Mucho ha cambiado Damnation Angels en estos cinco años desde la salida de 'The Valiant Fire'. El primer cambio es que tienen nuevo vocalista, Ignacio Rodríguez, argentino que canta espectacularmente bien. Viene de las filas de Azeroth. Canta con algo más de rabia que Pelle, el vocalista que defendió el disco del 2015. Espero que además la alineación ya se haya establecido con la entrada del bajista Nic Southwood quien entró a la banda después de la salida de 'The Valiant Fire'.

Es Damnation Angels el tipo de banda que por su música debería ser mucho más reconocido, valorado y mejor pagado, pero por problemas extra musicales se va quedando en el olvido. Cinco años de esperar entre un disco y otro puede significar la muerte comercial para alguien que no sea Metallica o Blind Guardian.

Pero ya están aquí, y están con un disco del cual deben sentirse orgullosos. La banda continúa con su línea de Symphonic Metal con elementos de hard rock y hasta algo de AOR. Me los imagino puliendo cada una de las nueve piezas hasta la perfección. “More Than Human” entra con energía y nos demuestra que no hay nada que temer, que a pesar de los cambios la banda sigue ahí en esencia. Mucho más imponente es “Railrunner” donde nos recordaran a las bandas suecas del mismo estilo. Aquí es donde por primera vez tomamos conciencia de lo bien que ha sentado al grupo la entrada de Iggy.

La canción título aporta unos instantes de algo misterioso que estaba presente en la primera pista mientras que para “Our Last Light” se tornan algo más melancólicos con momentos de más optimismo. Uno de los más sublimes llega con la variada “Rewrite The Future” sumando fragmentos épicos y orquestales con agresividad y enigma. 

Curioso título para una pieza enérgica como “Fractured Amygdala”. Los hermanos Graney, guitarra y batería, ceden protagonismo, pero aun así hay que tenerlos en cuenta, Williams con su guitarra cortante y las orquestaciones atractivas y John con su estilo creativo de aporrear los tambores y a veces pienso que ha participado en las composiciones. No me agrada que “Greed And Extinction” use la misma entrada triste a piano que la pieza anterior, pero sé que es un detalle personal porque se trata de una canción exquisita.

Durante más de doce minutos la locura de “Remnants Of A Dying Star” nos provoca cualquier tipo de sentimientos ajenos al aburrimiento, desde esa entrada que parece algo coral pasando por los continuos cambios hasta el cierre a manera de serpiente que se muerde la cola. ¡Una composición extraordinaria! Luego de este órdago musical no cabe otro derroche de energía. La banda lo sabe y cierra con “A Sum Of Our Parts”.

Damnation Angel han hecho un disco que removerá tus cimientos. Una obra maestra que no será debidamente reconocida, y ojalá me equivoque. El disco fue mezclado y masterizado por Scott Atkins en los Grindstone Studios (Cradle Of Filth, Vader, Amon Amarth). La carátula fue creada por Sabercore23art.