Escuchando a
Antonello Giliberto, pienso que en Sicilia hay mucho más de lo que habitualmente se muestra, que todo no puede ser como en la tele, que no es más que otro cliché. Y mucho más cuando veo que los músicos que lo acompañan son la sección rítmica de Metatrone, a quienes conocimos por su inmejorable disco,
Eucharismetal.
Por eso cuando Antonello nos mandó un e-mail pidiéndonos humildemente que le diéramos una escucha a su disco, ya sabíamos que lo que venía era otra obra maestra. A Antonello lo seguimos desde su primer disco,
The Mansion of Lost Souls, y luego con su segundo disco,
Journey Through My Memory, la evolución fue extraordinaria.
Ahora con su tercer disco, tal parece que Giliberto ha encontrado su camino. Un disco de guitarra instrumental marcado por las influencias neoclásicas de guitarristas como Yngwie Malmsteen y Tony Macalpine y al mismo tiempo influenciado por siglos de música clásica. Giliberto pone mucho sentimiento en su guitarra, y se ocupa detalladamente de las composiciones amén de la variedad.
Por ejemplo, la inicial “The Strategy Of Chaos” roza el thrash y el metal americano, mientras “Threat And Redemption” es algo más acelerada y comienza a mostrar la parte neo clásica aunque tiene momentos de metal extremo con un toque de caja acelerado. Es una pieza que mezcla estilos, dando paso a la orquestal “Before The Battle” donde creo adivinar en sus inicios algunas notas del Don Giovanni de Mozart.
“Beata Beatrix The Beautiful Vision” es una pieza bucólica de gran sentimiento al igual que “Artemisia's Revenge”, algo más acelerada, con coros y momentos algo más pomposos. Gabriels aporta el piano en “The Depths Of My Soul” y si algo siento que falta sería algo más de lentitud en algún momento de la música o el uso de la síncopa, o sea, no caer siempre en el tiempo exacto, algo que escuchamos por primera vez en esta pieza. Y a partir de aquí también estará presente en “Wrath Of The Northmen”, que aunque por su titulo pudiera hacernos pensar que se trata de un tema de corte vikingo, no es así.
Regresa la pomposidad orquestal con “Iron Shadows In The Moon” y se evidencia otra de las influencias de Antonello que es Johan Sebastian Bach. “Forgotten Mists” comienza con unas notas de violín, y esa lentitud que necesitaba aquí la encuentro, ese momento para apreciar una pieza nota a nota aquí está. Una canción cálida y apacible. La entrada power metalera de “Secrets From The Past” contrasta, aunque también va a tempo allegro moderato hasta que se desboca por completo.
“Alone In The Empty Space” retoma los aires de romanticismo en otra pieza exquisita, antes de cerrar con la neoclásica y enérgica “Odissea Veneziana”. Si Antonello Giliberto decidiera salir al mundo, en unos años sería un guitarrista altamente cotizado. Mientras tanto, entre clases magistrales y música para documentales, su mente sigue intranquila pensando en el futuro disco.