Decapitated + Incantation + Nervosa + Kassgtha
22 de marzo de 2024, Santana 27, Bilbao.

El Tour Nihility Europe 2024 encabezado por los polacos, Decapitated llegó a Bilbao el pasado viernes 22 de marzo, un potente Tour en el que tenían como invitados a los míticos Incantation, además de un par de bandas soporte, las thrashers de Nervosa y los jóvenes suizos Kassgtha. Un cartel que desde que se anunció despertó mucho interés en el botxo y alrededores. Organizado por la promotora Madness Live, que continúa apostando por la variedad.

Una hora antes de que abrieran las puertas a las 18:00 h ya había personal guardando turno en la fila que comenzaba a formarse. Con puntualidad se abrieron las puertas y la sala poco a poco se fue llenando, aunque a primera hora se estaba cómodo para moverse. Abrieron la velada los Kassogtha de Ginebra, Suiza. Se supone que son un quinteto, pero aquí vinieron sin bajista. Han publicado dos LP y algunos sencillos. El más actual rEvolve de 2022, en el que basaron su show.

Su mezcla de estilos no sé si termino de cuajar del todo, entra la expectante audiencia que se acercó a verles. Se mueven entre lo que ahora llaman progresivo, el metalcore y melodic death. Con voces melódicas y growls, repartidas entra la vocalista Stéphanie Huguenin y el guitarrista Mortimer Baud que hace segundas voces. Si no calcule mal tocaron 5 canciones en los minutos que dispusieron. Comenzaron con la aplastante “The Infinite”, para mí su mejor tema. Seguida de la groovera, “Drown”, en la que las partes melódicas de Stéphanie me recordaron a Lacuna Coil. La risueña frontwoamn comentó lo alegre que estaban de presentarse en Bilbao.

Los guitarristas intercambiaban posiciones en el escenario. Mientras que Martin Burger se subía sobre los monitores para marcarse los solos. Gozaron de buen sonido y proponían “Venom” y un nuevo single titulado “Rise”, que me gustó bastante. La fórmula de partes agresivas y luego las melódicas se hace un poco repetitivo. Me gustó mucho el desempeño del batería Dylan Watson, buena técnica y como reparte el chico. Para el final se dejaban “Complacency”. Así concluía su actuación y se marchaban agradecidos de la acogida del público.

Momento para ver una vez más a las Nervosa, primera vez con la guitarrista, Prika Amaral en las voces. Tras la escisión de 2020 que termino con la salida de Fernanda Lira y Luana Dametto para formar Crypta. Me resulta un poco complicado seguirle la pista a los cambios en la alineación que han tenido desde entonces. Esta vez venían presentando su más reciente trabajo, Jailbreak, editado en 2023 por Napalm Records.

Abrieron con “Seed Of Death”, una de las “nuevas”, de entrada el sonido no era muy bueno, pensé que mejoraría con el paso de las canciones, pero por desgracia le falto definición. Con una horrorosa luz roja sobre Prika y una nube de humo perpetua continuaron con “Death” del disco Victim Of Yourself de hace una década. Entre el denso humo reconocí el juvenil rostro de la neerlandesa, Emmelie Herwegh, que venía tocando el bajo y que habíamos visto el 17 de noviembre de 2023 tocando la guitarra con Sisters Of Suffocation en Groove, Portugalete.

Primera visita al Perpetual Chaos de 2021, con “Venomous”, Prika se defiende muy bien cantando y tocando la guitarra, aunque eso no le impide mover la melena en cuanto puede. Única visita al álbum pre-cisma, Downfall of Mankind de 2028, con la contundente “Kill The Silence”, que fue muy bien recibida. Así llegaban “Perpetual Chaos”, con la guitarrista griega Helena Kotina marcándose los punzantes solos y juntas despachando otras piezas como “Jailbreak”, “Guided By Evil” o para el final, “Endless Ambition”. Una pena de sonido, que deslució su presentación, iluminación equivocada y en resumen la peor de las tres veces que les he visto. Ojalá puedan conseguir una alineación más estable porque tanto cambio no creo sea bueno, ya se nota.

El veterano combo death / doom metal con sede en Johnstown, Pennsylvania, Incantation liderado por el vocalista y guitarrista John McEntee, todo un icono del death metal más genuino, aprovecho a tope sus 40 minutos de actuación, con una decena de temas que hicieron vibrar a sus seguidores y que hasta cierto punto hace un poco justicia, por qué la última que les vimos fue en la sala Black, dentro de la misma Santana 27, un incómodo espacio que por suerte ya no se usa. Me alegro verles en un escenario grande.

