He estado leyendo algunas reseñas sobre este nuevo disco de Bon Vivant y se reitera la opinión de que se trata de una banda rock alternativo. En realidad, si bien es cierto que el grupo ha ido avanzando y se ha despojado de su sonido americano del tipo arena rock, ahora agrega a su música un detalle de oscuridad que ha llegado con la madurez de los músicos o quizás de la propia formación.

En lo que sí continúan trabajando es en crear canciones pegadizas. Hay momentos en los que usan samplers, como es en “Ícaro”, pero por lo general son una banda cuyo sonido está bien trabajado pero sin aditamentos más allá de las cuerdas y la percusión. También destaca aquí el trabajo coral.

En entrevista que hemos publicado días atrás a tres de los músicos, Charly, Saulo y Abi, nos comentaban que este cambio ya comenzaba a notarse en su disco anterior, y realmente es así. Incluso creo que hubo un período en el que desecharon algunas canciones e incluso algún single, pero no lo tengo claro. También conversamos sobre algunas canciones y las letras, de tal manera que el intercambio puede servirte para conocer más sobre este disco.

“Flores de Amapola” es una de las canciones que resalta por contraste. Es de las más suaves, incluso podríamos decir una balada con energía, con una letra muy romántica en algunos versos. Hay además, par de piezas instrumentales cortas que crean un ambiente de espera muy bien logrado.

Volviendo al tema de las letras, la canción título tiene una letra que podría aplicarse a cualquier persona de cualquier edad, lo que hace que comencemos a ver a Bon Vivant como una banda madura no solo desde el punto de vista musical, algo que ya tenían, sino también desde el lírico, no solo evidente aquí sino en varios momentos antes y después de la pista. Si alguna sobresale es “Lobos”, una canción cuya letra agradezco personalmente, sofocado por tantos versos a favor de una revolución que nadie sabe realmente que significa.

El disco es muy variado y otra muestra es la guitarra cortante de “Aves de Paso”, o esa entrada a lo U2 de la ya mencionada, “Lobos”. Cuando escuchas “Todo Bajo el Cielo” encuentras una cierta herencia de la pista anterior en un segundo plano, seña de que esa diversidad no es casual, sino hecha a propósito.

Un disco para disfrutar y comprender. Letras interesantes y música que se ramifica en varias direcciones manteniendo un tronco común. Una obra muy bien pensada.