Frontiers Music srl.

Track List:
01.A Head Long Jump
02. Wake Me Up
03. It Was Always You
04. The Fear
05. Under Control
06. The New Reality
07. My Eyes
08. A Guitar In Church?
09. All For What?
10. The Wave
11. Tidal Change
12. The Same Old Story

Sería muy fácil para mi unirme a la legión del Ku Kux Geoff Tate y ser un hater más que proclama a diestra y siniestra que el Queensryche actual más a de recurrir al revival y es mejor que esto, por más que sean propuestas totalmente distintas y pedir la cabeza del cantante. Y me hago totalmente cargo que en 'The Key' (2015) y 'Resurrection' del año pasado dije que esos discos tenían cosas interesantes pese a que el lineamiento musical era prácticamente el mismo que venía explorando hace ya casi 20 años; revalidando sus votos con el progresivo y la experimentación. Y lo sostuve por más que en las críticas especializadas le llovían las piedras mientras que a otras propuestas tanto revivalistas como vanguardistas las llenan de flores como si fueran la salvación del Metal. Pero esta vez no puedo salir a vender humo y defender lo que a mi entender no se hizo bien.

'The New Reality', tercer trabajo de Geoff Tate con sus Operation: Mindcrime cierra el arco argumental de sus anteriores trabajos (aunque nunca sabemos de que carajos trata el concepto) deja un sabor amargo por que el cantante no supo capitalizar lo que a mi entender en el anterior 'Resurrection' fueron aciertos: un enfoque mucho menos lineal en las canciones que le dio aristas hasta para experimentar con otras cosas como la psicodelia, el Pink Floyd post Waters hasta dijo presente y la colaboración entre Blayze Bayley y Tim ¨Ripper¨ Owens que podía expandir a otras canciones.

Esta vez decidió encarar el trabajo de un modo más convencional y el ego lo volvió a vencer. Además parece que varios tecladistas popes del rock progresivo lo estuvieron visitando en sueños por que el disco está plagado de teclados y sintetizadores, no dejando que las guitarras tomen la posta y se destaquen. Esto al principio le da buenos resultados como en el amanecer de la obra con “A head long jump” con teclados incidentales y las guitarras entremezclándose junto con la gran voz de Geoff Tate (que se la escucha muy bien en todo el disco, hasta llegando a entonaciones más agudas que antes le eran imposibles), y aunque la movida y enérgica  “Wake me up” por más que sea reminiscente de ¨Q2K¨ (1999) de Queensryche se hace entretenida y no decae. El halo oscuro de “The Fear” está muy bien secundado por sintetizadores y guitarras medidas pero cumplidoras, “Under control2“ y su onda a ¨Empire¨ de los Ryche (1990) con un estribillo muy a lo ¨Promised Land¨ (1994).

A partir de ahí el disco se cae para no levantarse nunca. El ego enarbola la bandera del tedio en canciones muy aburridas como la canción homónima “The New Reality” que de haber tenido una duración más redonda hubiese sido más tolerable pero su excesiva duración de casi 8 minutos hacen que los sintetizadores se vuelvan más redundantes que el título de la reseña. Es a partir de acá donde la guitarra quedaba totalmente pintada al óleo y se transforma en un homenaje fallido a Keith Emerson (Q.E.P.D) y Rick Wakeman, ojo no tengo nada en contra de dichos instrumentos, sino del mal uso que se hace con ellos.

“My eyes” en realidad debió llamarse ¨My ears¨ (¨mis oídos¨) un medio tiempo típico donde predominan molestos efectos sonoros. Hasta llegar a quizás el mayor papelón de la placa ¿a quién se le puede ocurrir titular una canción “A guitar in the church” siendo que dicho instrumento brilla por su ausencia y en su lugar tenemos teclados y sintetizadores sonando sin ningún tipo de criterio?. Si, adivinaron!. El final de la tortura llega con “The Same Old Story” (que le preceden otros 3 bodrios más) que de tener otro tratamiento podría ser interesante pero que Geoff no tuvo la más puta idea de cómo llevar adelante.

Desde la producción y mezcla no hay nada que objetarle porque se dio cuenta que la desprolijidad sonora no iba con el nuevo proyecto. El problema es que el ego anduvo otra vez revoloteando como demonio cizañero durante el proceso compositivo, echando por la borda los buenos resultados en los dos anteriores y que, sin ser obras maestras ni tampoco un completo desastre, eran mejores que esto. Los fans de Geoff Tate a lo mejor lo van a disfrutar más que yo mientras que los fans de Queensyrche mejor sigan con lo suyo porque seguirán decepcionándose. Para ir cerrando, Geoff Tate terminó siendo como ese amigo del que todos hablan pestes pero que lo sigues apoyando por una cuestión de afinidad y amistad, sigues sacando el lado positivo, y que definitivamente te arrepientes cuando por fin le hace honor a su reputación y se caga en ti. Creo que mejor analogía a este 'The New Reality' que esa no van a encontrar.

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