Conocimos a Sole Syndicate con su anterior disco, lanzado en medio de la pandemia, 'Last Days of Eden', incluso cuando conversamos con Jonas Månsson le preguntamos si el título del disco tenía que ver con el inicio de la pandemia. Dos años después, 'Last Days of Eden' nos trae algunos cambios en la banda. 

Si bien la música sigue siendo agresiva y pegadiza, por lo que los conocen de antes no tienen que preocuparse, que hay ganchos abundantes en el CD, lo primero que resalta son los cambios de alineación. Jonas ahora se encarga de todas las guitarras, y mantienen la sección rítmica, pero agregan a una tecladista, Katja Rasila, quien además canta. Y este es el segundo cambio evidente en el disco, el trabajo vocal. Månsson, Rasila, y David Gustafsson hacen diferentes voces y con ello el trabajo coral y los estribillos vocales se refuerzan y aportan un toque de elegancia y sofisticación, sin llegar a doblar las voces al estilo Queen o Cats in Space.

Lo que mantienen es la mezcla de sus raíces metaleras tradicionales de Europa y el sonido americano. Es un grupo que intenta rellenar un nicho estrecho, pero si lo logran serán mucho más reconocidos. Por el momento, han hecho un disco de poco más de una hora, cargado de matices y canciones donde fuerza y delicadeza se mezclan, haciendo predominar la primera y, por contraste, incluso dándole más energía.

Ellos han escogido sus singles, pero aparte de ello, hay magnificas canciones como “Miss Behave” con una perfecta mezcla coral con riffs potentes y pegadizos. Como dice su hoja promocional, “cada canción cuenta” de manera que, aunque son doce piezas y más de una hora, aquí no hay relleno. Posiblemente haya alguna canción que para algún oyente o lector decaiga un poco. Por ejemplo, en nuestro caso, la primera impresión de “Shadow of my Love” fue funesta, pero luego me enganchó la fuerza que va creciendo poco a poco.

Como mismo ocurría en “Last Days of Eden”, el contenido lírico del disco es un viaje a través de la mente humana, tomándole el pulso a la vida diaria. Aunque ellos dicen que no son una banda política, algunas letras rozan la crítica, y no les importa reflejar en sus textos aspectos como la guerra, la salud mental, el medio ambiente y las injusticias sociales.  “Dust of Angels” tiene un estribillo curioso, “Save me from Myself” que te deja algo desorientado en cuanto a la intención de la letra, y pienso que eso es lo que quiere la banda, que puedas aplicar algunos de sus textos a diferentes áreas de la vida real, algo que repiten en el “Do you believe in God?, do you believe in me?” de la imponente “Do you Believe?” Un riesgo haber cerrado con una canción de diez minutos, "Into the Flames", que más parece una suma de composiciones que quedaron inconexas que termina de una manera algo depresiva.

El disco fue grabado en los Syndicate Studios, donde Jonas respondió nuestra entrevista de la que hablamos al principio, y fue mezclado y masterizado por Simone Mularoni en los Domination Studio, con carátula de Jonas “Urna” Beijer.