Salieron a por todas, con John enfundado en una gastada camiseta de otras leyendas del género, Master. Tras un saludo inicial atacan sin miramientos con la densa, “Carrion Prophecy”, para sin apenas pausa descerrajar “Shadows Of The Ancient Empire” del Diabolical Conquest de 1998, casi nada ja, ja, ja. Ya con el público en el bolsillo presentaron la nueva y poderosa “Concordat (The Pact I)”, que termino de incendiar las primeras filas. Todo sonaba demoledor.

Entre penumbras el hábil guitarrista, Luke Shively, formando támden con John en piezas letales como “Vanquish In Vengeance” o “Fury’s Manifesto”, una acertada visita al Sect of Vile Divinities de 2020. Al que apenas pudimos verle la cara entre la bruma y los platos fue al bueno de Kyle Severn, pero sí fuimos testigos de su furiosa pegada tras el kit. Por ejemplo, los clásicos: “Blasphemous Cremation” del mítico debut Onward To Golgotha, qué puta gozada. Y el no menos enjundioso “Blissful Bloodshower” del no menos glorioso segundo redondo, Mortal Throne of Nazarene de 1994. Sonando tan bestia o más que cuando lo escuchamos por primera vez.

Vuelta a la actualidad con la canción “Invocation (Chthonic Merge) X”, del nuevo larga duración. No había dicho, pero el bajista de directo que traían era un tal Julián David Guillén, desconozco en que otra banda toca, pero el chico que se dejó la piel en cada pasaje. Tras una breve parada para tomar aire, se dispusieron a enfrentar el final, con John presentándonos la sulfurosa, “Ibex Moon”, todo un clásico básico que no puede faltar en su setlist y para terminar un final por todo lo alto, con otra de las gordas, “Impending Diabolical Conquest”, que se disfrutó a tope. Así concluyeron un intenso y convincente concierto de 40 minutos.

Tocaba disfrutar después de mucho tiempo sin verles en vivo a los polacos, Decapitated, reactivados y con ganas de comerse el mundo. En esta gira vienen tocando al completo su segundo y venerado álbum Nihility de 2002. Los chicos comandados por el rastas Rafał Piotrowski, salieron a por todas desde el arranque. Entre una densa niebla y con poca visibilidad pudimos degustar de un plumazo y en el mismo orden del disco es decir:

-Perfect Dehumanisation (The Answer?)
-Eternity Too Short
-Mother War
-Nihility (Anti-Human Manifesto)
-Names
-Spheres of Madness
-Babylon's Pride
-Symmetry of Zero

Un brillante álbum para muchos el mejor de Decapitated. Canciones con el sonido puesto al día. Con un riffeo poderoso y los punzantes solos del guitarrista Wacław Vogg Kiełtyka, ex Machine Head, y una contundente sección rítmica que revolvió el avispero desde las primeras canciones y ya no pararon de formarse circle pits muy intensos. Conozco a un par de hermanos que estuvieron en ello y uno salió con un dedo doblado y ambos llenos de moratones pero más contentos que unas castañuelas.

El nivel de precisión e intensidad que desplegaron fue superlativo, ayudados por el mejor sonido de la noche. Todo sonaba muy bien y nítido. Para cerrar esta primera parte del show, usaron una versión del clásico “Suffer The Children” de Napalm Death, tras el cual se retiraron del escenario para tomar aire y afrontar la segunda parte que incluía canciones de sus dos más recientes discos, es decir: Anticult (2017) y Cancer Culture (2022). Algo que tras conversar con algunos colegas, no termino de convencer a algunos de los fans más acérrimos de los primeros tiempos de Decapitated. Nunca llueve a gusto de todos. Pero a mi juicio, la verdad que fue todo un acierto, toda esa avalancha de temas muy grooveros que atronaron en una entregadísima sala, rendida al poderío de los polacos.

La tensión continuaba, las trenzas volaban y continuaron cayeron cortes más recientes como “From the Nothingness With Love”, “Cancer Culture” o “Just a Cigarette”. Donde las rastas de Rafał azotaron cual látigos el brumoso escenario. Se le vio en gran forma vocal durante todo el bolo. Paso para la avalancha groovera de “Earth Scar” con evidentes tonos modernos, o la letalidad de “Never”, con la inspirada guitarra de Wacław.

Para el final se dejaron un par de balas, “Iconoclast” que el disco tenían a Robb Flynn de Machine Head como invitado en las voces. Imposible mostrar resistencia ante un riff de guitarra tan masivo y la trepidante sección rítmica, es un temazo lo mires por donde lo mires. El final llegaba con la inmisericorde, “Last Supper”, que nivelazo. Madre mía. Lo dicho, un concierto impecable de principio a fin, por una banda que se encuentra en gran forma. Ojalá pronto saquen nuevo material y esten de vuelta por estas tierras.

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