Cuando nos enteramos de la iniciativa que Infernu Taberna había hecho realidad en forma de dos días de festival en el centro de la capital navarra, no nos lo pensamos dos veces. Ignoramos la marca en el calendario sobre el día 30 de Junio que señalaba el concierto de Deep Purple como cita ineludible, y cambiamos de planes para acercarnos hasta la sala Zentral de Iruña, después de haber hecho un modesto llamamiento por las redes para que todo amante del metal residente en la zona norte, hiciera un pequeño esfuerzo para apoyar la iniciativa del bar de Calderería. Una iniciativa que juntaba en un mismo cartel a ocho grupos estatales, de los cuales seis eran de “tierras vascas”.
A las 18:30 se abrían las puertas de la sala Zentral y, a eso de las 19:00, los navarros Vakumm daban el pistoletazo de salida. Su propuesta cercana al djent apoyada sobre las 8 cuerdas de Gorka, mezcla sonidos del grind core, death y el thrash más pesados. Demasiado atentos a que todo sonara a la perfección, algo bastante difícil al ser la primera banda en actuar, dejaron en un segundo plano el contacto con un público que todavía estaba frío, pero llenaron la sala de una atmósfera dantesca con sus voces guturales y unos tritonos que marcarían el hilo conductor del festival.
Con más ganas de animar al gentío salieron los también pamploneses, Legalize Murder, embadurnados de un fluido similar a sangre para descargar su thrash metal al modo de la old school, con riffs rápidos de guitarra de Trul y Jun, y la batería vertiginosa de Ete que no cesó un instante de mostrar su sonrisa, dando prueba de que se lo estaban pasando en grande. Además de tocar su repertorio habitual, nos obsequiaron con dos temas nuevos de su nuevo disco aún en proyecto y una cover del Violent Revolution de Kreator que clavaron. Es una gran alegría ver bandas de este calibre sobre un escenario como el de Zentral, y es aún más optimista saber que son autóctonos.
Varios minutos pasadas las 21:00 comenzaría una de las bandas potentes de la noche, los gasteiztarras, Childrain que, para diferenciarse del resto de grupos, hicieron uso de un juego de luces personalizado que, si bien potenciaba los temas al integrarse con el ritmo de la música, hacía difícil reconocer a los miembros del grupo al venir de la parte de atrás y carecer de luces frontales suficientes. Una iluminación muy al estilo de los que utilizan gente como Meshuggah para, posiblemente, dar más importancia al sonido que a los intérpretes. De todas maneras dejaron el pabellón muy alto y demostraron que si han tocado en festivales como el Download o el Resurrection Fest no es porque sí. Salen a darlo todo y arrasan con todo, metiéndose al público en el bolsillo. Precisión musical a las cuerdas, baterías más bien que engranadas (Mikel es uno de los mejores baterías de metal de la escena estatal del momento) y un frontman, Iñi, que está donde debe estar, transmitiendo y sosteniendo la fuerza de su propuesta de principio a fin. Atronadores.
Más allá de las 22:30, y después de tomar el aire en la calle donde no solo contrastaba la temperatura, sino también el ambiente folclórico de la plaza del ayuntamiento, donde se estaba celebrando un recital de jotas y otras músicas populares en el que también participaba un vecino de Altsasu virtuoso del acordeón, Enrike Zelaia, era el momento de volver a disfrutar de nuevo en Zentral de la guinda del pastel que nos tenían preparado los madrileños Hamlet.
Los chicos de Molly se ganarían al público desde el minuto uno. “Vivo en él”, “Imperfección”, “Mi religión”, “Antes y después”,… sonarían decorados por los saltos del carismático vocalista y del guitarra, Luís Tárrega, que focalizarían toda la atención. Las muestras de cariño del cantante hacia la ciudad de Iruña y Euskadi en general quedarían más que claras. El contacto con el respetable se hizo patente incluso subiéndose a la barra de la sala o bajando a la pista para animar al público a seguirles.
