25 de octubre, House Of Blues, Orlando

A partir del 22 de septiembre, los escenarios de América del Norte han sido bendecidos por las actuaciones dinámicas de Alter Bridge y Skillet, con el apoyo de los prometedores Dirty Honey. El acertadamente llamado Victorious Sky Tour prometió brindar a los fanáticos una experiencia que incorpora la energía que ambas bandas han llevado al público durante más de una década, construyendo con sus galardonadas discografías una base de fanáticos en constante crecimiento. Tener una gira con dos actos principales que son comparables no solo en sonido sino también en habilidad y entusiasmo, fue un placer espectacular para los fanáticos de cualquiera de los grupos en la gira. El 25 de octubre en Orlando Florida, las tres bandas se presentaron ante una multitud entusiasta, repleta hombro con hombro, en la última de dos noches consecutivas en House of Blues, una noche que también sirvió como fecha de cierre de la gira.

Los primeros en el escenario fueron Dirty Honey, quienes sirvieron como acto de apoyo para la mayoría de los shows en la gira. El grupo de rock con sede en California se basa en gran medida en las influencias del rock clásico, luciendo su propio ambiente himmico combinado con una musicalidad excepcional. Como tal, atrajeron a la audiencia con un toque menos agresivo que el fuerte trueno de los artistas principales, con el cantante Marc Labelle aprovechando la auténtica bondad de los 70 mientras cantaba en el micrófono con sensual ternura. Incluso mientras tocaban algunas de las obras más pesadas de su discografía, incluyendo "Break You", parecía que Dirty Honey estaba empeñada en seducir a la multitud en lugar de derribarlos con fuerza. Llegó un momento especial cuando Labelle habló a la audiencia para revelar que sus padres estaban presentes esa noche, declaración seguida de un aplauso masivo. Debo confesar que no estaba muy familiarizado con ellos y su versión de rock clásico moderno mezclado con melodías de blues / folk me hizo incluirlos en la lista de bandas que ciertamente quiero volver a ver.

"Rolling 7's" y "When I'm Gone" obtuvieron una respuesta muy entusiasta de la multitud, con Labelle - vistiendo un sombrero, un pañuelo y una camiseta Led Zeppelin - moviéndose expertamente e interactuando con la audiencia mientras tocaba fácilmente notas altas que haría que Robert Plant se sintiera orgulloso. Sus camaradas John Notto (guitarra), Justin Smolian (bajo) y Corey Coverstone (batería) contribuyeron con precisión quirúrgica a la fascinante experiencia sonora, entregando uno de los sets de apertura más increíbles que he visto en mucho tiempo. Dirty Honey NO es otra banda, es la banda de reactivación de hard rock, y NO están en una misión inútil para salvar el rock and roll Simplemente patean traseros y son una banda a la que seguir de cerca: estos niños están destinados a las grandes ligas.

Cuando Skillet comenzó bajo una cacofonía de vítores ensordecedores y su set comenzó a rugir, fue fácil olvidar que aún quedaba otro acto en la noche. Entre la energía bruta y la gran habilidad para entusiasmar a la multitud, la intensidad que fue devuelta por una audiencia seria fue más que merecida. Una presencia dominante en el escenario derivada del tiempo perdurable de Skillet en el centro de atención destacó una banda capaz de dar todo a un mar de espectadores.

El desempeño de Skillet fue de manual. Empacando una electricidad que es imposible describir con palabras y combinando una musicalidad deslumbrante con cañones de humo y un espectáculo de luces convulsivo, fue casi imposible apartar los ojos de John Cooper y sus compañeros de banda. Korey Cooper parecía poseída por un espíritu maligno, saltando con su guitarra en un completo estado de frenesí infeccioso, mientras Jen Ledger golpeaba su batería como si le fuera la vida en ello, cantando sin esfuerzo sus líneas vocales. Seth Morrison rasgó las partes de sus guitarras con un comportamiento modesto pero cohesivo, llevando a la agitada multitud a niveles de locura. Las luces danzantes y las columnas de CO2 sirvieron como acentos para un espectáculo que se basaba en el carisma y las habilidades de la banda, convirtiendo la noche no solo en una actuación musical, sino también en un espectáculo dramático del más alto nivel. Realmente se sintió como un tornado, un asalto devastador en sus receptores sensoriales.

La lista de canciones se equilibró bien entre sus últimos álbumes y su trabajo anterior, incluidas las canciones de "Comatose", nominada al Grammy, junto con su sencillo de verano "Legendary". Para cuando su set concluyó, había una combinación de agotamiento y emoción mezclados en el aire, tal vez con un toque de incredulidad de que había otra actuación principal a seguir.

Provenientes de Orlando, Alter Bridge tuvo ventaja en este último espectáculo y se reunió legítimamente con el mismo amor que un equipo local que regresa victorioso, (digno de mencionar que el espectáculo se agotó, a pesar de ser la segunda de dos noches idénticas en el mismo lugar) No había duda que desde el primer momento que las luces brillaron sobre ellos, los cuatro muchachos en el escenario estaban completamente comprometidos a ofrecer un espectáculo de alta calidad a las bandadas de fanáticos que se habían reunido antes que ellos. Este notable grado de comodidad incluso durante una entrega musical entusiasta, hizo que su conjunto principal fuera estimulante y realmente agradable de ver. Incluso durante la gentil introducción a "Blackbird", no hubo disminución del ritmo constante de aplausos y aplausos que nunca parecieron morir durante su set, reacción que aumentó a niveles ensordecedores con el debut en vivo de "Dying Light".

Alter Bridge dominó su espacio con total confianza en todo momento, mostrando una entrega concisa y fascinante, una que es tan lisérgica que te envuelve por completo con el ritmo y las melodías,  despertando tus sentidos más primitivos. Para enriquecer aún más la noche hubo un momento acústico de los guitarristas Myles Kennedy y Mark Tremonti, mostrando sus capacidades técnicas mientras pasaban con gracia a las suaves notas de "In Loving Memory". Sin embargo, los vítores más fuertes de la noche vinieron para acompañar la sorprendente interpretación en vivo de la exitosa canción "Metalingus", un recordatorio final de los logros que le dieron a Alter Bridge el merecido primer lugar en el concierto. Con "Rise Today" la banda trajo de vuelta a la Tierra a un público que había estado levitando en un viaje de grandeza musical y lírica durante más de 3 horas, con vítores aún haciendo eco cuando Alter Bridge hizo sus últimas reverencias.

Si bien las luces vibrantes y la mezcla en vivo hicieron que la actuación fuera gozosa, fueron las habilidades de aquellos que se presentaron en el escenario lo que hizo que la noche fuera una con actuaciones dignas de recordar. Tanto Skillet como Alter Bridge complementaron los estilos de los demás sin esfuerzo, con Dirty Honey siendo una excelente opción para la apertura del acto, con una marca eléctrica de alegría que hizo corresponder a la audiencia, como resultado de los esfuerzos de unos músicos realmente increíbles. Fue un placer experimentar este raro caso de alineación de estrellas.

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