Pensaba yo que Ana Popovic había visitado España en más de una ocasión y que había sido simple casualidad que no nos hubiéramos encontrado pero después leí en mutick.com que era su primera vez en España, y aun dudo de la veracidad de esta afirmación pero como mismo es así.

Ella es una de las guitarristas de blues más cotizadas de la escena internacional, pero por aquello de la dicotomía machismo / feminismo diré mejor que es uno de los guitarristas de blues más cotizados de la escena internacional, porque no es una de las mujeres más cotizadas sino que lo es por la manera de tocar su instrumento.  A pesar de que "Like it on Top" ha sido aclamado por toda la crítica especializada internacional, no resulta ser el disco que más me gusta, ni el más bluesero, sino que se expande su música buscando otros caminos y esa variedad, que está muy bien, no estuvo del todo presente esta noche.

Gracias a Etin Producciones estuvimos allí en la Sala Shoko del Centro de Madrid para ver por primera vez a esta espectacular guitarrista. Pocos minutos después de las nueve en punto los músicos fueron saliendo y comenzaron a tocar, mientras el bajista Ronald Jonker a los pocos minutos presentaba a Ana. Una mujer delgada, elegante y algo fría, como le corresponde al estereotipo que tenemos de los habitantes del Este. Estereotipo que se nos estropeó a base de reiterados disparos de su Fender desgastada de tanto maltrato.

Tan pronto se aposentó delante del micrófono, la mujer comenzó a disparar y aquella pieza introductoria sirvió para calentarnos a todos. La banda vino en formato de cuarteto, sin pregrabaciones, así que las pistas que acostumbramos a escuchar con sección de vientos y coristas aquí pasaron a ser canciones menos adornadas pero más crudas y salvajes. Por esta misma razón, estoy claro que erraré al nombrar algunas piezas, mucho más cuando la banda nunca tuvo un setlist escrito, y esto me hizo pensar que, o se sabían el repertorio de memoria, o lo que es más doloroso para mí, envidioso compulsivo del talento estratosférico de algunos músicos, que simplemente Ana arrancaba y la banda tocaba la canción que a ella se le ocurría sin tener que estárselo pensando mucho.

Cuando llegó el momento de “Love You Tonight”, ya la gente estaba entregada. “Object of Obsession” comenzó con una introducción alargada y trajo otra de más magnificas piezas de su repertorio. Estábamos en la primera media hora de concierto y no sabríamos que esto sería una muestra acelerada de talento que duraría una hora y 45 minutos. La voz de Ana no estaba muy alta, aunque respondió bien durante todo el tiempo. Los coros de Jonker, Michele Papadia y el batería Stephane Avellaneda con sus timbres masculinos, fueron los sustitutos para las coristas, pero esa conjunción de dos voces negras y dos blancas dio tremendo resultado.

Los teclados de Papadia tuvieron un gran protagonismo y aunque tenía tres instrumentos, siempre trató que predominara el timbre de órgano relacionado con el blues.  Para “Can't You See What You're Doing to Me”, el bajista Ronald Jonker se marcó un buen solo del instrumento. En cierta medida tiene un parecido con el maestro Victor Wooten. Al principio tanto el como Ana tocaron algunas notas al unísono y esta combinación de timbres sonó fabulosa.

La canción título de su nuevo disco no desentonó dentro de su repertorio a pesar de que repetimos que nos parece que esta obra es la que hasta el momento se aleja más del blues. El hecho de tocar una pieza tan bella como es “Night by Night”, original de Steely Dan, puso al público al borde del paroxismo. Como es habitual en tantos escenarios de España, el público hacia el riff de guitarra con sus voces. Un momento mágico.

A medida que transcurría el concierto, Ana hablaba más con el público y ser sentía más cómoda. Mientras hacia sus disparos, miraba a las primeras filas que atentas posaban sus ojos en ella. “Mo' Better Love” fue otra de las buenas piezas que cayó antes que la guitarrista nos comentara que iba a tocar una canción de las del Experience Hendrix. Es la quinta vez que ella participa en estas giras que celebran la música del maestro Jimi Hendrix y donde están Joe Satriani, Billy Cox, Zakk Wylde y muchos otros.  Atacó con una de sus favoritas, “Can You See me” y dejó el escenario ardiendo. Pero aun fue a más con “Tribe”.

Después de una retirada en falso la banda regresó para atacar con tres piezas más. El final fue con una versión de “Going Down” algo personal, que enlazó con una “Crosstown Traffic” incendiaria. Las lágrimas se me salieron viendo esto, y no sé si fue porque soy un sentimental crónico o porque el fuego de la guitarra simplemente me quemaba los ojos. La guitarrista se retiró mientras la banda siguió tocando y fue para subir al segundo piso y hacernos algunas fotos mientras todos ovacionábamos. ¡Qué manera de tocar la guitarra! “Arde Madrid” y no fue por Paco León.

Impresionante actuación. Prendados de por vida quedamos ante tanta demostración de talento, fuerza y maestría. La próxima vez que puedas verla, no te lo pierdas, que no te vas a arrepentir.

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