Sábado 2 de julio de 2022
Sala Azkena, Bilbo.
El sábado 2 de julio nos acercamos a la sala Azkena de Bilbo para ver el concierto de Doyle, la banda del guitarra de Misfist, como parte de una gira que se había anunciado hacía ya muchos meses. Cuando abrieron puertas había una floja entrada que no mejoró demasiado con el paso de los minutos.
Ya algunos comentaban que el set sería de unos 45 minutos y que no tocaba ninguna de Misfist, esto último era lo esperado, claro está. Los teloneros fueron los zaragozanos Lex Lüger, el proyecto del que fuera líder y vocalista de la banda Los Lügers. Una arriesgada propuesta con mucho pre grabado y disparado, tan solo el líder vampírico como vocalista y guitarra acompañado de un bajista, por lo tanto, sin batería real. Algo que se antojaba frío, nada más subirse al escenario.
Su música suena ochentera con muchas influencias del rock gótico, el punk y el synthwave. Con canciones inspiradas en pelis de terror, la alargada sombra de Stephen King ronda todo el rato, lo mismo que el tema vampírico y algún ramalazo, Héroes del Silencio también. Sin una curiosa fusión que tiene bastante atractivo, la pena no poder llevar al directo como se merecen estas canciones cantadas en castellano.
Venían presentando su disco 'Rey del Terror'. Comenzaron tocando los temas del álbum en orden, así caían "Cristine", "La Tienda" o "Los Chicos del Maíz", se hacía raro ver a dos músicos sobre el escenario, estas canciones tocadas con músicos sobre el escenario deberían ser interesante, porque tienen buenas canciones, pero lo que decía al inicio se hacía raro y muy frío, a pesar de que ambos músicos le pusieron ganas.
Las otras del disco que tocaron fueron "It", "Habitación 1408", "Aviador Nocturno", se marcaron una versión del "Lobo Hombre en París" el hit de La Unión, predecible y floja. Caerían las dos últimas del CD 'Rey del Terror', "Carrie" y "Cementerio de Animales". Para cerrar con una versión eléctrica de "Lucifer" y "Alter Ego", que la verdad ya se me hicieron largas. Ojalá puedan llevar estas canciones al directo como merecen, aunque supongo es complicado llevarlo a cabo.
Momento para ver al musculoso guitarra y sus huestes. Se regodearon algo en salir y cuando lo hicieron vimos sobre las tablas a un esquivo Doyle, que tocaba o cabizbajo o girado de cara a la columna derecha del escenario. Pensé que le incomodaban las cámaras de fotos de un compañero y mía, únicos fotógrafos en esta velada, pero tras cinco canciones dejamos de hacer fotos y el tipo siguió igual de incómodo. Igual era por los móviles, nunca lo sabremos. El caso es que se pasó una buena parte del concierto "actuando" de la misma manera.
Abrieron con "Abominator" que da título al primer disco de 2013, intercalando temas de sus dos discos, así estaban "Beast Like Me" y "Head Hunter", sonido gordo casi Panteroide, pero con ese halo punk que no se quita de encima por más que quiera. La sombra de Misfist es muy alargada. La banda la forman el encapuchado vocalista Alex "Wolfman" Story, un tipo con muchas tablas, que lo da todo en cada frase, el bajista Brandon Strate que también hace coros y el baterista Wade Murff.
Seguían cayendo temas como "Cemeterry Sexxx", "Show No Mercy" y "Bloodstains", Doyle seguía en las mismas, girado contra la columna y sin pronunciar ni una sola palabra. Una actitud borde que no gustó a muchos. Sólo usó la boca un par de veces para escupir unas púas de guitarras a unos chavalines que estaban en primera fila. Musicalmente, muy bien, pero ni un, buenas noches ni nada. Te metes un kilo de pintura en la cara, te tiras media hora peinándote, te descamisas, te montas en unas plataformas enormes, te enfundas unas mallas, rodilleras y no sé cuantos más complementos y luego te medio escondes en el escenario. No lo entenderé nunca. La banda si lo dio todo, sobre todo el cantante, que se arrastró y se contorsiono enmascarado mientras la sección rítmica imponía pesadez. El sí hizo algunos comentarios al personal y presentó algunos temas.
Más canciones: "Learn To Bleed", "Ddreaming Dead Girl" y "Valley Of The Shadows". No se perdió mucho tiempo, salvo que entre canción y canción el figura cambiaba de guitarra con cada tema, su guitarra "Annihilator" hecha a medida, era afinada y puesta a punto por un técnico a pie de escenario. Otro capricho.
Con los suyos tampoco se le vio comunicarse. El final estaba cerca y caían, "Witchcraft", "We Belong Dead" y tras "Hope Hell Is Warm" en la que el voceras cantó desenmascarado. Doyle se bajó del escenario y raudo se metió por una de las puertas del bar, el cantante se fue a camerinos, se cambió de cami y mochila al hombro salió entre la gente, casi desapercibido. Supimos que un coche les esperaba fuera y se largaron sin decir ni hasta otra. Fue surrealista, el batería se quedó solo en su kit haciéndose un selfie, mientras el bajista terminó en el puesto de merch. Alguno se le quedó cara de tonto, esperando algo más.
Desconozco si esto es lo normal en sus conciertos, no sé si únicamente tuvieron una mala noche o si estaban cabreados entre ellos, pero menudo impresentable el Doyle. Una rara experiencia para una noche de sábado.