Temas que no pueden dejar de tocar en directo como “Ser o no ser”, “Egoísmo” o “Denuncio a Dios” sonaron contundentes y, por supuesto, no faltarían “Irracional” y “Jodido Facha” para cerrar un set en el que el público, ahora sí, se unió a la fiesta. No se olvidaron de agradecer el haber acompañado a todos y cada uno de los grupos tras dejar constancia de su veteranía sobre las tablas, aunque quitándose el sombrero ante bandas como Childrain, y así cerrar la primera jornada del Infernu Fest.
Al día siguiente serían los vizcaínos Rise To Fall los encargados de romper el hielo con un set cargado de metal core, a pesar de que se autodefinan como death metal melódico moderno, que también, además de usar muchas pinceladas del metal industrial por el uso sistemático de bases sampleadas que, este día en Zentral quedaron relegados a un mero fondo. Llevaron a cabo un recital más que digno aunque, como el día anterior durante la primera descarga, el público estuvo un tanto frío.
A continuación se preparó el escenario para los guipuzcoanos, Kudai, que fueron los más incomprendidos del festival. Su propuesta de metal industrial se apoyó en un original espectáculo audiovisual a base de proyecciones delante y detrás del trío, ilustrando la obra conceptual que han preparado sobre los siete demonios con imágenes y letras de canciones. Por otro lado no se olvidaron de recordar clásicos de su repertorio habitual. El sonido en general fue más que óptimo; las guitarras sonaron muy acordes con su propuesta y, pese a los intentos del vocalista por animar al público, éste se mantuvo distante debido, muy probablemente, a que el protagonismo de los samples eran los golpes de una batería que no se tocó en directo. Ésto, sumado a tener el set de batería inerte del siguiente grupo tras ellos, aumentó la incomprensión de la mayor parte de un público que no está acostumbrado a este tipo de programaciones. Si hubieran estado acompañados por un percusionista, la acogida habría sido bien diferente.
Tras ellos llegó el momento para que los amantes del death metal gozaran de lo lindo con unas de las espadas más destacadas del panorama estatal e internacional, Avulsed. El grupo madrileño arrasó el escenario desde el inicio de su set, llenando la Zentral de voces guturales y alaridos desgarrados, de una atmósfera de lo más gore en sus letras y de una contundencia abrumadora. Todo ello entremezclado con muy buen humor por parte del vocalista, que no paró de interactuar con el respetable, y de la participación de la parte del público que más esperaba su actuación que no dudaron en corear más de un tema acercándose al micrófono principal. Dejaron muy buen sabor de boca. Esperemos que no tarden en acercarse a estas tierras.
Y, por fin, Diabulus in Musica arrancarían pasadas las 22:30 para demostrar porque es una banda tan internacional. No solo por su propuesta compositiva de metal sinfónico con toques de gótico, que todavía sigue en boga, sino por su profesionalidad sobre el escenario. La banda de Iruña vino acompañada de un coro en el que se combinaban tres voces femeninas y dos masculinas, que engrandecieron su directo sobremanera. Zuberoa estuvo perfecta a las voces y supo ganarse al público; David Carrica fue sustituido magistralmente por M. Ángel Sicilia a la batería; y Gorka sintió cada parte de la música que interpretó, incluso en un momento del set en el que se hizo con el micro principal, cuando hubo un fallo técnico en la guitarra de Alexey. Momento en el que dejaron claro que están hechos unos auténticos profesionales, continuando el tema a pesar de todo. Tras subsanar rápidamente el contratiempo prosiguieron con una actuación que hizo vibrar la sala Zentral ese sábado y puso el broche de oro a la primera edición del Infernu Fest. Un festival que, aunque tuvo una floja venta de entradas, estuvo más que bien organizado, cumpliendo los horarios establecidos y, sobre todo, escogiendo a unas bandas muy representativas de la escena metal actual. Todas y cada una de ellas, con sus pros y sus contras, estuvieron a la altura. Felicidades a Infernu Taberna por haber hecho realidad esta segunda edición (primera en Zentral) y, desde aquí, os animamos a hacer realidad una tercera y una cuarta. Estamos seguros de que escogiendo unas fechas más idóneas, que no coincidan con eventos similares, tendrá la respuesta que merece. Gran iniciativa.
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