La Sala La Riviera estaba a reventar (ojo, siempre cumpliendo las normativas de cantidad de personas por espacio, que esto no es el Madrid Arena y a los conciertos de rock en España los miran con lupa) Pero esta historia comienza poco más de cinco años atrás con un personaje antológico del rock español: Mariskal Romero. Fue él quien me presentó en diversos momentos a Carlos y Jorge Escobedo y Antonio Bernardini, y de alguna manera esta amistad ha ido creciendo con las experiencias que hemos vivido juntos más las que cada uno de nosotros vivió por separado.
El viernes nos encontramos los cuatro en la presentación de la revista Backstage Madrid, después de varios años sin vernos, pero como toda verdadera amistad fue como si solo hubiera pasado una semana. Y de ahí la invitación al concierto de La Riviera. Muchas gracias a Jorge Escobedo que fue el de la idea.
Y aquí estamos, en La Riviera, y el grupo nos anuncia por una inmensa pantalla led que en breve estarán con nosotros y en pocos minutos… allí estaban iniciando el concierto con “Sombras”, único single de De Aquí a la Eternidad, recopilatorio de temas inéditos que en su momento no tuvo mucho sentido pues nadie se imaginaba el futuro. Siguieron con “La Araña” del disco Superbia, con el que continuaban esta segunda etapa que algunos consideraron un disco por debajo de lo esperado. La respuesta del público fue masiva desde el primer segundo, pero para reforzar la potencia de su entrada tocaron “Eternidad”, clásico extraído de Paradysso.
El tiempo se ha encargado de poner a los críticos en su lugar, ya que con la salida de Letargo la banda ha demostrado que la historia continua, y continuará por mucho tiempo. Llegaba el momento del primer tema de este magnífico CD, “Mañana”, que no hubo que presentar. Sober hace tiempo que ha dejado el estrecho marco del rock alternativo para comenzar a ser una banda de ROCK con mayúsculas. Si fueran una banda americana los halagos y alabanzas fueran muchos más, pero aun siendo madrileños, están logrando un status que podría llevarlos a un reconocimiento a nivel mainstream.
“Mañana” me recuerda en algunos versos a Heroes del Silencio, eso de “la antorcha que encendida…”; siempre salvando las distancias porque Sober son más fuertes y las guitarras de Jorge y Antonio son especiales y muestran un buen gusto que ya quisieran para sí otros en teoría más virtuosos.
Volviendo a los clásicos, le tocó el turno a “Diez Años”, atacando con “Letargo” para demostrar que esto no es una banda de grandes éxitos y viejas memorias, sino que hay mucho que decir todavía. El sonido espectacular como lo saben hacer no solo los músicos de la banda sino sus técnicos. Los timbres de guitarra exquisitos, y una canción donde se mezcla fuerza y melodía con una letra cargada de poesía, algo que en Sober existe en abundancia. También prestar atención a los juegos con el tiempo de la canción y esos momentos sincopados del riff principal.
Un tercer tema de Paradysso, el que da título al disco, continuó calentando a la audiencia. Una mención a los moteros que acompañaron a la banda en su entrada a La Riviera y otros agradecimientos, antes de atacar con “Prisión del Placer” de 1998. ¿Qué quien se acuerda de esa canción tan vieja? ¡Todos! Magnifica canción.
Unos copos de nieve en las grandes pantallas y la presentación por parte de Carlos de “Blancanieves”, primer video de este nuevo disco, también trabajado con una estética relacionada con la portada del disco aunque no haya osos polares en la filmación, y una canción que mientras más se escucha más sentido gana. Los solos de guitarra son de infarto, escúchalos tu mismo una vez más.
Continuaron con “Encadenado” y sus fuertes riffs iniciales que sonaron mucho más potentes en directo. Hay que dedicarle un momento a Manu Reyes que aquí demostró especialmente algo que ya la noche reafirmaba, y es que está a la altura de las circunstancias y es un magnifico instrumentista. Sus redobles, hand to hand o como lo quieran llamar son herederos de la tradición de bateristas clásicos americanos más que de europeos.
Otro pase al pasado con “Cubos”, canciones que la audiencia no olvida y que de seguro muchos tienen aun en su cabeza. Un recuerdo a Morfologia antes de volver una vez más a Paradysso con “Arrepentido”.
La banda se retiró ligeramente mientras los técnicos hacían algunos cambios para retomar el concierto con “Naufrago” a guitarra acústica en sus inicios. Continuaron con “Insecto” que sonó durísima en directo, muy coreada en su estribillo de “quiero poder reunir las ganas para vivir”, y de verdad que gustó mucho más que en estudio, y eso que en estudio ya es una canción para tener en cuenta. De nuevo los solos de guitarra sonaron espectaculares.
Continuaron con “Vacio”, único momento de recordación a Synthesis del 2002, y también el único momento dedicado a Reddo vino de la mano con “La Nube”, luego de lo cual la banda se retiró, pero sabíamos que había regreso, además, la pantalla central se encargó de recordarnos que había artistas invitados.
Era el duo Kie, unos raperos que desde las pantallas calentaban a la audiencia retándolos a gritar cada vez más, hasta su entrada al escenario junto a la banda para cantar “Sin perdón”. Rapeando y rockeando con mucha alegría, de verdad que para nada desentonaron con una mezcla que hasta donde la memoria me falla, nunca antes había hecho la banda.
Más sorpresas, una vuelta a Reddo con “El hombre de hielo”, y en esta parte final no sé bien por qué pero la banda suena más dura que nunca, exprimiéndole a la audiencia sus últimas gotas de adrenalina. Ese primer verso de “Mírame y dime que ves” confunde a quien no conozca la canción con esa entrada suave, Los mismo ocurre con “Tic Tac”, pero aquí ya no tragamos con una canción que todos recuerdan y hasta por un momento la audiencia se encarga de llevar a su propio aire.
Y si aun te quedaba algo de aire para respirar, el cierre fue más fuerte aun, anda menos que con “Loco”, y si, loca se volvió la audiencia coreando el “Loco” de Carlos, con sonrisa en los labios. ¿qué sería Sober sin el público que los apoya?, nos preguntaba Carlos, y yo pensaba ¿qué haríamos sin ustedes? que muestran un buen gusto ilimitado y unas ideas siempre frescas, siendo un grupo único dentro del panorama musical español.
Sober no está en su momento cumbre, su momento cumbre aun está por llegar. Esperamos estar ahí para verlo. Mientras tanto, la banda se hizo la consabida foto con el público de fondo, no sé si de manos de Javier Bragado, quien impartía un curso fotográfico cuyo taller precisamente era en el concierto de esta noche.
Para el próximo pienso estar de nuevo ahí. Sí, me refiero al próximo concierto de Sober y también al próximo curso de Javier Bragado, aunque el taller sea en otro lugar. Y tú, ¿ya viste a Sober?