Con entusiasmo e interés me he acercado a este disco de James LaBrie, y eso es lo que pasa, que cuando subes tus expectativas, estás por lo general no se cumplen. Con el título de 'Beautiful Shade of Grey' no sabemos si se ha inspirado en el afamado libro “Cincuenta sombras de Grey”, esa versión semi erótica de Cenicienta, o en el disco de Fates Warning, 'A Pleasant Shade of Gray'.

El caso es que, después de haber escuchado un disco como 'Impermanent Resonance', me esperaba algo más agresivo y violento, pero no. Es cierto que han pasado los años para todo el mundo, pero para 'Beautiful Shade of Grey', James ha decidido decantarse por su faceta más conocida, la de cantante de una banda de metal progresivo como Dream Theater, despojándose del brillo del metal pero no tanto de la belleza del prog.

En este nuevo trabajo, LaBrie recorre la maduración personal, la pérdida, un sinfín de relaciones complejas y, lo que es más importante, su ardiente pasión por la música. Finalmente, el título lo define el propio LaBrie cuando comenta: "Muchas de estas letras tratan de la belleza del ser humano, y muchas tratan de las zonas grises del medio. No son exactamente felices, pero tampoco son exactamente tristes".

Es un disco adulto escrito por un músico maduro y para una audiencia similar. Hay bellas canciones que a veces pienso que son para escuchar una vez e interiorizar sus textos o para escuchar en segundo plano, por la tranquilidad de las mismas. Momentos exquisitos donde la guinda la pone “Am I Right?” con un trabajo de cuerdas y vocal delicioso. Para llegar hasta aquí ya han pasado ocho canciones que, si te toma en un día melancólico, disfrutaras, pero si te toma en un día que pide marcha, te será muy difícil escuchar.

Quizás es por razones como estas que encuentro las mejores pistas al final del fonograma. La versión de “Ramble On” ni siquiera se acerca al misticismo de la original de Led Zeppelin, pero al menos tiene una cierta aura agradable y el toque clásico no se pierde del todo. La otra es la pieza que cierra, que es la misma que abre el CD, “Devil in Drag”. La primera pista es acústica y hecha para que prestes atención a la letra, que para James tiene un gran sentido e importancia. La última, más corta, es eléctrica y es como si la hiciera Dream Theater.

No pienso que sea un disco trascendente más allá del amplio círculo de los fans de Dream Theater, lo cual es mucho, algo que todo el que está dentro del metal conoce. Para los demás, será en todo caso un disco agradable.