Volturian se definen a sí mismos como una banda de Melodic Modern Metal con un toque gótico. Pero antes de continuar quiero decirte algo. Si comienzas a escuchar el disco y te topas con ese teclado de corte bacalao de la intro, no te retires, date un respiro y dale a la banda una oportunidad que no es más que otra introducción desacertada.

La banda la fundó la vocalista Federica Lanna (Sleeping Romance) y el compositor Federico Mondelli quien es también magnífico guitarrista (Frozen Crown). Comenzaron a buscar el contraste entre una suave y ensoñadora voz  y las guitarras heavys, y para ganar en originalidad metieron un montón de sonidos de música electrónica. O dicho de manera más mundana, unos timbres de teclados de esos que a ciertas personas las pone a mover el cuerpo sin pensarlo dos veces.

Aun así, no han llegado a los extremos y si bien “New Life” tiene esa entrada de teclados que hereda de la introducción anterior, “Haunting Symphony” es una pieza más cercana al power metal de corte épico.  Lo que diríamos una canción con groove. “Broken” es quizás la pieza más potente, con unas murallas de guitarra que quitan la respiración, mientras que los teclados van con un sonido techno e indudablemente es la pieza donde se demuestra que Lanna ha hecho esta banda a su medida. Los arreglos corales, la voz masculina… Todo está hecho para que la canción sea inolvidable.

Sin embargo, “The Killing Joke” es una canción que tal parece que haya hecho alguien a quien le gusta Rammstein, pero es incapaz de llegar a coger la esencia de los alemanes. Una pieza que se te olvidará tan pronto acabe. No ocurrirá lo mismo con “In A Heartbeat” aunque por momentos en segundo plano hay un “tun-cha tun-cha” casi imperceptible. Otra canción maravillosa, siguiendo la fórmula de guitarrazos potentes y un tecladito insistente que se pierde cuando la bestia de las seis cuerdas ruge. Aquí está invitada la vocalista de Frozen Crown, Giada “Jade” Etro.

“Between The Sleepers” lo modifica todo, está hecha a guitarra limpia y piano con una mezcla de energía bruta e inteligencia. La canción que demuestra que la banda se ha ocupado de buscar una cierta variedad que se estropea con la siguiente canción, otro clon defectuoso de Rammstein, “Days Before You Died”. Federica canta muy bien, pero la canción suena como si dos archivos de un ordenador se unieran por error.

Casi al final llega “Forevermore” que inicia como una balada y se convierte en una pieza marchosa de doble bombo continuo, para cerrar con “Fading Like A Flower” que comienza con un sonido de teclados propio de los videojuegos de finales de los ochenta. Cuando entra el estribillo es que me doy cuenta de que se trata del cover de la canción de Roxette del mismo título, hecho como homenaje a la vocalista Marie Fredriksson.

La guitarra en muchas canciones hace riff de corte death metalero. La batería es cronométrica, pero al tener poco espacio para salirse del patrón musical, solo podemos valorar su fuerza. Los teclados no sabía yo como definirlos, pero la banda una vez más vino en mi ayuda para decirme que agregan capas de sonidos similares a los de la New Wave de los años noventa, el Europop y un cierto toquecillo gótico, pero no de metal gótico sino simplemente gótico.

Esperemos unos meses o un par de años para ver si la banda prospera con esta arriesgada idea musical. Yo pienso que los metaleros extremos se sentirán ofendidos a muerte y muchos que no lo son no se molestaran en escuchar mucho de este disco. Unas canciones gloriosas y otras que no me llegan, como puede pasarle a cualquier mortal. El disco fue grabado, mezclado y masterizado por Andrea Fusini en los Fusix Studio. La carátula fue diseñada por Federico Mondelli.