Tomás Quilez de On Fire Records nos ha hecho llegar el nuevo disco de Ravenblood, banda de la que habíamos oído hablar y sus anuncios de conciertos, pero no habíamos escuchado detenidamente, como hemos hecho con 'Resurgent'.

La banda de Barcelona se define como una formación de death metal melódico, y realmente escuchando de manera global, aportan mucha melodía a sus composiciones, si bien el doble bombo acelerado y el hand to hand a toda velocidad también están muy presentes. También destacan por el toque épico y algunos detalles folk, discretos elementos orquestales, así como la precisión técnica de las guitarras.

El estilo vocal de Daniel C. Pérez toma referencias del de Johan Hegg de Amon Amarth, y no solo por el timbre gutural, sino por algunas cadencias de dicción que permiten comprender parte de las letras sin dificultad. Un diez para las líneas vocales. Detalles como la respiración al final de “Phoenix” aportan un toque personal casi íntimo.

Es el típico disco de la factoría On Fire. No hay relleno, todos los temas son un disparo certero en la diana. Destaca “Resurgent” desde los primeros segundos con esa entrada del bajo y los posteriores cambios. También la atrevida “Crow´s call”, con destellos de referencias orquestales clásicas y hasta algo de doom. Una canción con un toque depresivo en segundo plano que si escuchas con detenimiento te llegará, y una vez más cada músico aporta lo mejor de sí mismos.

Es de agradecer que el bajo se escuche, sobre todo en una producción de metal extremo, donde siempre se desea que predominen las paredes de guitarra. “The Valley of Oblivion” entra con uno de los riffs más metaleros del disco, y disfrutamos de cómo en un segundo plano los teclados lo mismo aportan una melodía con timbres de metal sinfónico que hay unos riffs entrecortados de corte americano.

Llegado a este punto, podría no esperarse más nada novedoso, pero la banda aún tiene cosas que decirnos y lo hace con “In the Depth of the Lost Abyss”, canción oscura que, al igual que la anterior, se ha hecho con aires de Noruega. La melodía casi ingenua de “Love or Thuth” no nos engaña, aunque la canción es de las más melodiosas, incluyendo unos momentos de puro power metal. El cierre no es para nada una pieza menos, la bucólica entrada de “Unreality” da paso a una furiosa batería en una magistral despedida donde también musicalmente se sienten las influencias de Amon Amarth.

La carátula la ha diseñado Fabián Olarte de Summoning Arts. Llama la atención que el personaje central parece un pariente lejano de Lord Voldemort, el malvado de Harry Potter, aunque no creo que haya sido del todo a propósito. Un disco hecho con mucho cariño y detalle, y es fácil de apreciar.