que se enfriara el ambiente, se ocuparon de retomar el hilo con “Die Baby Die”, una de las nuevas que estaba claro formaría parte de los setlist en vivo de Kadavar. Una pieza muy completa que muchos del público corearon con la banda. El sublime final de concierto llegaba con la imbatible "Black Sun", con ese riff matador a lo Black Sabbath, perfecto cierre para una gran velada de rock setentero. Los Kadavar tocaron una hora y media, se les vio muy a gusto y se despidieron dejando satisfechos a la gran mayoría.