A Paul Shortino, el experimentado cantante de la escena angelina (Rough Cutt / Quiet Riot) lo conocimos precisamente cuando sustituyó a Kevin DuBrow en Quiet Riot. Aquel disco me sonó como el de John Corabi en Motley Crue: bueno pero ajeno a la banda que lo había contratado.

Ahora en colaboración con el guitarrista / productor Nozomu Wakai (Destinia / Metal Souls) lanza nuevo álbum en solitario, de momento solo editado en Japón e incluso a día de hoy Amazon España no lo tiene. Paul ha decidido tirar de amiguetes y hacer un disco de la música que él sabe hacer.

“Send in the Clowns” es una magnifica apertura y si ya viste el video entenderás la razón por la que abre el disco. Una canción que se te queda en la mente, con el aire de Los Angeles y la voz inconfundible de Shortino pero un Vinnie Paul sub utilizado. Lo que esperamos de él los que hemos seguido su carrera es una pieza buena con gancho discreto. Lo que no esperamos es “Shout and Pride”, una recreación del “Shy Boy” de David Lee Roth con una guitarra y un bajo corriendo desaforadamente. Una canción intensa de las que pega en la sien.

“Bluff” regresa a la segunda mitad de los ochenta. Buenos riff con una pegada discreta, es algo que hemos repetido dos veces en dos párrafos así que a ver cómo te cuento lo demás.  Ryuichi” Dragon” Nishida en la guitarra tiene las manos ardiendo con la fuerza de las seis cuerdas, algo que demostró mejor en la pieza anterior.

“Make a Wish” es lo que los fans esperan de Shortino. La voz traduciendo lo que cuenta el corazón de una manera tan real que te llega al alma. Los coros que a veces se atrasan y otras se unen a la voz están geniales. La nostalgia te asestará un golpe con la entrada de otra obra maestra, “Rise Up and Be Strong” con  Carlos Cavazo a la guitarra, un riff potente y otro guitarrista acerado.

Para “Eye of the Wizard” llama la atención el trabajo de Rowan Robertson, descubierto por Dio cuando solo tenía 18 años y que aquí muestra dos caras, una de shredder y una de guitarrista melódico y en ambas saca sobresaliente. “Feeling Lucky C.U in L.V”, parece una pieza de Accept y posiblemente Peter Baltes le puso aquí algo de cosecha propia, aunque esto es pura especulación.

“Nocturnal” repite el tipo de canción hecha para el lucimiento de Paul en los momentos más tiernos. Aunque el riff se acelera, el mantiene la línea de balada en la letra de una canción linda. “Missing” es otra de las pistas que gustará a los amantes de lo mismo. Es un detalle de este disco que me hace sentir indeciso. Si bien no me molesta para nada el aire ochentero de las composiciones, el hecho de que sea tan apegado a esa década, con discos que tenían canciones que no decían mucho, es lo que no llega a agradarme.

Para “Beat of my Heart”, canción de aires sureños, invita al español Andy C de “Lords of Black” a quien también sub utiliza en una pieza que es realmente del montón.  La edición europea que es la que tenemos termina con “Rising Sun”, una pieza típica de los ochenta, que es la otra palabra que más he repetido aquí, pero que no tiene sinónimos y donde la voz está algo más enterrada en la canción, lo que considero un desperdicio.

Los que disfruten de la voz de Paul Shortino aquí gozaran pues aunque sus registros no son los de los ochenta aun sabe trasmitir sentimientos a raudales e indiscutiblemente es un vocalista que debió haber tenido mejor suerte. Los que se acerquen por amor al hard rock de de aquella década, también se sentirán atrapados. Si eres de los que te gusta la música más nueva, aunque este disco diga que es de este año no te lo tomes muy en serio, aquí hay una dosis elevada de Hard Rock ochentero, de eso se trata.