Ván Records / Metal Blade © 2013
Tracklist:
01. I Was Promised a Hunt
- Part III: …and the Holy Cunt Spewed Forth Abomination…
- Part II: …Wielding the Hammer of the Dead…
- Part I: …Upon the Aimless Path…
02. The Lullaby of the Burning Boy
03. …If Not a Vessel?
04. In the Loving Arms of Lunacy's Secret Demons
05. Dance of the Elements
06. White Storm of Teeth
07. Tabula Rasa
Me ha sucedido lo mismo, como en tantas ocasiones pasadas: “Otra muestra más de música diferente y extraña, que ni siquiera imaginaba…”, y no dejo de corroborarlo cuando escucho de nuevo III: Tabula Rasa or Death and the Seven Pillars, el más reciente disco de una banda de oscuro nombre: THE DEVIL´S BLOOD… ¿Quiénes son ellos? ¿De qué va esta historia? Pues, solo me queda reproducirles lo poco que tengo entre manos, así que aquí les va.
Se trata en esta ocasión de una agrupación holandesa, formada en el año 2007 en Eindhoven, la cual editó durante 2008 un par de grabaciones, The Graveyard Shuffle y Come, Reap, ambas en formato EP, lanzando posteriormente un par de discos The Time of No Time Evermore (2009) y The Thousandfold Epicentre (2011), éste ya con Metal Blade Records, y ganándose una reputación como banda de culto que defendía una forma de hacer rock que mucho le debía a lo oculto y a la psicodelia de décadas pasadas, mientras se presentaban en conciertos y festivales en diferentes países europeos e incluso hasta en USA… y después de estar inmersos en la pre-producción de lo que sería su tercer álbum, anunciaron en Enero de este 2013 su desintegración. Con el material ya grabado en un estudio casero, los miembros de la última formación de la banda, F (Farida “The Mouth of Satan”, vocalista) y SL (Selim Lemouchi, guitarrista), decidieron que aunque la calidad de sonido no fuera la óptima posible y no fuera lo que realmente esperaban los seguidores del grupo, las canciones estaban entre las mejores que habían hecho de por vida y merecían quedar registradas en un disco. Una mezcla hecha de lo grabado y la finalización del proceso de masterización a cargo de Pieter G. Kloos, amigo y mentor de la banda, redondeó el producto, que finalmente vio la luz entre finales de Mayo e inicios de Junio en diferentes formatos, ya sean digitales (iTunes, Google Play, Amazon MP3) o tradicionales, o sea, en CD y vinilo.
Pues III: Tabula Rasa… es un álbum poco convencional, sin dudas, y ello lo puedes comprobar solo de escuchar el opening track, “I was Promised a Hunt”… ¡con veintidós minutos de duración! Desde un inicio a base de lánguidos coros y un potente redoble de drums, te introduces en una atmósfera que mucho le debe al doom más místico y denso, aunque la distorsión no sea aquí una prioridad y en ocasiones el tempo te acerque más a como sonaban los Pink Floyd más mesurados (como durante los solos de guitarra del primer tercio) de aquellos años ´70. Pieza épica y muy sugerente, con diferentes ambientes y tonalidades raras, donde trasciende además el atinado arreglo coral femenino, muy cercano a la música concertante. Increíble…, aunque a otros pueda parecerle tediosa.
Le sigue “The Lullaby of the Burning Boy”, el tema más corto del disco (con más de cuatro minutos…), más directo que el anterior aunque su estructura sea similar: Intercalaciones de slow-mid tempos que giran en torno a una estructura armónica, donde la guitarra suena lo suficiente limpia a pesar de usar cierta distorsión en los riffs, y las voces trabajadas a dúo vuelven a ser protagonistas. “… If not a Vessel” es la más rockera y directa, con varias guitarras y solos, aunque la voz de Farina esté siempre en tonos medios, de nuevo con mucho énfasis en los coros, los cuales junto al ritmo de la melodía me recuerdan como sonaban en los ´70 las canciones más movidas de bandas como los Moody Blues; Jefferson Airplane y Blue Oyster Cult, por citar solo tres ejemplos conocidos.
En tanto, “In the Loving Arms of Lunacy´s Secret Demons” va de lo tenue a lo vertiginoso, con guitarras limpias y reiterativas, un drums demasiado lineal y referencias psicodélicas, pero no tan llamativa para mí como la extensa “Dance of the Elements”, un instrumental con más de nueve minutos y medio sustentado en un golpeo incesante de drums y guitarras con un mínimo de distorsión, un sonido un tanto brit que también tiene ciertas similitudes con algunos temas del dark gothic rock de los ´80 todo esto en el primer tercio, pues el tercio medio es totalmente intimista a doble guitarra, igualmente limpias y muy tranquilas, para volver a subir un poco la intensidad aunque la batería no sea tan impetuosa como al principio y reiterando siempre las melodías. Interesante ésta…
Pero un poco más larga es “White Storm of Teeth”, que me parece además de las más llamativas, sobre todo por su base cíclica y seductora, estilísticamente diferente a lo anterior, y muchos efectos que van y vienen matizando de nuevo ese ambiente atmosférico tan peculiar, aunque la voz de esta chica (muy bien timbrada, por cierto, y grabada doblemente) me siga pareciendo un poco baja… o es que yo espere en ocasiones el escucharla en cotas más altas.
Para el cierre, “Tabula Rasa”, otro instrumental que reitera su base sonora, añadiendo bastantes guitarras y efectos a la usanza de cómo se concebía el hard rock psicodélico en los primeros ´70, oscilando de lo enérgico a lo menos intenso, por senderos similares a los empleados en otros temas y con varios teclados en una tónica de rock espacial místico y explorador, mientras la sección rítmica inalterable y algunas variaciones me dan la impresión de constituir pequeños fragmentos o movimientos, unidos todos en un tema.
III: Tabula Rasa or Death and the Seven Pillars es un disco donde el artwork ha estado a cargo de Manuel Tinnemans, y ha sido editado por el sello Ván Records para Europa y el resto del Planeta, mientras Metal Blade ha corrido con la distribución por Norteamérica. Y como realmente desconozco su música grabada anteriormente, no se si lo incluido aquí encaja estilísticamente con lo registrado antes por estos holandeses, como de igual modo si el sonido logrado en el estudio está en una cuerda similar…, porque aquí realmente la producción de sonido debió quedar un poco mejor.
De cualquier modo, me parece que la sonoridad gestada por THE DEVIL´S BLOOD es atípica y heredera de cómo se concebían algunas tendencias del rock hace cuarenta años, donde definiciones como “oscura, intrigante y mística” deben estar muy relacionadas con sus textos, que también desconozco, los cuales abundan (según la opinión de algunos críticos) en temáticas llenas de ocultismo y rituales antiguos. En fin, que agradezco el escuchar a esta banda por todo aquello de la música, el estado de ánimo y la convicción de melómano coleccionista que nunca me abandonará.
Discografía: |
The Devil's Blood Online: |