Cuando en el 2016 recibimos
'Prelude to Execution' de
Misanthropy decíamos que el disco había sobrepasado las expectativas que teníamos con relación a la banda. Han transcurrido tres años y aunque nos duela decirlo, tenemos que comenzar nuestra reseña repitiéndonos una vez más: Este disco ha sobrepasado las expectativas que teníamos con relación a la banda, incluso sabiendo que su obra anterior ya era un disco que debía ser reconocido al menos como uno de los mejores debuts de aquel año.
Pero nada amigos, aquí esta otra banda que posiblemente no sea reconocida nunca por su potencial. La hoja promocional dice que: ““Path Of Ashes es un discazo. FIN.” Y tengo que reconocer que es tal y como ellos dicen. De hecho, debería parar de escribir y ya, pero seguro ustedes creen que exagero, así que les contaré un poco más.
Podríamos decir que la voz de Daniela Venero es asombrosa, rompedora, impresionante y que es para arrodillarse simplemente y escuchar, pero si esta magnífica vocalista no estuviera arropada por el resto de la banda, especialmente los guitarristas Christian Oliva y Osmar Alí De La Fuente, esto no fuera el grupo que es. Ambos hachas despliegan un alarde de técnica que me recuerda a formaciones como Arch Enemy, sin exagerar, aunque no son una copia de estos sino que sus composiciones son algo más thrash con elementos de death metal y unas ligerísimas pinceladas de hardcore.
La sección rítmica tampoco se queda atrás, el bajista Diego La Fuente debe dejarse los dedos sangrando sobre las gruesas cuerdas mientras los tambores de Juan Diego Esteve resuenan cargados de energía, y ambos me hacen sentir como si estuviera navegando por unos rápidos mientras las guitarras los acompañan desde el aire sobre ellos. Hay una pieza que me ha dejado simplemente muerto al instante, y es la enérgica “Hell’s Gate” donde creo apreciar influencias de bandas como Flotsam and Jetsam aunque el inicio de esta pieza tenga un aire que nos recuerda al “Seek and Destroy” de Metallica.
Luego de darle otra pasada al disco me doy cuenta que se trata del momento en que la música dejó de estar en segundo plano y se convirtió en parte de mi ritmo cardiaco. Y aquí entra la acelerada “The Fallen”, que la banda ha escogido como video. Una pieza técnica y compleja. Tengo que regresar a la voz y la figura de Daniela Venero. Indudablemente es una mujer atractiva, pero indudablemente el mayor impacto de sensualidad lo aporta su voz. Comparado con el disco anterior ha crecido mucho, y no hablo del tamaño sino de la técnica y la presencia escénica. El contraste de su voz blackmetalera con el sonido thrash de las guitarras resulta ser una combinación letal.
Hay alguna pieza algo más extrema, como la compleja y pomposa “Father of Blood” con algunos momentos de ritmo que aun me pregunto cómo pudieron ser sorteados por Juan Esteve. Que a esta canción la siga “Lavinia”, comenzando con un aire heavy, es la muestra de la capacidad de mutación de la música y la apropiación de diversas influencias musicales con claro sentido de creación. Tambien "Toxic Race" tiene momentos complicadísimos para los tambores, que me hacen valorar cada vez más a Esteve.
Vuelvo a citar la promo cuando dice: “Imposible quedarse con un solo tema, todos podrían ser ya futuros himnos del thrash estatal.” La banda podría tener un futuro prometedor, pero para que eso ocurra no solo tienen que comenzar a girar por toda España. Pienso que el próximo paso es enviarle el disco a Century Media y comenzar a contactar a todos los promotores posibles al norte de Andorra. La banda es muy buena, pero España es un mercado limitado, mucho más para el estilo de Misanthropy.