Este disco lo elegí por la carátula. Que el hábito no hace al monje ni se puede juzgar a un libro por su carátula es algo totalmente cierto. En ese caso, los refranes han errado, pues el disco está muy bueno. Se trata del CD debut de la banda genovesa Stramonia, quienes se definen como una banda de dark rock.

El disco está influenciado por el esoterismo y las imágenes de terror. Las misas negras, las historias de H. P. Lovecraft, Poe, y el tarot son elementos a través de los cuales la banda canaliza sus opiniones sobre temas más modernos y emocionales como la soledad, la redención, la religión, la sublimación de las energías negativas y otros asuntos relacionados.

Musicalmente, están influenciados por bandas clásicas como Black Sabbath (“For What is Right” rinde culto a “N.I.B.”), pero también por uno de sus hijos bastardos, Cathedral, e incluso por bandas como Mercyful Fate, King Diamond, Type O Negative  y hasta Snowy Shaw en su carrera fuera de Dream Evil, de lo cual el ejemplo es Live in Hell. Pero también hay influencias patrias en el Giallo, Dario Argento, y bandas como Cadaveria o Deathless Legacy

La música es preciosa, este es el primer adjetivo que me viene en mente, pero a ello sumamos intrigante, tenebrosa, por momentos aterradora, agresiva y oscura. Si Damien Grave logra tener todos estos registros, resulta ser un vocalista de alto rango. No confundir, la voz lirica la hace Daniela Santos Moreno, pero el resto va por Damien, logrando en algunos momentos un timbre parecido al de Lizzy Borden.

No hay un bajón en todo el disco. Hay piezas más directas y otras donde la música se regodea en la creación de atmósferas que se inicia con “The 21st Trump” y están presente en todo el disco alcanzando intensidad en “Tell me Priest”.  El momento más melancólico se alcanza con la bella “Love Like You Live”. Se retoma las influencias de Black Sabbath al final del disco en la instrumental “The Disquieting” mientras “N.W.O. (Show Me Your Soul)” pudiera ser una canción inédita de King Diamond. Para el final se han dejado la extensa, decadente y misteriosa “Stramonia (The Lord)”, un compendio de maldad oscurantista traída al siglo XXI, con pista oculta al final.

El disco fue grabado, mezclado y masterizado por Fabio Palombi en los Blackwave Studio. Una muestra de que no hay que irse a los grandes productores para sacar una obra que suene bien.